Las subinspectoras Santana y Vázquez vuelven a la carga en la tercera parte de la serie de Susana Hernández, Cuentas pendientes, para liberar a la Ciudad Condal de una compleja red de tráfico de menores mientras hacen frente a sus demonios personales. Malena Montero, la novia de Santana, ha entrado en la Fiscalía y librará su propia batalla en un pleito con la familia Costa, muy ligada a los negocios de su padre y su infancia, cobrando mayor protagonismo en esta tercera entrega. El misterio y la intriga que caracterizan a Susana Hernández acompañarán en cada página a las tres barcelonesas.
Susana Hernández ha trabajado durante tres años con cuidado y mimo para confeccionar Cuentas pendientes. La escritora reconoció en la presentación a la que asistimos en HULEMS que es el libro que más le ha costado escribir, por varias razones: por la dureza de la trama principal, esa red de trata de menores, y por la complejidad que supone hilar subtramas con cohesión y dinamismo para que la lectura de la novela no sea farragosa. Y después de tres largos años, Susana Hernández lo ha vuelto a conseguir: el producto final es un libro valiente y equilibrado con el sello inconfundible de esta autora catalana, que logra crear un clima de total intriga de principio a fin.
Las protagonistas de la saga de Susana Hernández son personajes cada vez más perfilados y complejos, con dimensiones que la autora no había explorado aún en sus anteriores obras. Y el aglomerado de tramas que se desarrolla en Cuentas pendientes, en efecto, no supone ningún problema para seguir el hilo del conjunto de la historia, sino todo lo contrario: amén de dar agilidad a la novela, es inevitable que al comienzo de cada capítulo te preguntes cuál de las tramas se desarrollará, incitándote a devorar el libro con una rapidez asombrosa. Cuentas pendientes es la constatación del peso que supone Susana Hernández en el panorama literario en España, y una razón más para que Susana sea una de nuestras escritoras favoritas.