¿Te acuerdas del divertido Eggplant de Emojibator? Sí, los de Go fuck yourself. Pues han vuelto con cosas nuevas, también inspiradas en los Emoji. Hace unos meses sacaron al mercado Chicken y Shark, dos vibradores muy novedosos.
Digo novedosos porque, vamos a ver, no sé cuántos vibradores de tiburón tendrás tú, pero yo no tenía ninguno. O de pollo, ¿tienes vibradores de pollo? Ya sabía yo que no.
El caso es que me llegó Shark y yo estaba muy contenta porque claro, frente a Egglplant, presentaba varias mejoras. La primera, funciona con batería. Y la segunda y más interesante: se hincha. Lo que oyes. El vibrador se hincha. Lleva una tecnología de inflado de aire que me ha puesto los pelos de punta.
Como ves, Shark tiene una cara entre divertida y creepy, no sabría decirte con exactitud. Lo que sí te puedo asegurar es que, como vibrador, es superdiscreto. Si lo tienes en la mesilla de noche a nadie se le ocurriría qué uso le das en realidad… Y es que, además, la parte superior está ligeramente aplanada para que puedas mantenerlo colocado.
Vale, ¿pero cómo se usa Shark? Te lo preguntarás porque yo también lo hice. Pues a efectos de inserción, es como un vibrador doble, o lo que conocemos como rabbit. Me ha encantado el tamaño, porque ni es demasiado largo ni demasiado ancho (tiene un máximo de 11,43 cm. Insertables y 5,08 cm. en la parte más ancha). Sin embargo, hay que tener en cuenta que luego se hincha, pero no lo hace en plan globo, no te asustes. Digamos que se expande y toma un poco más de volumen…
Sin duda, añadirle esta opción a un vibrador es muy original. En esos momentos donde los músculos de la vagina se tensan, notar cómo el juguete se hincha es muy estimulante y excitante. Para que todo funcione bien, debes dejar libre un pequeño orificio que hay en la base. Es minúsculo, pero suficiente para que Shark tome el aire por ahí, lo distribuya por su interior, se hinche y luego lo suelte por el mismo sitio.
Lo bueno es que puedes utilizar esta característica de forma independiente a la vibración, si lo prefieres. Por eso, Shark dispone de dos botones: uno para controlar el hinchado y otro para la vibración, situados de forma muy cómoda para su uso. Para encenderlo solo tienes que pulsar los botones una vez y luego ir pulsándolos para cambiar el modo.
Tiene 3 modos distintos de hinchado y 8 de vibración. Para mi alegría, resulta que es mucho más potente de lo que me imaginaba. Además, a diferencia de muchos juguetes del estilo, mantiene esa potencia tanto en la parte que va dentro de la vagina como en la que está en contacto con el clítoris. Todo pensado.
Es resistente al agua, ¿cómo no iba a serlo un tiburón? Por si no lo tienes claro, viene con un año de garantía. Y, como te contaba antes, puedes cargarlo con el cable que se incluye en la caja. También lleva una bolsita para guardarlo y te recomiendo que la uses, porque a mí se me ocurrió meterlo en un cajón sin ella y se ha manchado de algún tinte que se desteñiría de la ropa. Un packaging cuidado, juguete protegido y reducido de plásticos.
El único inconveniente que le veo es que la empresa se encuentra en Filadelfia y los gastos de envío rondan los 17 euros que, junto al precio del juguete, me parece un poco caro. Si me entero de alguna tienda española que lo venda te lo haré saber.
En resumen: Shark es un juguete divertidísimo, discreto (perfecto para decorar), muy potente y con una tecnología de inflado que remata el orgasmo para que sea intenso como nunca. Olvídate de Poseidón, el rey de los mares es Shark…
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