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Tentando a Eve, reseñando la segunda temporada de ‘Killing Eve’

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Promo de la segunda temporada de Killing Eve

Nota: sí, evidentemente, hay spoilers.

Spoiler alert

Killing Eve acababa con un gran momento de suspense o, si lo preferís, con un cliffhanger catedralicio en el que Eve (Sandra Oh) apuñalaba, casi sin querer, a nuestra dicharachera asesina Villanelle (Jodie Comer). Quizá por eso, cuando me aposenté en mi sofá para iniciar esta segunda temporada, esperaba un primer episodio más sosegado, incluso con un pequeño salto temporal. Pero ¡bum! Se abre el telón y seguimos apenas unos segundos post-apuñalamiento después… ¡Déjame respirar, serie!

Tras este frenético inicio la cosa “se relaja” ligeramente, pero esta entrega no pierde un ápice de ritmo ni tensión a lo largo de sus ocho episodios.

Killing Eve, promo Eve y Villanelle

Emerald Fennell ha tomado el control de la sala de guionistas con mano suave aunque firme. Hay un pequeño cambio de enfoque, pero se mantienen los puntos fuertes de Killing Eve: una trama centrada en los personajes, una estética cien por cien al servicio de la historia y un equilibrio perfecto entre lo perturbador y lo humorístico.

A pesar de que algunos críticos han cuestionado la “necesidad” de una segunda temporada (me gustaría también saber cuándo se considera “necesaria” una segunda parte) soy una firme defensora de su existencia. No sólo se produce una evolución de los personajes, especialmente relevante en Eve, sino que no nos alejamos tanto de la trama de espías como parece en un principio. Queda especialmente claro una vez llegamos al 2×08 y todas las piezas están sobre el tablero. Aunque el conflicto del M16 y Los Doce nunca ha sido lo más importante en Killing Eve, no se puede desdeñar el interés de la continuación de esta trama y su impacto en el desarrollo de la historia: Eve y Villanelle pasan de pilla-pilla particular a ser dos peones, dos víctimas en un juego mucho más grande.

Cómo humanizar a tu asesina

Jodie Comer ha encandilado a todo el mundo y su abuela con su interpretación de una asesina completamente despiadada, bastante infantil y francamente divertida. El guión nunca se cansa de recordarnos que estamos ante una ¿psicópata? que disfruta matando, pero es muy difícil no quedar fascinada ante su desparpajo, encanto y su sentido de la moda.

via GIPHY

Una de las formas más inteligentes de hacernos empatizar con Villanelle ha sido enfrentarla a otros monstruos, compararla con seres que a nuestros ojos son claramente “peores”. Tenemos un depredador que mantiene presa a su madre y encierra a una joven “inocente”, un psicópata frío y obseso con el control incapaz de disfrutar de ningún placer de la vida teniéndolos todos al alcance de la mano y un asesino brutal e idiotizado que vigila todos sus movimientos. Visto así, Villanelle se nos muestra entre luces y sombras más que en una oscuridad absoluta.

¿Su obsesión con Eve Polastri? Sigue muy en firme. ¿Qué mayor prueba de amor hay que un cuchillo clavado en el abdomen? Eve debe estar totalmente pillada. Luego hablamos de ello.

La corrupción de Eve

Uno de los aspectos más destacables de esta temporada es el arco de Eve. Si en la anterior entrega ya mostraba fisuras en su personalidad, en principio honrada y de carácter bondadoso, en esta segunda parte, las grietas han provocado una fractura en el núcleo de la identidad del personaje.

La obsesión de Eve con Villanelle la ha llevado siempre a actuar de forma impulsiva y catastrófica para su vida personal y profesional: problemas en el trabajo, problemas con su marido, la muerte de su mejor amigo… Apuñalar a Villanelle sirve para ir un paso más allá y marcar el inicio de una Eve que coquetea con sus impulsos más oscuros… Tanto sexuales como homicidas, llegando a plantearse que se sentiría al matar a alguien más allá de lo hipotético.

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¿Killer Eve?

La Eve de esta temporada está destrozada y es una gozada asistir a su viaje al fondo del pozo que, creo, culmina con un despertar (vale, y un disparo también) a una mezcla más positiva entre la Eve del inicio y la que hemos visto en esta entrega. Lo que me lleva al siguiente punto.

Villaneve, el romance imposible

Las convenciones de toda película romántica se retuercen deliciosamente, casi todas con una doble lectura. Tenemos celos, “peleas de enamoradas” y mucha, mucha (muchísima, jo) tensión sexual no resuelta. (El “trío” del 2×07 no vale.)

Esto me recuerda nuestra primera cita

La obsesión de Villanelle con Eve y viceversa no hace sino progresar a lo largo de los episodios. Podemos hasta llegar a creer un poco a Villanelle, desde luego en su cabeza y peculiar forma de pensar, su amor por Eve es sincero. Por otro lado, Eve está lo suficientemente perdida para que un romance auténtico parezca posible… durante medio capítulo más o menos.

Pelín posesiva, Villanelle

Cuando llega el final, la ilusión se deshace incluso antes del bang final. El amor que usa la manipulación y está dispuesto a alterar la auténtica personalidad de un individuo, no es amor. Que Eve vuelva en sí y renuncie al “idílico” futuro que Villanelle propone es consecuente con su personaje y con todo el desarrollo de la malsana obsesión que comparten las protagonistas.

Los secundarios

Enriquecen la serie y están tremendos en sus respectivos papeles. En realidad no tengo mucho más que añadir, es que cualquier momento es bueno para mencionar lo que mola Carolyn y la actriz que la interpreta, Fiona Shaw, croqueta extraordinaria. Y es que Carolyn juega con todos los personajes como una gran marionetista y por ahora le está saliendo todo perfecto… ¿seguirá así de bien en la tercera temporada?

Hablemos de Queerbaiting

Las declaraciones de Sandra Oh en la revista Gay Times revolvieron un poco las aguas del agitado mar tuitero cuando declaro:

“Hacéis algo de trampa porque queréis convertirlo en una cosa… que no es. Por eso también creo que la sexualidad y el descubrimiento de la amplitud que puede alcanzar la sexualidad es el tema de la serie; el porqué le interesa a la gente. No se trata de una cosa u otra.”

Sandra Oh en Killing Eve interview: Sandra Oh and Jodie Comer discuss their characters’ sexuality, Gay Times

Una declaraciones que han sido usadas para tachar la relación de Villaneve como queerbaiting. ¿Pero podemos hablar de queerbaiting cuando uno de los personajes principales es abiertamente bisexual? Y no se cortan en dejarlo bien claro en la serie. ¿O cuando el otro personaje principal siente una atracción sexual evidente? Como dice Oh, el “romance” entre Eve y Villanelle es algo que “no es”, o algo que no puede ser, por el propio carácter de los personajes en la actualidad. Pero esto no invalida el lado sexual de su obsesión mutua, ni la sexualidad de Villanelle. Quizá debemos diferenciar el lado más shipper del argumento real de la serie.

Dicho esto, shipear Villaneve es una de las cosas más divertidas que puedes hacer y lo recomiendo muy mucho. Como le leí a Noelle Stevenson en un tuit, ¿y si al final Villanelle e Eve son un matrimonio jugando el rol play más elaborado de la historia? Ideaca para fic es, eh.

Este artículo es subjetivo, personal y tienes todo el derecho a no estar de acuerdo =)

Gifs: cuando no proceden de giphy puedes acceder al autor mediante enlace directo pinchando en el gif.

Fuentes: esta muy recomendable entrevista a la showrunner de esta temporada en el New York Times, la polémica entrevista a Sandra Oh en Gay Times. La siempre útil página de imdb.

El Lyceum Club de Madrid: feminismo, té y amor entre mujeres en los años 20

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La escena podría parecer cotidiana: un grupo de señoras en el Madrid de los años 20 tomando el té. Pero, en lugar de cotilleos intrascendentes, discuten sobre literatura, política y derechos femeninos. Aquella no era una tertulia cualquiera, sino una reunión del Lyceum Club Femenino de Madrid, el primer club cultural para mujeres en España fundado en 1926. En sus salones, ubicados en la calle de las Siete Chimeneas, se fraguó una pequeña revolución social liderada por mujeres intelectuales dispuestas a adelantar el reloj de España en materia de igualdad.

El Lyceum Club Femenino madrileño abrió sus puertas oficialmente el 4 de noviembre de 1926, inspirado por clubes similares de Londres. La iniciativa partió de un grupo de españolas cosmopolitas que, tras viajar al extranjero, soñaban con crear en Madrid un lugar donde compartir ideas, fomentar la cultura y luchar por los derechos de las mujeres. Su primera presidenta fue la pedagoga María de Maeztu, directora de la Residencia de Señoritas, quien junto a otras fundadoras como la artista Victorina Durán, la escritora María Lejárraga o la periodista Isabel Oyarzábal logró convertir aquel sueño en realidad.

Desde el principio, el Lyceum se concibió como un hogar intelectual para las llamadas mujeres modernas de la época. Profesionales, artistas y académicas de mente abierta que buscaban una habitación propia fuera del control masculino. No era un club elitista por gusto, pero en la práctica predominó una élite cultural de clase media-alta, ya que se exigía a las socias tener estudios superiores, haber destacado en alguna rama artística o colaborar en obras sociales. Aun así, su mera existencia resultaba exótica en la conservadora sociedad española de los años 20. Como señaló irónicamente Carmen Baroja, la idea de un club de señoras en Madrid sonaba extraña entonces, y surgió en buena medida tras conocer los clubes femeninos ingleses donde aquello era habitual. El Lyceum madrileño rompió moldes al ser una organización laica, apolítica en teoría y gestionada enteramente por y para mujeres. Algo inédito hasta entonces en España.

Lejos de ser un espacio de ocio frívolo, el Lyceum Club se volcó en la actividad cultural y la reivindicación social. Tenía secciones de literatura, música, bellas artes, ciencias. Por sus salones pasaron a dar conferencias algunos de los intelectuales más célebres del momento, desde Miguel de Unamuno hasta Federico García Lorca. La propia agenda de charlas la nutrían también las socias, presentando sus investigaciones o creaciones. Imaginemos a la poeta Concha Méndez leyendo sus versos vanguardistas, o a la pintora Maruja Mallo exhibiendo sus últimas obras surrealistas ante un público femenino entusiasta. Aquellas reuniones con té y pastas eran la cuna de debates sobre educación, arte, ciencia o política.

Maruja Mallo

Además de nutrir el espíritu, el Lyceum luchó por mejorar la sociedad. Allí nacieron importantes campañas feministas como la del sufragio femenino, que la socia Clara Campoamor lograría hacer realidad en 1931, o la batalla para derogar el artículo 438 del Código Penal, que prácticamente exoneraba a los maridos que mataran a sus esposas en defensa de su honor. También promovieron iniciativas solidarias como la Casa del Niño, una guardería gratuita para apoyar a las madres trabajadoras. En pocas palabras, el Lyceum se convirtió en un semillero de conciencia femenina colectiva, donde las socias tomaban conciencia de que muchos de sus problemas no eran individuales sino fruto de la situación social de la mujer.

Por supuesto, la osadía de estas mujeres adelantadas a su tiempo no fue del agrado de todos. Los sectores más conservadores las miraban con suspicacia y ridículo. Algunos periódicos las caricaturizaban como marimachas o solteronas, y más de un intelectual se negó a colaborar con ellas. El dramaturgo Jacinto Benavente, por ejemplo, rehusó dar una charla arguyendo con sorna que no podía dar una conferencia a tontas y a locas (y no es una expresión, es lo que pensaba él). En la prensa derechista llegaron a motejar al Lyceum como el club de las maridas, un apelativo que insinuaba que aquellas señoras querían hacer las veces de maridos. Pero lejos de achantarse, las lyceístas llevaban estas críticas casi como una medalla. Estaban decididas a luchar porque les tocaba hacerlo, respondiendo con hechos a los insultos.

El Lyceum madrileño congregó a buena parte de las mujeres más brillantes de la Edad de Plata de la cultura española. Algunas de las más destacadas fueron:

María de Maeztu, pedagoga incansable y gran impulsora del Lyceum, también estuvo al frente de la Residencia de Señoritas, desde donde defendió con uñas y dientes la educación de las mujeres. Clara Campoamor, abogada y política, encontró en el Lyceum una plataforma perfecta para dar voz a su lucha por el sufragio femenino, que acabaría conquistando en 1931. Victoria Kent, también abogada y pionera como directora de prisiones durante la Segunda República, fue vicepresidenta del club y, aunque con discreción, compartió su vida en el exilio con la estadounidense Louise Crane. Zenobia Camprubí, escritora, traductora y pareja de Juan Ramón Jiménez, ejerció de secretaria del Lyceum y fue clave para dinamizar su vida cultural. Carmen Baroja, escritora y hermana del novelista Pío Baroja, estuvo al frente de la sección de Artes y dejó valiosas memorias sobre el ambiente del club. Y por último, Elena Fortún, la célebre autora de Celia, que participó activamente en el Lyceum y cuyas obras, especialmente su novela póstuma Oculto sendero, revelan una identidad queer que durante años permaneció en la sombra.

Y muchas más: Concha Méndez, Margarita Manso, Ernestina de Champourcín, Matilde Huici, Carmen de Burgos. Todas aportaron su grano de arena para hacer del Lyceum una referencia del pensamiento feminista.

Es inevitable preguntarse si aquel entorno también favoreció el encuentro entre mujeres lesbianas y bisexuales. La homosexualidad femenina era tabú, pero entre artistas e intelectuales comenzaba a asomar cierta tolerancia. Aunque el Lyceum no se declaraba como un espacio queer, lo cierto es que algunas de sus socias vivieron relaciones con otras mujeres.

Victorina Durán

Victorina Durán, pintora y escenógrafa, fue una de las fundadoras del club y vivió abiertamente su lesbianismo en los círculos artísticos madrileños. En sus memorias dejó constancia de ese ambiente en el que algunas mujeres vivieron su sexualidad de forma oculta, pero no por ello menos intensa. Gracias a ella sabemos que existían tertulias privadas, cenas en casas de confianza, pequeños círculos donde el amor sáfico encontraba su rincón. También Elena Fortún, Carmen Conde o Lucía Sánchez Saornil forman parte de esa constelación de mujeres que amaron a otras mujeres mientras intentaban abrirse camino en un mundo que no estaba preparado para aceptarlas. Aunque muchas debieron vivir en la sombra, su legado persiste.

Con la Guerra Civil, el Lyceum cerró sus puertas. Muchas de sus socias se exiliaron, otras guardaron silencio para sobrevivir. El franquismo confiscó su sede y la entregó a la Sección Femenina. Durante décadas, el recuerdo del Lyceum quedó relegado al olvido. Las mujeres que se atrevieron a soñar fueron borradas, y más aún aquellas que se salían de la norma sexual o de género.

Solo recientemente estamos recuperando esas historias. Hoy, una placa en una fachada de Madrid nos recuerda que allí, en los años 20 y 30, hubo un lugar donde las mujeres pensaban, debatían, creaban. Y, quizá también, se enamoraban.

El Lyceum Club de Madrid fue más que un club. Fue una declaración. Un espacio donde la cultura, el feminismo y la posibilidad de vivir de otra manera, incluso de amar de otra manera, se entrelazaban con elegancia y con ganas de cambiar el mundo. Y aunque el régimen quiso borrarlo, sigue latiendo entre nosotras. Porque la historia de las mujeres también es nuestra historia. Y porque en cada taza de té compartida entre amigas cómplices hay un poco de ese espíritu rebelde que ellas nos dejaron.

Vía: El País, Pikara, El Diario

¿Recordabas estos videoclips con croquetas?

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Los videoclips musicales son una forma de expresión artística que puede abordar una amplia gama de temas, entre ellos la diversidad sexual. En los últimos años, ha habido un aumento de los videoclips con temática lésbica, y entre todos hemos querido rescatar estos, por si no los recordabas. Dentro video (s).

“Same Love” de Macklemore & Ryan Lewis (2012)

Este videoclip, dirigido por Ryan Lewis, y que presenta a Macklemore, Ryan Lewis, Mary Lambert, es un himno a la igualdad y la diversidad, y presenta una pareja de mujeres besándose en la pantalla. El vídeo fue muy elogiado por su mensaje de aceptación y tolerancia, y ayudó a visibilizar el matrimonio igualitario en los Estados Unidos, gracias a su mensaje final.

“Girls Like Girls” de Hayley Kiyoko (2015)

Hemos hablado alguna vez de este videoclip, un gustazo de todas todas. El vídeo es una celebración del amor lésbico, y fue dirigido por Hannah Lux Davis.

Lauren Sanderson – WET

Lauren Sanderson no se anda con metáforas: WET es explícito, sensual y absolutamente sáfico. Desde la primera imagen ya sabes que esto no va de sutilezas. El vídeo muestra a Lauren en un juego de seducción con otra mujer, con miradas intensas, cuerpo a cuerpo y una atmósfera cargadita de deseo.

Janelle Monáe – Lipstick lover

Janelle Monáe se destapó, literal y metafóricamente, en Lipstick Lover, un videoclip que es un fiestón pansexual, sensual y absolutamente sáfico. Entre toques de funk y ritmos caribeños, Janelle se rodea de mujeres desnudas, cuerpos diversos y besos con barra de labios que dejan marca (en todos los sentidos). Aquí no hay armario, hay piscina, vino, y una celebración descarada del deseo entre mujeres.

Julia Zelg – Torture

Julia Zelg se va al drama gótico en Torture, un videoclip que mezcla vampiras, pasión y sufrimiento como si Anne Rice hubiera tenido cuenta en YouTube. Con una estética oscura y teatral, la cantante brasileña-británica se entrega a una historia de amor obsesivo con otra mujer, entre ataúdes, besos sangrientos y miradas que queman

Zolita – Somebody I fucked once

Zolita dijo “rom-com lésbica de instituto” y lo hizo videoclip. En Somebody I Fucked Once tenemos a la chica popular, la rebelde con eyeliner perfecto, miradas en los pasillos, besos en el coche y sí, una escena de sexo que no se corta un pelo.

rosemary Joaquin – Erika

Historia de amor entre dos chicas con estética retro, luces cálidas y muchas emociones a flor de piel. Hay paseos en bici, miradas cómplices y esa sensación de que el primer amor entre chicas te marca para siempre. Es dulce, es lésbico y te deja con una sonrisa melancólica. Perfecto.

10 juguetes para sáficas en el Mes de la Masturbación

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El próximo miércoles 28 de mayo celebramos el Día Nacional de la Masturbación, aunque a nivel internacional se prefiere el día 7. Sea como sea, es el mayo, por eso quienes estamos vinculados al sector de sexualidad o erotismo dedicamos el mes de mayo a promover esta práctica tan saludable y placentera.

Qué te voy a contar que no sepas: la masturbación tiene beneficios de todo tipo. A pesar de los mitos que han acompañado a esta práctica durante mucho tiempo, en la actualidad sabemos que:

  • Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad gracias a los neurotransmisores que se liberan.
  • Nos permite conocer mejor nuestro cuerpo y saber cómo nos gusta experimentar el placer. Eso quiere decir que podemos comunicarnos con nuestras parejas sexuales y disfrutar más y mejor del sexo.
  • Puede aliviar dolores leves por la liberación de endorfinas.

Entre otras muchas cosas. Y hoy me gustaría dedicar esta publicación a la masturbación, y compartir contigo una selección de juguetes y cosmética eróticos de mis marcas favoritas preparada con mucho mimo para seguir masturbándonos de la manera más placentera. ¿Vamos allá?

Midori de Iroha

Un vibrador externo que estimula la vulva con maestría. Me encanta por su forma redondeada, pero, sobre todo, por la silicona blandita que lo recubre. Además, es intuitivo y muy sencillo de utilizar, no da lugar a pérdidas: encontrarás fácilmente los modos e intensidades. Todo ello, con el encanto que caracteriza a la marca japonesa Iroha, que cuida los detalles al máximo para una experiencia que cautiva los sentidos.

Perfecto para… principiantes o amantes de los vibradores externos y la estimulación clitoriana.

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Koharu de Iroha

Se trata de un vibrador que sirve tanto para estimular la zona G como el clítoris. Tiene un diseño minimalista y, aunque su silicona es suave, es firme y un as para explorar nuestro interior. Tiene un solo modo, pero la intensidad es regulable. Y lo mejor: es sencillo de usar y como funciona con pilas no hay que preocuparse por mantenerlo cargado.

Perfecto para… principiantes que busquen un juguete que les permita estimularse de forma interna o externa.

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Dot Cruise de LELO

¿Prefieres una estimulación muy precisa? Dot Cruise concentra las vibraciones en su pequeña punta para incidir en todas las terminaciones nerviosas del clítoris. Tiene un diseño elegante y sofisticado, fácil de sostener y con varios patrones e intensidades para que adaptes la vibración a tu gusto. También cuenta con la tecnología Cruise, de manera que el juguete aumenta la potencia al pegarlo contra el cuerpo.

Perfecto para… quien busca una estimulación potente e intensa concentrada en el clítoris.

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Soraya Wave de LELO

Para algunas personas, la mejor estimulación es la simultánea. Soraya Wave tiene un diseño de lujo y lo mejor de dos mundos: es un rabbit estupendo para cautivarnos con una potente estimulación externa en el clítoris al tiempo que lo hace de forma interna. Utiliza la rotación y la vibración para que nuestra zona G se deleite a cada segundo.

Perfecto para… cualquiera que busque un juguete tipo rabbit que le permita disfrutar de la doble estimulación.

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Finger Play de Bijoux Indiscrets

La vibración está bien, pero en ocasiones buscamos momentos de masturbación con un ritmo mucho más lento. El Finger Play de Bijoux Indiscrets es un producto de cosmética erótica pensado para explorar nuestros genitales con los dedos y perdernos en la explosión de placer que podemos experimentar con nuestras propias manos. Es compatible con juguetes eróticos y tiene una textura exquisita.

Perfecto para… quien prefiera recrearse en su propio cuerpo y descubrir nuevas maneras de tocarse.

(Por cierto, Bijoux Indiscrets acaba de sacar un lubricante de base agua libre de químicos que es oro. Si buscas uno, échale un ojo).

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Kalii de Biird

¿Acaso hay algo más poderoso que los elementos? Kalii forma parte de la colección Elements y es un dildo absolutamente precioso fabricado en vidrio. Nos regala una penetración envolvente e intensa gracias a la dureza y rigidez del material, y se puede usar por ambos extremos para que elijamos cómo estimular nuestra zona G. ¡Ah! Y el vidrio es adecuado para juegos de temperatura, por lo que podemos calentar o enfriar el dildo para experimentar con otras sensaciones.

Perfecto para… les amantes de la penetración o personas más experimentadas que quieren explorar con materiales distintos de la clásica silicona.

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Gemini de Lovense

Los pezones son una de las zonas erógenas más poderosas de nuestro cuerpo, aunque la sensibilidad cambia de una persona a otra. Si disfrutas de la estimulación en esa zona, las pinzas de Gemini son lo último de lo último: pensadas para aprisionarlos mientras una excitante vibración los recorre. Son recargables, tienen un diseño único y tecnología puntera. Se puede utilizar con la app de la marca.

Perfecto para… cualquiera que disfrute del dolor-placer, quiera explorar el BDSM o simplemente quiera experimentar con los pezones.

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Vim de Fun Factory

La rutina puede ser demoledora, y seguro que tú tampoco te salvas de alguna que otra contractura. Vim es perfecto para aliviar tensiones, desde las musculares… hasta las de otro órgano ubicado entre las piernas que también necesita un poco de atención. Es una magic wand muy potente que estimula la vulva al completo para orgasmos intensos y duraderos. Y todo ello, sin transferir la vibración a nuestra mano.

Perfecto para… quien quiera un juguete versátil que también le brinde momentos de relajación o quien busque un vibrador con mucha potencia.

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Aceite de masaje sensual de Inty

Una manera de explorar nuestro cuerpo es regalarnos un masaje en solitario. El aceite de masaje natural de Inty con aroma huele increíble y nos invita a rendirnos al roce y al placer de tocar nuestra propia piel. Es una fórmula respetuosa con el cuerpo que deja la piel suave e hidratada, con una sensación sedosa muy agradable para recorrer nuestro cuerpo de pies a cabeza. Genitales incluidos, por supuesto.

Perfecto para… personas que quieren conocer mejor su anatomía y disfrutar de un automasaje íntimo.

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Rock me! de Nuei

Un vibrador líquido de corta duración… pero realmente intensa. Basta con aplicar una pequeña cantidad en el clítoris para que empecemos a sentir un hormigueo muy excitante que despertará cada una de las terminaciones nerviosas de nuestro sexo. El efecto dura alrededor de 20 minutos, así que es la opción idónea para aumentar nuestra excitación y disfrutar de una mayor sensibilidad gracias a sus propiedades vasodilatadoras. Está disponible en tres sabores: fresa, menta y cookies & cream.

Perfecto para… quien busca emociones fuertes con un producto de cosmética erótica.

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Ahora sí, después de esta selección para todos los gustos, la pelota está en tu tejado y solo te queda tomar la difícil decisión de elegir qué instrumento de placer puede llevarte más lejos.

P. D. Algunas de estas marcas me dan una pequeña comisión si te animas a llevarte alguno de sus productos. Eso me ayuda a mantener viva esta sección de reviews de productos eróticos. Gracias

Kany García responde al Papa: ‘En mi casa somos dos mujeres y somos una familia’

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No es la primera vez que alguien desde el Vaticano suelta una perlita sobre la familia ‘de toda la vida’, pero esta semana el nuevo Papa León XIV ha querido dejar clara su opinión: para él, la familia sigue siendo ‘la unión estable entre un hombre y una mujer’. Y claro, a muchas nos ha rechinado (ya hablaremos de esto). Pero si hay alguien que no se ha quedado callada, esa ha sido Kany García.

La cantante puertorriqueña, una de las voces más visibles del colectivo LGTBIQ+ en el panorama musical, ha respondido con toda la elegancia (y contundencia) que la ocasión merecía. Lo ha hecho desde su cuenta de Instagram, acompañando su mensaje de varias fotos junto a su esposa, Jocelyn Trochez, con quien se casó en 2019.

‘De pequeña me enseñaron que vivimos en una diversidad bien amplia de lo que hoy se reconoce como familia. Hay familias compuestas de tantas maneras… Una de ellas, como la mía, de dos mujeres’, escribió Kany. Y añadió, con ese tono tan suyo, entre cálido y directo: ‘Quien entienda que en mi casa no somos una familia, que venga y nos visite, que le invitamos a un café con pan salido del horno y le platicamos’.

Instagram will load in the frontend.

La publicación, como era de esperar, ha corrido como la pólvora. Cientos de personas han respondido con mensajes de apoyo, agradecimiento y cariño. Porque, aunque suene repetitivo decirlo en pleno 2025, sigue haciendo falta recordar que las familias no se definen por el género de quienes las forman, sino por el amor, el respeto y el cuidado mutuo.

La intervención de Kany no es solo una respuesta personal, es un altavoz. En un contexto donde las palabras del Papa siguen teniendo eco (sí, incluso en este siglo), contar con figuras públicas que se planten con serenidad y firmeza es más importante que nunca. No es la primera vez que Kany García habla claro, y ojalá no sea la última. Porque cada vez que lo hace, no solo está defendiendo su familia, también está hablando por tantas otras que existen, que resisten, y que no piensan pedir permiso a nadie para seguir siendo.

Vía: CNN

‘Des Preuves d’Amour’: cuando ser madre tiene que justificarse quince veces

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A veces las historias más sencillas son las que más te atraviesan. En medio del ruido del Festival de Cannes de este año, donde las alfombras rojas y los títulos rimbombantes no paran de desfilar, hay una película pequeña que está dando mucho de qué hablar entre quienes sabemos que las familias vienen en todos los colores del arcoíris. Se trata de Cartas de amor (Des Preuves d’Amour), ópera prima de la directora francesa Alice Douard, y sí, es tan tierna como política.

La película nos lleva a Francia en 2014, poco después de que se legalizara el matrimonio igualitario. Céline, interpretada por Ella Rumpf, y Nadia, a quien da vida la siempre magnética Monia Chokri, son una pareja de mujeres casadas que se preparan para recibir a su primer bebé. Todo parece ir bien hasta que llega el papel. No cualquier papel. El del certificado de nacimiento. Porque aunque estén casadas, solo una de las dos será reconocida automáticamente como madre: Nadia, la que ha gestado al bebé. Céline, la otra madre, tendrá que pasar por un proceso de adopción para que la ley le conceda lo que ya es de facto. Lo más fuerte de todo es que no hablamos de los años 90. Hablamos de hace solo una década.

Y aquí empieza el verdadero drama, que no es el de una separación ni el de una infidelidad, sino el del reconocimiento. Céline tiene que reunir quince cartas, quince testimonios de amigos y familiares que confirmen que será una buena madre. A lo largo de la película, vemos cómo ese proceso la confronta con su pasado, con su entorno, y sobre todo con su madre, una pianista de fama mundial interpretada por Noémie Lvovsky. Entre ensayos y silencios prolongados, madre e hija se ven obligadas a reescribir su propia historia mientras Céline busca que alguien, más allá del amor que ya vive en casa, le diga que sí, que es suficiente.

Alice Douard sabe de lo que habla. Ella misma tuvo que adoptar a su hija en 2018, aunque su esposa fue quien la dio a luz. Por eso esta historia es tan real, tan cruda en los detalles legales y tan íntima en los momentos cotidianos. Hay música, hay dudas, hay ternura, pero sobre todo hay una constante pregunta: ¿qué significa ser una buena madre? Y, ya puestos, ¿por qué el sistema necesita pruebas cuando el amor ya está ahí?

Cartas de amor es una película que no necesita gritar para hacerse oír. Lo hace en voz baja, entre miradas, y en medio de un sistema que todavía arrastra prejuicios. Es cine queer, sí, pero también es cine sobre lo universal. Sobre formar una familia, sobre ser reconocida, sobre luchar porque el amor tenga el mismo peso en el papel que en el corazón. Apunta el título, porque esta joyita merece ser vista y abrazada. Y puede que después de verla salgas con ganas de escribir tu propia carta de amor.

Vía: Cineuropa

¿Por qué deberías ver la segunda temporada de ‘The Ultimatum: Queer’ Love si ya te enganchaste y sufriste con la primera?

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Cuando Netflix estrenó The Ultimatum: Queer Love, las lesbianas y bisexuales del mundo entero, incluídas mi novia y yo, nos sentamos con las palomitas en la mano, listas para el caos y el no pdoer cerrar la boca. Tuvimos todo lo que pedíamos. E INCLUSO MÁS. Cinco parejas formadas por mujeres queer (más alguna persona no binaria), a un paso del compromiso pero sin saber si darlo o no, se enfrentaban al experimento social más intenso que puedes imaginar (y también el que no te recomendaría ningún consejero matrimonioal): separarse, emparejarse con otra participante, vivir juntas tres semanas y luego decidir si casarse con su pareja original… o seguir adelante con la nueva. ¿Drama? Mucho. ¿Salseo? Más. ¿Representación sáfica como nunca antes en un reality? También.

La primera temporada nos dejó momentazos que ya son historia de la televisión lésbica. Desde el temperamento volcánico de Vanessa hasta la calma zen de Lexi que explotaba cuando menos te lo esperabas. Las discusiones acaloradas sobre compromiso, el amor, los celos y la libertad resonaban de forma muy distinta a las de la edición hetero del programa. Aquí las dinámicas eran otras: más intensas, más emocionales, más de taparse la cara con un cojín… lo que tocara. Porque cuando dos lesbianas dicen que quieren hablar de sus sentimientos normalmente lo hacen durante seis horas, con un té en la mano, y luego vuelven a hablarlo al día siguiente por si no había quedado claro. Somos así, no me he inventado yo.

Más mala que la quina

Además, The Ultimatum: Queer Love nos dio lo que muchas llevábamos años pidiendo: ver relaciones LGBT en pantalla que no fueran trágicas, que no tuvieran a nadie muriendo, que no fueran la side story de una serie mainstream. Aquí el centro era nuestro, vaya si lo era. Y aunque no todas las decisiones del montaje fueron perfectas (sí, nos referimos a cómo editaron algunas historias para parecer más dramáticas de lo que eran), lo cierto es que el experimento funcionó. Nos vimos reflejadas, nos reímos, sufrimos, gritamos a la pantalla. Algunas hasta rompieron con sus novias después de ver la serie. Cosas que pasan.

Cero sangre en las venas

Y ahora (bueno, en verano) llega la segunda temporada.

Esta vez, el elenco se amplía a seis parejas, cada una con su propia historia y dilemas. Conoceremos a AJ y Britney, Haley y Pilar, Kyle y Bridget, Dayna y Magan, Ashley y Marita, y Mel y Marie. Cada pareja aporta su propia dinámica y desafíos, desde diferencias en estilos de apego hasta visiones opuestas sobre el matrimonio. Vamos a hablar un poquito más de cada una.

AJ (28) y Britney (27). Llevan juntas cinco años.

AJ, ex locutora de radio en Orlando, es quien emite el ultimátum en esta relación. Britney, por su parte, es una apasionada de la música, siendo Kehlani su primer crush queer. Ambas comparten una conexión profunda, pero enfrentan desafíos relacionados con el compromiso y la dirección futura de su relación.

Haley (29) y Pilar (29). Llevan juntas diez años.


Haley descubrió su identidad queer influída por la campaña viral NoH8. Pilar, aspirante a cantante, está enfocada en construir su carrera en la industria musical. La pareja se encuentra en un punto de inflexión, evaluando si sus caminos personales y profesionales pueden alinearse en una vida compartida.

Kyle (30) y Bridget (28). Llevan juntas dos años y medio.


Kyle, desde joven, mostró una memoria prodigiosa, siendo capaz de recitar todas las razas de perros de una enciclopedia (no me creo que esté escribiendo esto). Bridget atribuye su despertar queer al episodio de salida del armario de Ellen DeGeneres. Ambas enfrentan el reto de equilibrar sus diferencias y decidir si están listas para dar el siguiente paso en su relación.

Dayna (25) y Magan (27). Año y medio juntas.


Dayna y Magan representan un estudio de contrastes en estilos de apego: mientras Dayna tiende a evitar el compromiso, Magan busca una conexión constante. Esta dinámica ha generado tensiones, y el experimento del programa podría ser la clave para entender si pueden encontrar un equilibrio juntas.

Ashley (30) y Marita (25). Juntas tres años.


Ashley tuvo como inspiración a las youtubers Shannon Beveridge y Cammie Scott en su viaje de autodescubrimiento. Marita, con una personalidad vibrante (qué miedo me da esto), recuerda con orgullo haber vencido a Guy Fieri y su hijo en una carrera de karts durante su infancia. Su relación enfrenta desafíos relacionados con la diferencia de edades y perspectivas sobre el compromiso.

Mel (27) y Marie (27). Cuatro años juntas.


Mel y Marie no solo comparten una relación amorosa, sino también una asociación empresarial, gestionando juntas un exitoso food truck. Su vínculo se pone a prueba al evaluar si su conexión personal puede prosperar sin la constante presencia de su vida laboral compartida.

Pues estas son. El formato se mantiene: los participantes se separan de sus parejas originales para convivir tres semanas con una nueva persona del grupo, seguida de otras tres semanas con su pareja inicial. Al final, deben decidir si se comprometen o siguen caminos separados. Este experimento promete explorar aún más las complejidades de las relaciones queer, con momentos de introspección, confrontaciones y, por supuesto, mucho drama.

Así que si te quedaste con ganas de más aftershocks emocionales, de ver cómo las lesbianas navegan el poliamor, el compromiso, los fantasmas del pasado y los choques de expectativas… la segunda temporada te está esperando. Porque si algo nos enseñó la primera, es que el ultimátum no es solo para decidir si te casas: también es una excusa perfecta para ponerte al día con tus amigas, comentar cada escena y volver a ilusionarte (o asustarte) con las movidas que les pasan a otras.

Zahara, pregonera del Orgullo de Jaén, nos recuerda que es bisexual

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La cantautora ubetense no solo nos ha regalado canciones que nos atraviesan el alma (sí, te miro a ti, Con las ganas), sino que ahora se convierte en la pregonera del Orgullo de Jaén 2025. Sí, la misma que nos recordó que Yola mola mil y que nos hizo bailar con Berlín u5, será la voz que inaugure las celebraciones del Orgullo en su tierra natal.

Este anuncio llega poco después de que Zahara compartiera abiertamente su orientación sexual en una entrevista, donde afirmó: ‘Soy bisexual, pero siempre he sido leída como hetero’. Con esta declaración, no solo visibiliza una identidad muchas veces invisibilizada, sino que también se posiciona como una figura clave en la representación del colectivo bisexual en España, una figura que, creo, nos ha pasado bastante desapercibida.

El Orgullo de Jaén 2025 promete ser una celebración inolvidable, y tener a Zahara como pregonera es un paso significativo hacia la inclusión y la diversidad. Su presencia no solo enriquece el evento con su arte, sino que también envía un mensaje poderoso sobre la importancia de la visibilidad y la aceptación. Así que, si estás por Jaén el 20 de junio, no te pierdas el pregón de Zahara. Será una oportunidad única para celebrar el Orgullo con música, emoción y, sobre todo, mucho amor.

Vía: Tiktok

‘Yellowjackets’ tendrá cuarta temporada

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Yellowjackets | Serie | MijnSerie

¡Buenas noticias para las fans del caos, la sangre y los traumas que nunca se curan! Yellowjackets ha sido renovada oficialmente para una cuarta temporada. Showtime ha confirmado que las chicas de las chaquetas amarillas volverán una vez más, y eso significa que aún hay mucho por contar. La tercera temporada, cuya season finale se emitió el 11 de abril de este año, fue la más vista de las tres, con un aumento del 39% en la audiencia en comparación con la temporada anterior.

Aunque la tercera temporada nos dejó con el corazón en un puño, especialmente con la impactante muerte de *quien tú sabes* a manos de Melissa, interpretada por Hilary Swank, la historia está lejos de terminar. Los creadores de la serie, Ashley Lyle, Bart Nickerson y Jonathan Lisco, han planeado una narrativa de cinco temporadas, y la cuarta promete seguir explorando la reintegración de las supervivientes en la sociedad y cómo enfrentan las secuelas de su tiempo en el bosque, que, cof, no son pocas.

Aunque aún no hay una fecha de estreno confirmada para la cuarta temporada, se espera que llegue a finales de 2026, debido a retrasos relacionados con huelgas anteriores . La mayoría de los miembros clave del elenco, incluyendo a Melanie Lynskey, Christina Ricci y Sophie Nélisse, están previstos para regresar, junto con la nueva incorporación Ashley Sutton.

Así que, mientras esperamos ansiosamente el regreso de nuestras sobrevivientes favoritas, podemos prepararnos para más giros inesperados, más secretos oscuros y, por supuesto, más drama emocional. A tope.

Taylor Jenkins Reid, autora de Evelyn Hugo, sale del armario como bisexual

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Taylor Jenkins Reid ha soltado la bomba y, sinceramente, ahora entendemos muchas cosas. La autora de Los siete maridos de Evelyn Hugo, ese libro que todas leímos como si fuera la Biblia sáfica moderna, ha salido del armario como bisexual. Y sí, lo ha hecho justo cuando está a punto de sacar su nueva novela, protagonizada por dos mujeres astronautas enamoradas en plena era espacial.

En una entrevista con Time, Reid contó que su atracción por las mujeres siempre ha estado ahí, aunque durante años la guardó para sí. Está casada con un hombre desde hace tiempo, el guionista Alex Jenkins Reid, que lejos de sentirse intimidado por esta parte de su identidad, la ha acompañado en el proceso con todo el cariño del mundo. Él entendió que su bisexualidad no borra nada de lo que son juntos, y eso, amigas, es el estándar mínimo.

Taylor habló de cómo fue darse cuenta de que era bisexual en los años 90, en una época en la que los mensajes que circulaban eran cualquier cosa menos acogedores. Según contó, se enamoró de una chica cuando era adolescente, pero en ese momento lo único que escuchaba era que estaba ‘confundida’, que ‘solo quería llamar la atención’ o que era ‘una fase antes de salir del armario como lesbiana”’ Lo típico de la bifobia, vaya. Y lo peor es que eso caló. ‘Me dolía porque yo sabía perfectamente quién era, pero me decían que no’, explicó. A muchas nos suena.

Esta salida del armario no solo nos alegra el corazón, sino que además da un nuevo brillo a su obra. Porque claro, de repente Los siete maridos de Evelyn Hugo cobra todavía más sentido. Reid ha dicho que escribir sobre mujeres que aman a mujeres ha sido una manera de conectar con esa parte de sí misma que había tenido que mantener en silencio durante tanto tiempo.

Y no es casualidad que Atmosphere, su próxima novela, tenga a dos mujeres como protagonistas de una historia de amor en la NASA de los 80. Nos promete tensión, deseo, y ciencia. Porque sí, se puede hablar de emociones y gravedad cero al mismo tiempo. Y si hay traje espacial y mirada intensa, mejor que mejor.

Taylor Jenkins Reid ya había vendido más de 21 millones de libros antes de esto. Ahora, además, se convierte en un referente visible y necesario para todas esas chicas bi que han crecido buscando historias que las representen sin etiquetas raras, sin que las invisibilicen, sin que les digan que ‘ya se te pasará’. Estando como estamos, no queda sino alegrarnos fuerte.

Vái: Pink News

‘You Can Live Forever’: salir del infierno

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You Can Live Forever es una joya del cine independiente canadiense que, sin hacer ruido, se ha ganado un lugar en el corazón de quienes buscan historias lésbicas honestas, delicadas y profundamente humanas. Esta película dirigida por Sarah Watts y Mark Slutsky nos transporta a los años 90 para contarnos un primer amor entre dos adolescentes que se desarrolla en el entorno rígido y cerrado de una comunidad de Testigos de Jehová.

La historia sigue a Jaime (Anwen O’Driscoll), una joven lesbiana que, tras la muerte de su padre, es enviada a vivir con sus tíos en un pequeño pueblo de Quebec. Allí conoce a Marike (June Laporte), hija de un anciano de la congregación, y entre ellas surge una conexión inmediata que evoluciona en una relación secreta y cargada de tensión emocional.

Lo que hace especial a You Can Live Forever no es solo su temática, sino la forma en que la aborda. La película evita caer en estereotipos o dramatismos exagerados, y en su lugar ofrece una narrativa sutil y respetuosa que explora las complejidades del amor adolescente, la identidad sexual y el conflicto entre el deseo personal y las expectativas religiosas. La química entre O’Driscoll y Laporte es palpable, y sus interpretaciones aportan autenticidad y profundidad a sus personajes.

La dirección de Watts y Slutsky, junto con la cinematografía de Gayle Ye y la música de CFCF, crean una atmósfera íntima y melancólica que envuelve al espectador en la historia de Jaime y Marike. La película ha sido bien recibida por la crítica, destacando su enfoque sensible y su capacidad para capturar la esencia de un primer amor en circunstancias difíciles.

You Can Live Forever es una propuesta cinematográfica que, sin grandes pretensiones, logra tocar fibras profundas y ofrecer una representación sincera de las experiencias sáficas en contextos religiosos conservadores. Es una película que invita a la reflexión y que, seguramente, resonará con muchas personas que han vivido historias similares.

Si buscas una historia de amor que se aleje de los clichés y que ofrezca una mirada honesta y conmovedora sobre el descubrimiento personal y el amor prohibido, You Can Live Forever es una opción que no debes dejar pasar.

Puedes ver You Can Live Forever en Amazon Prime Video