Podéis enviar los textos que queráis (preferiblemente que no incluyan ninguna imagen) a la dirección de correo que figura en el banner, con el asunto “La croqueta libre”. Los textos se leerán para escoger, pero no se editarán. Es decir, que si tu texto se ajusta a la temática de la web, lo publicaremos, pero sin corregir las posibles faltas. Los textos deben ir firmados con nombre o seudónimo. ¡Ah! ¡Y un título!
Y allí estábamos al fin una frente a la otra luego de meses de
conversar por redes, entre nervios pero a la vez relajadas. Detallaba
cada gesto suyo al hablar, sus pecas, su cabello alborotado, su
sonrisa tímida, su mirada franca, sus manos pequeñas y delgadas las
cuales no dejaba de entrelazar entre si.
Mis pensamientos me llevaban mas alla, quería contar cada peca de su
cuerpo, sentir su cabello entre mis dedos, sentir sus manos
acariciando mi piel, que su sonrisa fuera esbozada por cosquillas
echas por mi, y que su mirada se perdiera en mi.
Mi imaginación desde el primer día siempre fue mas alla, como
indicando ella es, no necesitas nada mas, a nadie mas… Basta de
amores furtivos, que solo te emocionan por unos días y que al cabo de
esos días ni recuerdas.
Era la primera vez que estábamos una frente a la otra pero sentía que
no seria la ultima vez.
Mis ideas me fueron arrastrando a enlazar sus manos entre las mías, a
tratar de recoger ese mechón de cabello rebelde detrás de su oreja, la
excusa perfecta para sentir su piel y pasearme por su mejilla
mientras lo hacia.
No pude conciliar sueño la noche previa al encuentro, me debí de ver
fatal, pero aun así quería que ella deseara descubrir las mismas cosas
que yo; descubrir el sabor de sus besos, si sus labios se sentían tan
suaves como se veían, quería explorar cada centímetro de su piel.
Sus ojos se encallaron en los míos hubo un silencio largo o quizás
solo lo imagine, y seguidamente sus labios se unieron a los míos,
apasionadamente, como sabiendo perfectamente lo que deseaba, como me
gustaba, jamás alguien me beso la primera vez así, nuestras manos
sabían donde ir, e instintivamente nos levantamos cada una de nuestras
sillas, y nuestros cuerpos se juntaron fueron recorridos además de por
nuestras manos, por una electricidad, por fuego, y por centenares de
mariposas, que me impedían tocar el suelo…
Jamás alguien me beso la primera vez así y jamás alguien hizo que esas
sensaciones se anidaran en mi piel, provocando el deseo, de sus besos,
de su mirada, de sus caricias, día a día…
Cuento las horas que paso sin esos besos y quiero detener el tiempo
cuando los tengo…
.-Edi