No conozco mucho a Inma Cuesta, en realidad no la conozco de nada. Aunque me me encanta el cine (en especial el de producción nacional), no soy muy dada a recordar los nombres de las actrices o los títulos de las películas. Sin embargo, he empezado el artículo hablando sobre Inma Cuesta porque hace poco, un par de semanas o tres (si no recuerdo mal), fue noticia en todos los medios y las redes sociales por una denuncia que publicó sobre los retoques de una de sus fotos. La imagen publicada (y retocada) aparecía en la Revista Dominical de un famoso periódico nacional. Para las que desconozcáis el caso, resumo desde aquí que la actriz calificó de “vergonzosa” la sensación que tuvo cuando vio la foto por lo irreal de la misma, además añadió que “me dejan casi en la mitad de lo que soy”. Al principio, me sorprendió tanto la noticia como sus declaraciones, pero cuando analicé cada una de las fotos (la que ella tomó con su móvil y la que finalmente se publicó) entendí su enfado.
Más me sorprendió leer otros comentarios de compañeras de profesión de Inma, asegurando que también habían “sufrido” el mismo tipo de retoques y nunca se habían atrevido a denunciarlo públicamente.
Y yo me pregunto, ¿cuánto de famosa tienes que ser para atreverte a denunciar este tipo de invasión contra tu propia imagen? ¿qué peligro vemos las mujeres cuando desde fuera critican nuestro cuerpo? ¿por qué consentimos que los retoques y los “modelos irreales” (parafraseando a Inma Cuesta) rijan nuestras vidas y, a veces, hasta nuestra salud?
Decidí preguntar a distintas personas (conocidas) qué pensaban respecto del revuelo que se había montado y mi indignación creció hasta límites insospechados. Varias de las entrevistadas afirmaron que no es ninguna novedad que se retoquen las fotos de las famosas y que, si tanto les molesta que retoquen sus fotos, por qué no han denunciado antes. Además de sus respuestas, observé cierta animadversión ante el posicionamiento que las actrices habían tomado. Hay que aclarar que las personas que contestaron de esta manera son mujeres (de ahí mi indignación) y que tras sus respuestas traté de explicar varias cosas:
1.- Que los modelos que se fomentan desde los medios de comunicación y publicidad no son reales.
2.- Que dichos modelos provocan una necesidad en la sociedad de alcanzar unos cánones de belleza que enfrentan aspecto y salud.
3.- Que las personas que más sufren esta imposición de perfiles físicos son las mujeres, en concreto las niñas y adolescentes.
4.- Que si las actrices no han denunciado antes se debe, posiblemente, a que ellas también creían en esos cánones de belleza que nos venden las marcas y la televisión.
Sé que es un tema muy comentado y que hay mucha gente que piensa como estas personas con las que discutí mi punto de vista. Sin embargo, me gustaría saber vuestra opinión al respecto.
Sentíos libres de escribir.
Sentíos libres de pensar.