
Pero Freeheld no se ha ido de vacío, y se vuelve a casa con dos premios en la maleta. El primero, el premio Sebastiane, es el premio LGBTI. El jurado ha considerado que la cinta lo merece «por reflejar una hermosa historia de amor entre dos mujeres que quedan atrapadas en la realidad de la enfermedad de una de ellas y en la lucha por la reivindicación de su pensión de viudedad; una pequeña lucha particular, que sin embargo, se convierte en un impulso notable del matrimonio igualitario en EEUU, que ha sido un gran avance por los derechos humanos y la igualdad real de nuestra comunidad que contribuye a lograr una sociedad mejor y más justa para todos».
Por otra parte, el film de Peter Sollett ha recibido también el premio de la Asociación de donantes de sangre de Guipuzkoa, un premio a la solidaridad para premiar la película o personaje que más potencie y destaque los valores humanos que mueven al individuo a la solidaridad, al altruismo con sacrificio de uno mismo, sin esperar nada a cambio.

