Uno de los libros que más había oído hablar en la parte anglosajona de booktube y booktok cuando se publicó durante el año pasado es Nuestras esposas bajo el mar de Julia Armfield. No había nadie que leyera mencionarlo y hablara maravillas. Yo, que siempre voy un poco a mi ritmo, decidí que sería una buena lectura para este verano especialmente caluroso de 2023. Y confirmamos que lo fue.
La historia, cuyos ejes centrales son el amor, la pérdida y el duelo, sigue dos líneas temporales. La de Leah, una investigadora marina que desaparece junto con sus compañeros en una expedición en el fondo del mar durante cinco meses, y la de Miri, su esposa, quien tiene que aprender a convivir con la Leah que regresó y con la que no encuentra parecido con la que se fue.
Estamos ante un libro para disfrutar del viaje más que del destino. Sin que la trama pueda considerarse como trepidante, es más bien lenta e incluso podría calificarse que en ocasiones peca de repetitiva, aunque se mantiene intrigante en todo momento, la gracia del asunto está en la prosa de Julia Armfield, quien consigue hacer fácil lo difícil. Armfield narra la historia de Miri y Leah de manera una manera tan natural y sublime que una vez te sientas con él te atrapa y no te suelta. Hasta tal punto que ni siquiera lo hace cuando llegas a la última página. Y es que hace ya varios días que terminé el libro y todavía me sigue rondando por la cabeza, como pocos han conseguido hacer últimamente.
Como “pero” mencionaré que inicialmente el final me supo a poco (no diré más para no desvelar nada), pero cuantas más vueltas le doy en él más me gusta. Logra mantener ese halo de misterio omnipresente que envuelve a la historia de Leah y, por asociación, de Miri.
Si bien es un libro que requiere estar en el momento y en el humor adecuado para sumergirse en una lectura que podría calificarse de extraña, si se reúnen esos dos elementos, es un 11 sobre 10.