Ayer por la noche se estrenó el season premiere de Rookie Blue, y nos trajo de vuelta a Gail y Holly, la pareja lésbica de la serie (y, no os voy a engañar, una de mis favoritas de la parrilla actual). Este episodio enlaza directamente con el último de la cuarta temporada, en el que se produjo un tiroteo en la comisaría de policía, y es por eso que está cargadísimo de drama. Hay compañeros que están en cirugía, sin saber si resistirán la operación, y es por eso que todos los agentes están en tensión y tristes, muy tristes. Incluída Gail, que propone un planazo: ir con su chica a darse el lote en la comisaria, para ser “la gran distracción gay” y que todos olviden el dramón por el que estan pasando.
Menos mal que Holly está con ella, indicándole cosas básicas en estos casos, como dónde está la botella de whisky. Eso si que es una novia. Y cuando esta abre la puerta del baño y se encuentra con que la rubia se ha cortado el pelo a tijeretazos, en un intento de que con eso se vaya el mal pasado, hace lo que toda buena novia ha de hacer: retocar el corte.
— Confirma existencia (…) Así que esto está pasando…
— ¿Qué he hecho? —Te has cortado todo el pelo —Estoy alucinando un poco, ¿no?
—Las cosas van a donde quieren —Justo como este remolino. No es exactamente un cuento de hadas.
Holly se está portando como la novia más genial, comprensiva y paciente de la tierra. Tu novia completamente borracha se hace un desastre en el pelo y tú, con todo el amor del mundo, se lo arreglas. Es… awww. Y para terminar la tarea, le da un beso suuuuuuuper romántico bajo la ducha. En serio, #TeamHolly.
Son fantásticas, tienen una química increíble juntas. Y aunque Charlotte Sullivan (Gail) declaró que su relación no será un camino de rosas esta temporada en una entrevista para Huffington Post Canada, de momento el inicio nos ha robado el corazón. Somos ultra fans.