El pasado Febrero la editorial americana de cómics IDW ponía a la venta los primeros cinco números que componen el primer volumen de la serie de cómics de Orphan Black. Y nosotras, que no podemos esperar más hasta el estreno de la cuarta temporada ni a que los traduzcan, los hemos devorado en el idioma original.
Los creadores de la serie nos habían avisado que los cómics no iban a ser una copia de la serie y que nos presentarían nuevas tramas y nuevos personajes. Los cinco primeros números, que se dividen en las cinco clones con mas protagonismo (Sarah, Alison, Cosima, Helena y Rachel), nos cuentan la línea argumental de los personajes que se omite en la serie. Un lado oculto de los personajes se nos muestra a través de las viñetas para completar las posibles lagunas que la serie haya podido dejarnos, abriendo la puerta a nuevos personajes muy interesantes que pueden llegar a compartir más cosas de las que pensamos con los personajes que ya conocemos.
Helsinki es la continuación de este primer número donde los guionistas se centran en la historia de un nuevo clon, que estaría relacionado con la infancia de Rachel. Este número se pondrá a la venta el próximo mes de Noviembre y estamos deseando poder leerlo. Si el cómic seguirá la línea de la serie o no, todavía es un misterio, lo que si os podemos decir es que estaremos pendiente de la publicación para no perdernos ni un solo detalle.
Parece que ninguna editorial española está interesada en publicar los cómics, cosa que no es de extrañar ya que la serie tampoco ha sido doblada. Seguiremos esperando, pero si te mueres de ganas de leerlo, puedes comprarlos en inglés aquí.
Que tiemble la Casa Blanca, el Pentágono y las cincuenta estrellas de la bandera de Estados Unidos: Lindsay Lohan ha declarado que puede que se presente como candidata a la presidencia del gobierno estadounidense en las elecciones de 2020. Nos quedan cinco años, escasos cinco años para, o ir preparando un búnker o rezar para que en Marte ya haya alquileres asequibles, o ir dilucidando si Lindsay habla en serio o simplemente se ha unido al carro de otros famosos como el rapero Kanye West que han amenazado (sí, creo que el verbo correcto es amenazar) con ponerse al frente del gobierno de una de las inmensas e indiscutibles potencias mundiales.
Imágenes en exclusiva del primer vídeo electoral de Lindsay.
Recapitulemos: la actriz, cantante, empresaria, modelo y ex convicta dejó caer la bomba en su cuenta de Instagram con una foto que tiene casi 50.000 me gusta (lo que me lleva a pensar en que, si se tratase de Facebook en lugar de Instagram, la publicación tendría tantos me gusta o se dispararían las caritas de pavor tan monas que nos ha regalado hace poco Mark Zuckerberg). Al principio podría haber parecido una broma, o una excentricidad de esas de los famosos de Hollywood, pero Lindsay SIGUE subiendo fotos a la red social haciendo referencia a una futura candidatura a la presidencia de Estados Unidos.
Se nos avecina un futuro incierto y apocalíptico que ni los mayas ni el mismísimo George Orwell consiguieron vaticinar: Lindsay Lohan y Kanye West podrían combatir en debates televisivos y defender sus programas electorales con sus dotes dialécticas.
Ralph Wiggum, tercer candidato a la presidencia en 2020 junto con Lindsay y Kanye en el mundo de yupi de Pepi
En HULEMS hemos hecho un exhaustivo y arduo trabajo de investigación y parece que puede ser cierto: no se excluye a ex convictos para concurrir a las elecciones, así que los problemas con la justicia de Lindsay Lohan no serían una mancha en su expediente para llegar a la Casa Blanca. Aunque si a Bill Clinton le costó el cariño y la confianza de los estadounidenses su affair con su secretaria, Lindsay tampoco tendrá un camino de rosas si de verdad pretende presentarse como candidata en 2020. Ya sabéis: cinco años para ir trazando un plan, cinco años en los que HULEMS os seguirá manteniéndoos informadas sobre la carrera electoral de Lindsay Lohan for President.
Ser famosa y acceder a ir a un talk show debe ser como vender tu alma al diablo. Y si encima tu novio forma parte del contrato y es el encargado de hacerte preguntas muy, muy comprometidas, seguro que sientes las llamas en la nuca a la primera de cambio. Que se lo digan a Olivia Wilde, la actriz que llevó a personajes bisexuales a la pequeña pantalla como la doctora Trece en la famosa serie House, y que tuvo que hacer frente en el programa Watch What Happens Live a la espinosa pregunta de su pareja, Jason Sudeikis:
Olivia, has interpretado a personajes bisexuales –más de uno–. ¿Alguna vez te has sumergido en el estanque femenino en la vida real?
Dejando de lado la extraña traducción al castellano, la pregunta de Jason es muy clara: ¿Olivia Wilde ha estado con mujeres en la vida real? Al grito de varios oh my God y con risitas nerviosas, la actriz consigue recomponerse y soltar un sutil pero inconfundible: “Aprecio a todas las personas”. Andy Cohen, el conductor del programa, lo toma como un rotundo “sí”, y, qué vamos a decir, nosotras también.
Los rumores sobre la orientación sexual de Olivia son directamente proporcionales a los papeles bisexuales que ha interpretado. Y los cuchicheos, claro, se disparan si mujeres bisexuales de la talla de Megan Fox dicen frases como “Olivia Wilde es tan sexy que me hace querer estrangular a un buey con mis propias manos”. Y si respondes al flirteo pasados los meses con un “Desde luego, cualquier cosa que pueda hacer para salvar a un buey, estoy feliz de hacerlo”, los rumores se convierten en fuego griego. Esperemos que Megan no haga daño a ningún pobre animal después del bombazo que Olivia soltó en el programa de Andy Cohen, pero queda confirmado: la actriz ha estado con otras mujeres, y no sabemos si amar u odiar a Jason Sudeikis por sonsacarle ese significativo dato en Watch What Happens Live.
Pese a que ya han pasado un par de años desde su estreno, la estela de Frozen no se ha derretido ni un poco. La película anunció hace unos meses que tendría una continuación, y esta semana han saltado de nuevo unos rumores que apuntan a que, quizá, la princesa de Arendelle podría croquetear en esta nueva entrega de la saga. Para apoyarla, el medio yibada.com hace una interpretación de las palabras del director de la primera película, Chris Buck:
La Reina Elsa ha tenido un viaje dramático, y al ginal, ella empieza a sentir que puede abrirse y divertirse de nuevo. Eso es lo que es bueno de esta fiebre de Frozen. Podemos divertirnos con Elsa, y con esa personalidad. Ya veréis en la siguiente película.
Y también sus palabras en otra entrevista:
Tenemos dos mujeres muy fuertes protagonizando Frozen. Vamos a seguir con eso en la siguiente. Y vamos a tratar otros asuntos que, creo, están ahí fuera y que chicos y chicas, hombres y mujeres, están lidiando con ellos. Creo que somos muy conscientes de los que está pasando en la sociedad.
Parece que vamos a ver una nueva cara de la reina, pero , ¿se atreverán a sacar a la luz a la primera chica Disney lesbiana? Si bien es cierto que en su canal televisivo la compañía esta haciendo grandes avances, como por ejemplo mostrar la primera familia homoparental en Good Luck Charlie, el hacerlo en una de las películas estandarte de la marca es harina de otro costal. De todos modos, cada vez parece más probable que esto vaya a suceder en algún momento, y alguna vez tiene que ser la primera, ¿no?
La bailarina y coreógrafa Isadora Duncan nació en la ciudad californiana de San Francisco en 1877. Fue una mujer transgresora y valiente, que defendió su manera particular de ver la danza con pasión y ahínco y que recibió halagos y críticas de sus coetáneos. Por muchos considerada la madre de la danza moderna, Isadora Duncan fue una de esas mujeres difícilmente repetibles en la Historia. Pero si hay una frase que pueda resumir mejor su amor precoz por el baile y su fascinación por la mitología y cultura de la Antigua Grecia, la gran musa de su obra, es una de su puño y letra:
Si se me preguntara cuándo empecé a bailar, contestaría: En el seno de mi madre, probablemente por efecto de las ostras y del champán –el alimento de Afrodita.
Isadora no tuvo una infancia, ni una vida, fácil: su madre se divorció en 1880 y se mudó con sus cuatro hijos a una ciudad de las afueras de San Francisco. Sacó a su familia adelante impartiendo clases de piano, pero Isadora, con diez años, y su hermana Elizabeth pronto ayudaron a la economía familiar enseñando danza a niños de los alrededores. Después de trotar por diferentes estados y ciudades de su Norteamérica natal durante su adolescencia, Isadora convence a su madre y su hermana para dar el salto al Viejo Continente en 1899.
La joven bailarina ya llegaba a Europa con una madura manera de entender el arte de la danza, influenciada por la cultura griega y los movimientos fluidos del mar. Con 17 años había entrado en la compañía de Augustín Daly en Nueva York, pero sería en su primera estancia en Londres, en sus numerosas visitas al Museo Británico, cuando empieza a materializar su pasión por la Antigua Grecia en pasos de baile observando las vasijas y obras del museo. Isadora representó una revolucionaria visión de la danza en un época en la que la encosertada coreografía y puesta en escena del ballet clásico copaba los escenarios. Ella llevó la filosofía y el arte griego a sus pasos y movimientos: se enfundó en túnicas ligeras y puso su alma en coreografías que parecían más fluidas, menos rígidas, que enloquecieron y enojaron a críticos y público y que pronto la llevaron a recorrer, junto a su madre y su hermana, numerosas ciudades europeas y americanas para mostrar al mundo su arte.
Rodeada de la crème de la crème de su época, Isadora se había convertido en una mujer libre y moderna, bisexual, con unos ideales y estilo de vida muy alejados a lo que pudiera parecer políticamente correcto para una mujer en los albores del siglo XX. Llevaría la libertad que plasmaba en sus bailes también a su manera de entender la vida: contraria a la idea del matrimonio, tuvo dos hijos con dos grandes personalidades de la cultura sin comprometerse con ninguno de ellos. Y su bisexualidad la llevó a tener relaciones con otras mujeres del calibre de la poetisa estadounidense de ascendencia española Mercedes de Acosta o la escritora también norteamericana Natalie Berney.
La tragedia llegó a la vida de Isadora en 1913 cuando sus dos hijos murieron ahogados en las aguas del río Sena junto a su niñera. Después de varios intentos de abrir escuelas de danza en diferentes ciudades de Grecia, como en su amada Atenas, que acabaron en fracaso, en 1921 radica en Moscú por invitación del gobierno soviético, fascinado con su danza. Al año siguiente se casa con el poeta ruso Serguei Ensenin para que éste pueda acompañarla en una gira en América. Serguei se suicidada en 1925, añadiendo otra tragedia a la vida de Isadora.
A pesar de su fama y su éxito, al final de la vida de Isadora los problemas económicos llegaron a su puerta. La bailarina decidió escribir un libro autobiográfico, Mi vida, en un intento de ganar dinero. Fue publicado en 1927, pocos meses antes de su muerte, y serviría en 1968 para que el cineasta Karel Reisz crease su película Isadora. Como suele ocurrir con los grandes personajes de la historia, la muerte de Isadora Duncan está rodeada de misterio y logró acrecentar la notoriedad que tuvo en vida: con 50 años, falleció en la ciudad francesa de Niza, cuando el chal que llevaba en el cuello se enredó en una rueda del coche en el que viajaba. Isadora Duncan supuso un punto de inflexión en el mundo de la danza, y fue un icono de mujer libre, vital y sexualmente, que dejó un gran legado tanto en la cultura como en la liberación de la vida de las mujeres.
Hace unos días os traíamos una web serie, Elevator Story, que nos contaba historias de amor, desamor, y más cosas, dentro de un ascensor, y entonces me dio por pensar que el recurso de dos croquetas encerradas dentro de un ascensor, solas, apartadas de miradas ajenas, es más que recurrente en la ficción. De hecho hay incluso un libro lésbico, escrito por Meghan O’Brien y titulado Thirteen Hours, que va exactamente de eso. Pero libros aparte, es innegable que los ascensores son unos sitios buenísimos para que se encienda la pasión. Seguro que sabes de lo que te hablo *guiño guiño*
Pepa y Silvia – Los hombres de Paco
Esta serie, aparte de dejarnos claro que el presupuesto del Ministerio del Interior para renovación de edificios no está muy allá, nos trajo una de las historias más chulas entre dos chicas, una historia que venía de lejos, y que nos dio momentazos como este. ¿Que no hay beso? Es verdad. Pero hay una tensión que es mil veces más potente.
Bette y Tina – The L word
https://www.youtube.com/watch?v=fN8J6BtVUfY
Quedarte encerrada en un ascensor en plena ola de calor en Los Ángeles con tu ex mujer, de la que estás locamente enamorada, sólo puede traer algo todavía más caliente. Que levante la mano la que tenga esta escena en el top diez de la serie.
Callie y Arizona – Anatomía de Grey
El ascensor del Seattle Grace Mark Sloan Derek Grey Como-quiera-que-se-llame (algún día me lo aprenderé) ha visto cosas. Muchas cosas. Demasiadas cosas. De entre todas, nos quedamos con este beso agridulce entre Callie y Arizona.
Maca y Esther – Hospital Central
Las fangirls lo vivimos como si estuviéramos viendo el advenimiento de una nueva era. Porque realmente lo era. Maca y Esther, después de muchas dudas de la enfermera, se lanzaban. ¿Y donde? Pues en el ascensor, claro, el mismo sitio que nos daría después muchas alegrías.
Stella y Reed – The Fall
Lo de Stella y Reed no es estrictamente un asunto de ascensor, pero la cosa se queda a las puertas de uno. Una de nuestras escenas favoritas del año pasado, por su potencia y por su naturalidad. Bueno, y porque salen Archie Panjabi y Gillian Anderson, eso también.
Root y Shaw – Person of interest
Cuando ves el fin tan inminente, hay que lanzarse sin red. Y eso es lo que hizo Shaw besando a Root, para finalmente salir del ascensor y dirigirse a un futuro incierto. Un episodio de shock, una escena de shock al cuadrado.
Si algo hay que reconocerle a La uno es el mimo con el que trata a sus personajes lésbicos en las series. Lo estamos viviendo con Celia Silva en Seis Hermanas, y lo vivimos con Ana y Teresa, una de las parejas mas queridas del panorama patrio, y una de las favoritas de las abuelas. Ellas también tuvieron su momento ascensor-vintage.
La película protagonizada por Marilyn Monroe Some Like It Hot (en España conocida como Con faldas y a lo loco) dejó entrever, allá por 1959, una realidad muy lejana a su tiempo: el matrimonio entre personas del mismo sexo. A veces estas cosas pasan: de Los Simpsons se dice, por ejemplo, que vaticinaron los atentados del 11S, pero casualidades o no, a veces el cine consigue adelantar un futuro inimaginable en ese momento.
Con faldas y a lo loco es una comedia clásica, de aquellas en blanco y negro, en la que los músicos Jerry (Jack Lemmon) y Joe (Tony Curtis) tienen que hacerse pasar por mujeres para huir de la mafia después de haber sido testigos de la famosa matanza de San Valentín en 1929. Recordemos que hablamos de una película de 1959, y de hombres vestidos de mujeres, así que la censura no se hizo esperar en España y se prohibió la proyección de la película de Marilyn Monroe porque se consideraba que favorecía la homosexualidad: el personaje de Jack Lemmon, Jerry, empieza a vivir demasiado su álter ego femenino y se compromete en matrimonio con el excéntrico millonario Osgood Fielding.
En la escena final de la película Jerry intenta zafarse de ese futuro matrimonio poniéndole excusas a su prometido. Quitándose la peluca, confiesa que es un hombre, pero Osgood se medio encoge de hombros y contesta: “Bueno, nadie es perfecto”. Tendrían que pasar 42 años desde ese inesperado final hollywoodense hasta que se aprobase el matrimonio igualitario, por primera vez en el mundo, en los Países Bajos, pero, oye: curiosa primera toma de contacto.
Todavía estamos cogiendo el ritmo de la tanda de estrenos de septiembre, pero mientras tanto las cadenas están tomando decisiones sobre el futuro de las series que se emiten en primavera-verano, muchas veces con un resultado que no va a gustar a los fans. Es el caso de Rookie Blue y Defiance, dos series que en esta web son muy queridas (no os vamos a engañar: Que tengan personajes croqueta influye mucho), dos series que no continuarán en emisión.
Para Rookie Blue, cuyo futuro ya nos imaginábamos dadas las declaraciones que había por todas partes, y que ahondaban en la idea de que “bueno… si termina, al menos habrá tenido un buen final”, un sentimiento absolutamente derrotista que al final se ha cumplido, su sexta temporada será la última. Bien es cierto que la historia de los policías novatos ha finalizado con un lazo, una boda, algo que agrada a espectadores y actores, y que da final a algunas tramas que, de otro modo, se quedarían colgadas. Nos quedamos con eso.
Por otra parte, el drama interespacial Defiance, que contó durante sus tres temporadas con actrices tan conocidas como Mia Kishner y Jaime Murray, termina su andadura en Syfy. Como cuentan en Hollywood reporter, la serie fue la primera en salir a la vez como ficción televisiva y videojuego, y fue una inversión muy rentable para los estudios, que han decidido cancelarla después de que la audiencia cayera hasta poco más de un millón de espectadores. Lástima.
¿Vosotras veíais alguna de las dos? ¿Os da pena que terminen? ¡Contadnos cositas en los comentarios!
Tópicos típicos, esta sección donde cogemos una frase clásica del mundo croqueta y hacemos con ella el mono serias reflexiones. En el capítulo de hoy:
‘Las lesbianas están todas locas’ lesbiana común dixit
Siempre me ha fascinado esta idea, que creo que decimos todas las muchachas con gustos croquetiles del mundo, y siempre me ha recordado a la historia de las dos preguntas. Me explico: (Scout se pone gafas de empollona)
Entre un grupo de personas se reparten dos preguntas. La primera: ‘¿Quieres cambiar el mundo?. La segunda: ‘¿Crees que los demás quieren cambiarlo?’. Los resultados, abrumadora respuesta afirmativa en el primer caso, y negativa en el segundo. Ante esta ilógica situación —Beltrand Russel allá donde esté se remueve en su tumba pensado en si A es B y B es A— y yo me paro a pensar (a veces pasa), ¿Por qué?
Scout me hace poner a filósofos en HULEMS
¿Por qué todas pensamos que nuestra compañeras de orientación sexual están locas, pero nos excluimos? Es más, ¿a que se debe esta idea de la locura masiva? —Freud guarda silencio— ¿Será porque cazar palomas a ras del suelo nos jode la vida? ¿Será que vemos demasiadas tramas de ficción mala? ¿El trauma de si Elena Anaya saldrá del armario definitivamente algún día? ¿Será el pelo de gato? ¿La voz de Malú?
Confirmación de que Malú es Úrsula de La Sirenita: Quiere tu voz
Estudios de la Universidad de HULEMS afirman que el problema radica en el punto en que dos cerebros femeninos se unen. Veámoslo así: En una relación heterosexual la retorcida mente de una chica se ve compensada por la más práctica y sencilla de un chico (os envidio muchachos). En una relación gay las cosas resultan, cuanto menos, más directas —hola Grindr — ¿Pero qué sucede cuando dos cerebros completos capaces de realizar suposiciones triples del orden de ‘y si y si y si’ se unen? CORRECTO, se desencadena la locura (al menos de forma transitoria)
Y luego está la otra cuestión: Somos unas intensas.
Porque esto es así, nos encanta el romanticismo, la pasión, los sentimientos… pero también los dramas, los ojos húmedos por la mujer de nuestras vidas y un largo etc de sensaciones y sentimientos más propios de una telenovela latina que de personas racionales.
Así que es posible que sí, que las lesbianas ESTEMOS todas —un poco— locas y que tanto quejarnos y repetírnoslo, cuando aparece alguien normal en nuestras vidas seamos nosotras las que digamos: Con esta que me gusta me toca a mi ser gilipollas. No puede ser, algo tendrá, porque Natalie Portman solo hay una.
* Todo lo aquí recogido no puede entenderse si no desde una perspectiva de pretende, exclusivamente, hacer humor.
La historia de Emily y Alison no ha sido un camino de rosas, ni mucho menos. De hecho, a veces podríamos pensar que ni siquiera es una historia. Pero este video, con Coldplay de fondo, nos hace pensar que, a lo mejor, en otras circunstancias, lo suyo hubiese sido algo épico.