La vuelta de tuerca al reality de cocina más famoso de la televisión, esto es, la versión Celebrity de Masterchef, ha vuelto a la televisión. El formato triunfa, y es fácil que lo haga, por varias razones. La primera, por esa curiosidad morbosa que es inherente al ser humano, de cómo serán los famosos enfrentándose a las mismas pruebas que el común de los normales. Que vale, que no es Brad Pitt sino José Corbacho, pero oye, nos conformamos con lo que tenemos. La segunda tiene que ver con el boom de programas de cocina, una maravillosa burbuja gastronómica que, por mi parte, espero que no termine jamás.
Pero esta edición de Masterchef Celebrity tiene, bajo mi punto de vista, un plus del que se habla poco, y es la visibilidad LGBT. Entre todos los concursantes, en un casting bastante consistente y con un claro componente humorístico, hay una mujer trans, un hombre gay, y una mujer… croqueta, ya que sólo sabemos que su pareja es una mujer, pero ella no se ha significado en su orientación sexual. Hablo de Bibiana Fernández, Pepón Nieto, y Anabel Alonso.
Cuando hablamos de visibilidad LGBT, muchas veces se nos entiende que queremos formatos especiales, historias propias, y no sé cuantas cosas más. Y que sí, que las queremos, las reclamamos porque los referentes son super importantes. Pero también lo es, y muy especialmente teniendo en cuenta el público que ve determinados formatos, el presentarnos sin más, entretejiendo la narrativa del programa. No se pone énfasis en que sean LGBT, sino en sus labores culinarias. Y eso es una pequeña victoria.
Las personas LGBT no solamente somos LGBT; sino que somos un montón de cosas más. Nuestra orientación sexual y/o de género es una parte de lo que somos. Una muy importante, por supuesto que sí, y más cuando todavía sigue importando tanto como para privarnos de derechos con respecto a las personas no LGBT. Pero, precisamente, esa desigualdad se sustenta en prejuicios y preconcepciones que se derriban cada día un poquito más gracias a la visibilidad y a los referentes positivos.
Masterchef, que en otras ediciones ha tenido alguna cosa un poco rancia, lo ha hecho fenomenal en el casting de esta edición. A ver cómo se desarrolla el programa.