Siempre apetece una buena comedia romántica, bien porque se tiene un día de esos días en los que apetece meterse bajo las sábanas y no salir, o porque ha sido un día guay y apetece algo acorde a ese estado pletórico. Y, como buena comedia romántica, Un pavo rosa va perfectamente para cualquiera de esas ocasiones. La última novela de Diana Gutiérrez, que tiene un musical como telón de fondo, viene dispuesta a hacer las delicias de las nostálgicas de los 90, ambientada en esa época, está repleta de referencias a la década de Nirvana y los Backstreet Boys.
Una novela juvenil, muy gamberra y desenfadada que os arrancará más de una carcajada con los embrollos en los que se meten sus protagonistas, Verónica, Nick para los amigos, y Alejandra, Álex, mejor. Nick es la macarra, la fiestera y la que pasa de todo. Álex todo lo contrario, la responsable, la rara y la que no encaja. Contada en primera persona y alternándose los narradores entre las dos protagonistas, Un pavo rosa se desarrolla de manera no lineal, a medida que seguimos todos los pasos de Álex y Nick pasos en el presente, vamos indagando más y más sobre un pasado que no siempre ha sido de color de rosa gracias a los flashbacks.
Es posible que al principio nos quedemos con cara de circunstancia porque no entendamos nada. No os alarméis, es normal. Una tal Álex está en casa de una tal Nick a primera hora de la mañana, pero Nick no sabe qué hace exactamente aquella chica que conoce del instituto en su casa. Ante la incomodidad de la situación, Álex sale a comprar el desayuno y besa a Nick, lo que la desconcierta todavía más, a ella y a nosotras. ¿Qué está pasando aquí? Tendremos que seguir leyendo para ver cómo estas dos han llegado a ese punto, descubrir qué es lo que pasará a partir de ese momentos y decidir si somos #TeamNick o #TeamAlex.