





Pero, ¿es suficiente el interés de ver a Angela Basset y a Lady Gaga enrollándose salvajemente, y la venganza posterior de Ramona para enganchar a la audiencia?
No. La serie de FX pierde espectadores semana tras semana, como si a una piscina le hubieran quitado el tapón. El último episodio sólo fue visto por 3.2 millones, perdiendo, ojo al dato, 2.6 millones con respecto al estreno de temporada, y con peores cifras generales que Freak Show. Mal asunto.
Si bien la relación de Ramona y La Condesa parece ser la única que muestra unos mínimos sentimientos más allá de la pasión, la lujuria y el cortar cuellos para beber la sangre de los incautos, la aparición ahora, justo ahora, del personaje de Angela Basset se antoja absurdo y sin mucho sentido. Aunque, bueno, estamos intentando encontrar algo de sentido en algo que parece salido de una coctelera, y que cada episodio que pasa es más y más inconexo, porque no se paran de introducir personajes que no terminan de encajar en las tramas, unas tramas que, en fin, vamos a ser suaves y vamos a decir que nos interesa más ver crecer a un geranio.
Pese a todo, si obviamos el motivo y el tiempo de la venganza, Ramona se antoja un personaje interesante, fuerte, y el único capaz de despertar un mínimo interés en el numerosísimo reparto, por ser el único que parece capaz de hacerle una mínima sombra a Lady Gaga, que por obra y gracia de Murphy se come la escena. Habrían hecho bien en llamarlo (y creo que no me equivoco si creo que ya lo han promocionado alguna vez de este modo) American Horror Story: Lady Gaga.
No cancelarán la serie porque viene de mano de quien viene, pero Murphy haría bien en moderar los ejercicios de estilo, y quizá, sólo quizá, encontrar un hilo interesante del que tirar.



