Este domingo de vuelta al pelirrojo no podría ser si no para Kate Walsh. LA pelirroja del Mercy West que nos robó el corazón sin darnos cuenta. Primero le tuvimos manía porque engañó a Sheperd con su mejor amigo. Y luego nos dimos cuenta de que en realidad no era su culpa, ¡ella no podía evitar estar buena! ¿¡¿¡VALE!?!?! No puede. Igual que no puede no ser sexy diagnosticando.
He aquí de nuevo el poder erótico de las gafas de pasta. Porque reconocelo, cuando llegó el personaje de la doctora Addison a Anatomía de Grey, te pasó lo que a Shonda Rhymes, que querías que se fuera pronto. Y luego resulta que no te podías quitar de la cabeza esos morritos fruncidos de concentración. Pero no sólo fue culpa de las gafas de pasta o los morritos. Kate Walsh está dentro del grupo de lo que comunmente se conoce como feapa. Normas de identificación de las feapas:
– La primera impresión nunca es buena.
– La miras de refilón y piensas, está buena. Y cuando la miras de cerca piensas…pse, no, no está tan buena.
– “El gesto sexy” Todas las feapas tienen uno. Luego identificarás más, pero hay uno que hace que salte el click.
– “El click”. Ese momento que pasas del no es que sea fea, pero no es nada del otro mundo, es mona sin más. Al dios mio cómo puede estar tan buena esta tía ¿¡¿Cómo!?!?
Y es ahí cuando al más puro estilo How I met your mother oyes cristales rompiéndose y un aura de brillitos rodea a la feapa, mientras caes en la cuenta de todos los elementos sexys que estaban ahí y que no supiste apreciar desde el principio: el vestido con la bata, el pelazo que le cae todo casual en la cara, esos morritos de concentración, esa mirada acero azul, esas piernas interminables…
Hasta llorando es jodidamente sexy ARFFF
La podéis encontrar en twitter por @Katewalsh o en su instagram por Kate Walsh, donde podéis ver su faceta más casera.