La primavera ha llegado y con ella, la sangre alterada. Pero no por el amor, aunque eso todavía está por verse, si no por las 12 asesinas de la clase Kuro en la prestigiosa academia Myôjô. Todas ellas tienen un objetivo que desconocen, aunque las sospechas recaen sobre Haru Ichinose. Ella es la única que parece inocente de verdad y Akuma Tokaku, nuestra protagonista, sabe que deberá asesinarla antes que las otras.
Así empieza Akuma no Riddle, el anime yuri de esta temporada de primavera de mano de los de estudio Diomedéa. Nos ha llamado tanto la atención que retomamos nuestra costumbre de recaps para contaros, episodio a episodio, lo que nos vaya desvelando este thriller de colegialas.
Tokaku Akuma es la alumna aventajada de una hiper secreta escuela de asesinas que entrena niñas desde que nacen en el noble arte de matar. A lo mejor les falta un poco de sutilidad en el asunto, porque eso de un campo de entrenamiento detectable a vista de pájaro y un jefe que lleva gafas de sol en medio de una sala oscura quita mucho del “hiper” al “secreta”.
Dicho jefe es un poco mamón y se dedica a marear a Tokaku con insultos y juegos por el móvil.
La nueva misión de Tokaku es entrar en la academia Myôjô y matar a una de sus compañeras de clase. Habrá otras doce compañeras con una misión similar y el cliente que ha montado toda esta farándula es, ni más ni menos, que el director de la academia.
El primer encuentro entre nuestras dos protagonistas es muy a la japonesa: Una clase vacía, una puesta de sol, un encuentro de miradas apasionado… Vamos, que Tokaku no se ha enterado pero acaba de tener un flechazo en toda regla.
En su primer día de clase sólo tenemos cuatro asesinas presentes, a cuál más personaja: Nio Hashiri, rubia de bote; Isuke Inukai, meretriz en sus ratos libres y Mahiru Banba; bipolar a secas.
(Se las ve tías súper majas…)
Después de varios encontronazos donde todo el mundo deja claro, no sólo que mata por profesión, si no que está muy mal de lo suyo, Tokaku vuelve a los dormitorios acompañada de Haru. Aparte de tener la irritante costumbre de hablar de sí misma en tercera persona, Haru parece la única estudiante normal, alegre y actuando acorde a su edad que Tokaku se encuentra. La fascinación es inmediata.
¿Pero es normal la palabra adecuada para Haru? ¿Qué son esas cicatrices en las piernas que nuestra protagonista nos muestra en un raro momento de fanservice?
En el control de habitaciones nos presentan a las siguientes locas asesinas que poblarán nuestra serie: Haruki Sagae, kôgal a medias; Shinya Banba, la otra cara de Mahiru y un par de croquetas que no tienen desperdicio: la princesa caballero, Chitaru Namatame y su enamorada, Hitsugi Kirigaya.
(Si has conseguido no reírte cuando han salido las rosas, galleta)
Ante semejante fauna, es normal que Tokaku esté más y más pendiente de Haru. Hasta le pide que le ayude con el acertijo de Kaiba y esta le responde un misterioso “El mundo está lleno de perdón” con el que cerramos el primer episodio.
Aunque va a ser interesante ver la evolución de Tokaku y Haru, el combo chicas monas y escalofriantes con esos fondos monocromos y esas risitas de sierra se lleva un poquito al extremo. Las reseñas de ANN no han sido muy positivas para este anime, pero esperamos de corazón que los de Diomedéa tengan un par de ases en la manga con el que encandilarnos.