Quería que me gustase. Palabrita que sí. Lo he intentado fuerte, pero no ha sido posible. Aunque me cueste decirlo, fue duro hasta llegar al final. Almost adults ha sido una grandísima decepción y, de principio a fin, es un desastre.
Como seguidora más o menos habitual del trabajo de Sarah y Adrianna en Unsolicited Project, tenía muchas esperanzas puestas en la película y daba por hecho que añadiría otra a la muy escasa lista de comedias croquetas, ligeras pero bien hechas, de esas con las que pasas un buen rato y te reconcilias con el mundo mientras comes pizza en pijama. Mechachis. Otra vez será, porque Almost adults no ha pasado el corte.
Es el último año de universidad, y las vidas de Cassie (Natasha Negovanlis) y Mackenzie (Elise Bauman) parecen no estar yendo como habían planeado. La primera acaba de dejar a su novio tras una larga relación. La segunda se decide a dar el paso de salir del armario y recuperar el tiempo perdido. Cuando ambas más se necesitan, y a medida que las puertas de la vida adulta se van acercando cada vez más, la distancia entre las dos más grande es.
Por donde empezar… El guión, las actuaciones y los personajes están cogidos con pinzas. Por un lado, la trama es un cocktail agitado y revuelto de giros predecibles, situaciones escasamente cómicas, interacciones cero verosímiles y partes menos cinco realistas y conflictos generados a partir de dramas exagerados. Por otro, la sobreactuación mata la desde siempre increíble química entre Natasha y Elise, que aquí se vuelve insuficiente para levantar el tema. En cuanto a los personajes, resultan aburridos, antipáticos y planos como tablas. A Cassie y a Mackenzie las conocemos con la misma profundidad en el minuto 1 como en el 90, no hay desarrollo ni evolución, ni para delante ni para detrás, ni nada de nada. Cassie es egoísta y un pelín insoportable. Mackenzie es más el boceto de un personaje vestido con camisa de cuadros y pantalones rotos que otra cosa. Y ambas coinciden en ser unas egocéntricas que se creen el ombligo del mundo.
Llena de clichés y chistes sin gracia, Almost adults es un buen ejemplo de lo que es una buena idea, pero una mala ejecución.