Hay una generación entera traumatizada con la muerte de Lexa en The 100. Pero a la generación anterior su pérdida no sólo la entristeció sino que la enfureció, porque tenía su propia mártir: Tara Maclay, la novia de Willow en Buffy, cazavampiros.
Tara y Willow fueron, para muchas personas LGBT, la primera vez que veían en pantalla una relación entre dos mujeres. Todo iba bien, todo era bonito, todas eran felices. Hasta que una bala perdida del peor villano de la historia, porque era más tonto que un zapato, mató a Tara de la manera más tonta. Ahora, una productora de Buffy ha declarado que esa línea de guión no estuvo bien.
Hay partes de la temporada seis donde fuimos demasiado lejos. No metimos en algunas categorías que era casi sádicas, y Buffy se ofrecía voluntaria a cosas que eran más que malas elecciones, y que era irresponsables para ese personaje. Y creo que matar a Tara fue, en retrospectiva, como… de toda la gente, ¿tuvo que morir ella?
La muerte de Tara, además, supuso un cambio en el personaje de Willow, que se volvió super super oscura, y casi termina también con ella. No fue, a todas luces, una buena idea. Una vez más, se enseñaba a los espectadores que las lesbianas pueden ser felices, pero sólo un rato, porque terminan muriendo, al contrario que los personajes heterosexuales, que, sorpresa, sobreviven en un porcentaje mucho más alto. Con el paso del tiempo las cosas no han cambiado demasiado en ese aspecto, y los personajes femeninos LGBT tienen una tasa de acabar mal muchísimo más alta que ningún otro.
Vía: Pink news