No pudo ser. Repitiendo la historia de Carol en Venecia, Freeheld, la película en la que Ellen Page y Julianne Moore son una pareja de lesbianas que luchan por sus derechos civiles, ha dejado escapar el premio gordo del Festival de San Sebastián. La ganadora ha sido Sparrows, una coproducción entre Islandia, Dinamarca y Croacia sobre el paso a la madurez de un adolescente en la tierra de los Fiordos.
Pero Freeheld no se ha ido de vacío, y se vuelve a casa con dos premios en la maleta. El primero, el premio Sebastiane, es el premio LGBTI. El jurado ha considerado que la cinta lo merece “por reflejar una hermosa historia de amor entre dos mujeres que quedan atrapadas en la realidad de la enfermedad de una de ellas y en la lucha por la reivindicación de su pensión de viudedad; una pequeña lucha particular, que sin embargo, se convierte en un impulso notable del matrimonio igualitario en EEUU, que ha sido un gran avance por los derechos humanos y la igualdad real de nuestra comunidad que contribuye a lograr una sociedad mejor y más justa para todos”.
Por otra parte, el film de Peter Sollett ha recibido también el premio de la Asociación de donantes de sangre de Guipuzkoa, un premio a la solidaridad para premiar la película o personaje que más potencie y destaque los valores humanos que mueven al individuo a la solidaridad, al altruismo con sacrificio de uno mismo, sin esperar nada a cambio.