En el episodio anterior:
La única que nos podía caer medianamente bien, Haruki, hizo su movimiento contra Haru antes del festival y falló. Ahora nos quedan ocho asesinas.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y este sexto episodio se podría resumir con esta:
Pero no adelantemos acontecimientos. Al principio del episodio tenemos el primer encuentro de Hitsugi y Chitaru y todo es jiji-jaja y que si parezco una niña de diez años, que si yo me caí en una marmita de fijador de pelo de pequeña… Vamos, que ambas conectan desde el principio.
Es el festival del aniversario de la academia y, en fin, no os voy a contar el mariconeo lo bien que se lo pasan nuestras protagonistas porque para eso ya están las imágenes.
Parece increíble lo mucho que se ha suavizado Tokaku con respecto a Haru y las risas que se tiene que estar echando Kaiba en la sombra.
Mientras tanto, Chitaru anda proclamando en medio de la juerga el porqué está en Myôgô: para cazar a la asesina especializada en venenos, Trompeta de Angel. Ya sólo por la cara de Hitsugi al escuchar el nombre sabemos que ella es la susodicha. Como si una burla se tratara, insiste en ayudarla en dicha captura.
Como aquí no hay ausencias que valgan, la obra sigue en pie con Shienna dándolo todo más que nunca. Nuestras protagonistas hacen de Teobaldo y Mercutio y cualquier asociación de padres, y nosotras mismas, nos quedamos horrorizadas al ver que… ¿Practican con espadas de verdad? Ese sonido es demasiado real para que sean de plástico.
Llega la noche y las cosas se complican:
Camino a los baños, Chitaru ve a Haru discutiendo con Tokaku. El objetivo de las asesinas se ha dejado el guión en el escenario y pretende ir a buscarlo en mitad de la noche. Mientras están ocupadas dando vueltas, descubrimos que Shienna estaba tan emocionada con la obra porque así podía poner en marcha su plan.
Pero Shienna está gafada desde el principio: Otoya la usó de cabeza de turco y le rompió las gafas y ahora aparece Hitsugi, con la voz muy cambiada, para mear en su territorio y ¿matarla? con una buena dosis de veneno.
Cuando llegan Tokaku y Haru, Hitsugi hace su presentación como asesina y Haru recibe no sólo el aviso de Shienna, si no el de Hitsugi.
Pero Shienna está fuera de combate (¿Muerta? ¿Es el tema de la hospitalización un eufemismo para la tumba?) y como la tarjeta si le ha llegado a Haru, las 48 horas se aplican y ya está descalificada. Queda Hitsugi y sus venenos y Chitaru mirando alrededor viendo fantasmas en los sitios que no tocan.
Es el día señalado y Tokaku va lanzando sonrisas y frases matadoras porque está evolucionando a un dere que ya no sé definir. Pero nuestra parejita no es la única que respira la primavera, Hitsugi también está flirteando de lo lindo en los camerinos con Chitaru.
Chitaru nos cuenta que es tan buena tan buena tan buena, tan santa tan santa tan santa, que busca a Trompeta de Ángel para vengar a la hija de un profesor a la que sólo vio una vez. Tampoco nos sorprende tanto, claro, Chitaru se encapricha de la primera moza que ve y ya es para siempre.
Empieza la obra y Isuke ya nos avisa:
Como buen anime, la representación de Romeo y Julieta siempre empieza habiéndose saltado como la mitad del primer acto y Romeo y Julieta ya se han visto y enamorado. Shakespeare está revolviéndose en su tumba con estos japos…
En mitad de sus líneas Chitaru tiene tiempo, no sólo de observar como Haru y Tokaku descubren las espadas envenenadas por Hitsugi entre bambalinas, sino de sumar dos más dos respecto a su Julieta. Con ese tipo de visión quien necesita más.
Chitaru está tan cegada por su enamoramiento que esos dos más dos le salen a tres y no cuatro: Enfrenta a Tokaku y a Haru porque cree que esta última es Trompeta de Ángel y que Hitsugi se ha entrometido en el asunto para protegerla. Serías adorable si no dieran ganas de darte fuerte Chitaru.
Se lanzan a la pelea de espadas en medio del escenario para viajar en el espacio tiempo a un claro de un bosque de situación indeterminada. A lo mejor Tokaku habría tenido tiempo en medio del teletransporte narrativo de explicarle que es su novia la que va envenenando al personal, pero claro, no tendríamos esta escena tan cool de las dos butch del anime luchando.
Entre Tokaku e Hitsugi consiguen convencer a Chitaru de que sí, que ha estado engañada todo este tiempo por el cuerpecito de niña y la vocecita angelical. Que su plan era conseguir la muerte de Mercutio más auténtica posible, envenenando la espada de Haru.
Chitaru está desolada. Ahora que las sumas le salen bien empieza a descubrir el oso tracionero y la pistola de veneno, todo amenizado con flashbacks de Hitsugi dorándole la píldora y rompiendo nuestros corazoncitos.Cegada por el dolor, se planta en el escenario cuando no debe (¿A quién le importa ya la obra?) y amenaza a Hitsugi con una daga.
A estas alturas ya no es sólo las dos del público que no se han soltado de la mano en todo el episodio y que ahora se levantan, es que tu estás ya con la nariz pegada a la pantalla. Cuando Histugi se empala con la daga todo es drama y música muy triste.
Para acabar de romper a la audiencia, aparece Nio explicando que el deseo que le había pedido a Myôgô era el de salir de allí con Chitaru a su lado. Aquí ya empezamos a arquear una ceja en medio de nuestro llanto porque… alma de cántaro, ¿Qué te impedía salir de allí con Chitaru sin liarla así de parda? ¿Qué podía ofrecerte Myôgô que no pudieras conseguir tu de tu propio pie?
Pero ya no hay razonamientos que valgan. Todo es dolor y la vida es sueño y demás poemas manidos y Chitaru se bebe el veneno que encontró. Así, cada una muere como su papel indica y todo el público aplaude porque, diantres, ¡Que realista ha quedado todo! Da igual que al apuñalar debería haber salido ahí un montón de sangre, o que el veneno te de espasmos, te haga salir espuma por la boca y demás lindezas. ¡Que realismo! ¡Que ejecución más dramática!
Y sobretodo, volvemos al trope de “lesbiana feliz, lesbiana muerta” que plaga nuestras series . Aunque estando como estamos en un anime de asesinas, casi te dan ganas de gritar “POR FIN” cuando alguien muere de verdad… ¡A mitad de la serie! Entre el drama y la confusión, terminamos como terminan nuestras protagonistas:
El ending, por supuesto, es yuri y dramático hasta decir basta, con Mami Uchida (Hitsugi) y Sachika Misawa (Chitaru), cantando Poison Me.
http://youtu.be/UZ5Z1JvxefU