Esperábamos mucho de estos Globos de Oro. Muchísimo. No en vano, Carol partía como favorita en cine, con cinco nominaciones (Mejor banda sonora, Mejor Película de drama, Mejor director, y doble nominación en Mejor actriz para Cate Blanchett y Rooney Mara). Pero, aunque la película de Todd Haynes fuese nuestra principal baza, teníamos grandes esperanzas en otras categorías como, por ejemplo, Lily Tomlin como Mejor actriz de comedia, o las categorías de televisión, plagadas de nominaciones con aire lésbico.
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El resultado no puedo ser peor. De todas nuestras apuestas, no se cumplió ni un solo resultado. Carol se fue de vacío, siendo batida por The revenant, la película de DiCaprio, en Mejor Película y Mejor director, por Ennio Morricone y su banda sonora para la última de Tarantino, y por Brie Larson en Mejor actriz. El chasco que nos llevamos fue supremo, pero solamente fue la culminación a una gala larga y pesada, con un presentador con más ánimo de provocar que de entretener, y deslucida por la falta de esos grandes momentos que nos gusta ver en los Globos de Oro.
Hablo de esto, por ejemplo.
Croquetamente hablando, la única alegría de la noche vino de la mano de Lady Gaga, quien se alzó con el premio por su interpretación en American Horror Story: Hotel de una vampira bisexual. A los 90 jurados de los Globos de Oro les gusta votar a lo más famoso y a lo más nuevo, y no iban a dejar pasar la oportunidad de premiar a la cantante por su primer papel de relevancia en la televisión. Este galardón levantó revuelo, Gaga competía con nombres como Kirsten Dunst, Felicity Huffman o Queen Latifah, pero nosotras estamos encantadas, porque además nos regaló el primer gran gif de 2016.
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El premio a Lady Gaga llegó más o menos a mitad de la gala, cuando ya estábamos alzando la ceja más de lo debido. Habíamos visto como Transparent, que el año pasado brilló en la temporada de premios, perdía en varias de sus nominaciones ante una inesperada Mozart in the jungle, que se llevaba a a casa Mejor serie de comedia y Mejor actor en serie de comedia. Y para comedia, el duo formado por Jennifer Lawrence y Amy Schumer, JLaw y ASchu, que publicitaron un poco la película que están preparando juntas. Además de eso, las necesitamos en más sitios: presentando galas, protagonizando True Detective t3… lo que sea.
Jennifer Lawrence and @amyschumer. #BFFS #GoldenGlobes https://t.co/5jsNvvym4C
— Golden Globe Awards (@goldenglobes) January 11, 2016
Nosotras estábamos muy tranquilas y muy bien.
Recapitulamos: Todo lo croqueto va perdiendo, incluída la primera nominación de la noche de Carol. #croquetoglobos pic.twitter.com/UMOm2VIs0M
— Hay1LesbianaEnMiSopa (@HULEMS) January 11, 2016
Pero terminamos la noche peor.
Carol no gana ni un solo Globo de Oro. #croquetoglobos pic.twitter.com/n4j0ZrkHMZ
— Hay1LesbianaEnMiSopa (@HULEMS) January 11, 2016
Este año las nominaciones eran más LGBT, y especialmente más lésbicas, que nunca. Pero, como decía alguien en Twitter, aunque Carol nos ha enseñado que podemos tener final feliz, todavía no nos dejan del todo. Los Globos son unos premios particulares, votados por solamente 90 personas, algo que cierra mucho las posibilidades de que una película, por muy clásica en su estructura que sea, si está protagonizada por dos mujeres, y más si estas dos se enamoran, pueda alzarse con grandes premios.
Los Oscar, por más encorsetados que puedan parecer, tienen una cosa bastante más a favor que los premios de anoche, y es la cantidad de gente que vota: casi 6000 personas son las encargadas de repartir las nominaciones y premios, y se rigen por unos estándares diferentes.
Habrá quien piense que quizá Carol no tenía la calidad suficiente para ganar, que el film no deja de ser una historia que sí, está bien, pero no pasará a la historia. Pero estaba nominada en cinco categorías, era la favorita para todos los medios y críticos, y no se ha llevado ni siquiera Banda sonora. Las actuaciones femeninas yo sí creo que son dignas de premio, no en vano Rooney Mara se llevó la Palma de Oro en Cannes, y prácticamente paso desapercibida en la gala. Por no hablar de La chica danesa, que pasó sin hacer ruido. Una cosa es no premiar, y otra muy distinta echar a un lado. Y eso es lo que creo que sucedió anoche.
