Hasta hace poco tiempo la acción de empotrar en sentido figurado y con referencia al sexo era una acción propia y exclusiva de algunos hombres. Solo aquellos denominados “machos alfa”, aquellos que a través de la fuerza expresaban sus deseos y sus buenas artes amatorias para llevar el clímax el acto sexual a su pareja.
Y aquí es dónde radica la fuerza del término en expresar el deseo, la pasión y las ganas de disfrutar de sexo con otra persona sin preguntar el por qué, dónde y cuándo y con el solo requisito de tener el consentimiento de la otra parte.
Con el paso del tiempo las mujeres han ido conquistando la acción de “empotrar” para sí, verbalizando, exhibiendo y manifestando su deseo sexual. Porque las mujeres, para sorpresa de algunos, nos gusta disfrutar del sexo, y no solo en su vertiente romántica, también en su faceta divertida, salvaje y sin más pretensión que el goce.
Poco a poco han ido ocupando ese espacio las mujeres heteros, bien en el día a día con la pareja de turno, en la conversación del café en la oficina, o en las pelis o series. Como anécdota diré que en la película Deadpool, la pareja celebra el día de la mujer trabajadora con un acto sexual dónde ELLA penetra a EL.
Todas estas pequeñas acciones han permitido que la sociedad vea a la mujer ya no como un sujeto pasivo, si no también como sujeto activo en las relaciones sexuales. Porque aquello que no se ve, que no se nombra o no se verbaliza NO EXISTE.
Y ahora estamos las lesbianas, que hoy por hoy seguimos siguiendo siendo invisibles en muchas facetas de la vida, y la del sexo no iba a ser menos. Para algunos y en su imaginario solo aspiramos a abrazar, acurrucar y besar a nuestra chica, sin necesidad de mostrar deseo o ganas de algo más que caricias.
Y en este punto, las redes sociales han conseguido que esa invisibilidad sea menor. Eso y que muchas famosas han dado un paso hacia delante “saliendo del armario”, consiguiendo ser referentes para otras. Demostrando a la sociedad que además de lesbianas, se puede ser actriz, cantante, escritora, dependienta, dentista …. Sin olvidar que en X (Twitter) tenemos a Cristina Domenech (@firecrackerx) … que con sus hilos y su libro “Mujeres que se empotraron hace mucho tiempo nos cuenta que este deseo sexual no es algo de este tiempo, que las mujeres lesbianas de tiempo antaño también sentían y experimentaban su deseo sexual.
Y ahora ¿qué? Seguimos con los abrazos y arrumacos, ¡pues no! Necesitamos más visibilidad, en el día a día, en las pelis y series. Y algunos dirán … pero si en todas las series hay una pareja de chicas, pues NO ES SUFICIENTE. De igual forma que nos muestran en horario infantil besos y demás artes amatorias de las parejas heteros, si la pareja es de chicas la cosa se pone más suave y tan sutil que a veces cuesta ver si realmente son amantes o amigas intensas.
Y ya en este punto no tengo más remedio que hablar de la serie diaria de “Sueños de libertad”, dónde la pareja de chicas conocidas como #mafin se han descubierto como un auténtico fenómeno fandom a nivel mundial del habla hispana. Esta serie nos ofreció una escena de “empotramiento” entre las #mafin, en horario de sobremesa y a un público joven y no tanto. Y es que muchas señoras mayores vieron la escena y reaccionaron con toda naturalidad, solo vieron a una pareja mostrando su amor y pasión. No pasó nada en especial, los datos de audiencia fueron igual de buenos que en capítulos anteriores.
Y entonces ¿por qué no tenemos más escenas de las #mafin? ¿Qué les pasa a los señoros productores que no dan la misma visibilidad a la pareja de chicas que al resto? Ya han podido comprobar que sus datos de audiencia (que se traduce en éxito y eso son beneficios, en definitiva) no se han resentido.
Las lesbianas no queremos escenas explícitas o grotescas de sexo entre dos mujeres, solo queremos que muestren la realidad del amor y deseo de dos mujeres, con su pasión, sus ganas y con algún “empotramiento” más.