Somos conscientes de que hay, no sé, decenas de series guays de las que no hemos dicho ni una sola palabra en esta, vuestra web amiga. El tiempo y la vida nos persiguen, qué os vamos a contar, pero para no terminar de perder el hilo del todo, vamos a hacer una ronda rápida de las series con personajes LGBT femeninos actuales que hemos visto o estamos viendo, y qué nos están pareciendo. O, bueno, qué me parecen a mi. Atención, porque va a haber espoilers en todas.
Hacks
Bueno, bueno, bueno. Hacks es, por resumir, una genialidad. La serie creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky sigue a Ava, una guionista bisexual casi treintañera en su viaje, físico y mental, por encontrar algo que le vaya bien. Ella cree que es trabajar para Deborah, una actriz de comedia veterana en horas bajas. No lo es. Pero a nosotras nos da igual porque es una de las series más inteligentes de la parrilla. HBO ha estrenado hace relativamente poco su segunda temporada, así que ya sabes.
Gentleman Jack
Después de una larguísima (o, al menos, eso nos ha parecido) espera, ha vuelto Gentleman Jack, la serie sobre la vida de Anne Lister, la primera lesbiana moderna, y también una persona que anda mucho y muy rápido. He visto poquito, pero vamos, que los ingredientes que nos encantaron de la primera (diálogos rápidos, Suranne Jones, comedia, Suranne Jones, ruptura de la cuarta pared, croqueteo, Suranne Jones) permanecen. Recomiendo.
Bienvenidos a Eden
Es de lo peor que he visto. Con diferencia. No recuerdo nada de la trama, absurdísima. Pero sí a una TikToker, ojalá supiera dónde he metido ese video, que decía que se ha tragado toda la serie por ocho minutos de bollerío y que le ha merecido la pena. Un resumen estupendo.
Heartstopper
Las chicas de mi tutoría están locas con esta serie, así que me he decidido a verla. De momento, no hay croquetas a la vista, pero sé, gracias a mi hiperestimulado sexto sentido, que va a haber. También porque me lo han contado ellas. Los tres episodios que he visto son amables y te dejan el corazón calentito. A mi me vale.
The first lady
Michelle Pfeiffer haciendo de Betty Ford. Viola Davies de Michelle Obama. Gillian Anderson de Eleanor Roosevelt. Solo con eso The first lady ha tenido en mi el mismo efecto que tienen las bombillas para las polillas. Pero, además, la serie es bastante entretenida, y van a mostrar la relación entre Eleanor y Lorena Hicock. En el cuarto episodio se cogen las manitas. De ahí, hacia arriba.
A lo largo de mi vida he pasado por etapas de todo tipo en cuanto a juguetes se refiere. Una de ellas se caracterizó por “realistas no, gracias”. Y la verdad es que hay juguetes para todos los gustos y podría haberme quedado con las opciones más discretas, hasta que me di cuenta de que era una tontería. Si había otros productos que me podían dar placer, ¿por qué los dejaba fuera sin probarlos siquiera? Al fin y al cabo, las sáficas podemos tener otros genitales además de vulva.
Así se abrió mi perspectiva hacia la juguetería erótica y lo primero que pensé al ver el nuevo Sliding Skin de Strap-on-me fue que parecía suavecito. Cuando abrí el paquete, lo saqué de su caja y lo toqué me di cuenta de que había acertado.
Strap-on-me es una marca francesa premiada por varios productos y yo, cada vez que pruebo uno nuevo, me enamoro un poco más. Usan materiales de calidad y sus juguetes están diseñados con atención y cuidado para que la experiencia sea excelente, por eso tenía expectativas altas con este nuevo dildo.
Sliding Skin es un dildo realista de piel deslizante. Eso significa que la capa externa de silicona es muy fina y elástica, de forma que se desliza de arriba abajo, mira:
Esto lo consiguen con esa doble densidad de la silicona, porque la capa interior es rígida y permite que el dildo se mantenga erguido aunque la capa externa se mueva. Ahora imagínate la sensación al tenerlo dentro: pura suavidad. Y eso es lo que me he encontrado, un juguete extremamente gentil y agradable, ergonómico. Todo ello en la capa exterior que está en contacto con la vagina, porque el juguete se mantiene firme. La textura es lo más agradable que he probado en cuanto a dildos se refiere y, si te soy sincera, se ha convertido en uno de mis favoritos. Después de probar otros de materiales más duros, he llegado a la conclusión de que lo mío son las texturas suavecitas como la del Sliding Skin.
Como puedes ver en las imágenes, marca las venas, el glande y los testículos sutilmente, con textura también flexible, y es ideal para penetración vaginal y anal. También tiene una base con ventosa muy potente que te permite mantener el dildo fijo en la superficie horizontal o vertical que más te guste.
Pero quizá, lo más interesante, es que es cómodo tanto para penetración tal cual como para llevarlo en un arnés. Es compatible con todos los de Strap-on-me, pero también te vale si tienes uno universal de otra marca.
Está disponible en tres colores: negro, vainilla y fucsia; y en cinco tamaños, XS, S, M y L y XL. Estas son las medidas:
Uses la medida que uses, te recomiendo que acompañes el dildo de un buen lubricante de base agua para que la sensación sea todavía más agradable. Y, por supuesto, es totalmente sumergible, así que es perfecto para usarlo en el medio acuático.
También es fácil de limpiar y, al tratarse de un dildo, es muy sencillo de mantener. Como no tiene motor no necesitas estar pendiente de mantener la batería alta o de no perder el cargador; a mí ambas cosas me suceden a menudo.
Sobre el packaging, el dildo viene bien protegido en su caja y lleva, además de las instrucciones, una bolsita de tela para guardarlo o transportarlo.
¿Y qué hay del precio? Teniendo en cuenta el mercado de productos eróticos, el precio de los dildos y la innovación del Sliding Skin, me parece que es muy bueno, y más con el código que te dejo más abajo. Yo pagaría más por él, y lo digo sin reparos.
En definitiva: si te gustan los dildos y disfrutas de la penetración, Sliding Skin merece que le des una oportunidad. Es original, agradable y la sensación al tenerlo dentro es una de las mejores que he tenido con los dildos. Firme pero suave, realista pero elegante.
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¡Hola! Nos presentamos. Somo La Safoteca y queremos que tengas la guía definitiva de parejas y personajes sáficos en ficción al alcance de la mano, del bolso o de donde lleves el móvil. Y para conseguirlo hemos creado una aplicación gratuita en la que listamos todas las películas y series con contenido croqueta.
El búholira, ¿es un búho?, ¿una lira?, ¿los dos?
Bienvenides a La Safoteca
En el principio de los tiempos, cuando tenías que pedalear para tener internet, las pelis y series con contenido lésbico podían contarse con los dedos de una mano. Una vez descubiertas tenías que a) buscar info sobre ellas, normalmente en diferentes sitios, b) averiguar dónde narices verlas (si es que era posible) y, finalmente, c) tirarte de los pelos ante otra obra que acababa con tu prota favorita atropellada, disparada, decapitada o con una enfermedad terminal…
Hoy la cosa ha mejorado, pero sigue siendo algo complicado saber en qué series vamos a encontrar contenido real y, más aún, qué podemos esperar de él. Por eso mismo en la aplicación hemos incluido un par de funciones que pueden ser muy útiles para orientarte. Por un lado marcamos cada obra con un nivel de relevancia (en el sentido del croqueteo) que va de la A a la C, aportamos un listado de trigger warnings (puedes elegir si activar esta opción o no, que no todas queremos destripes) y proporcionamos, cuando es posible, un enlace a dónde disfrutar de esa película o serie. Y cuando una te mole especialmente la puedes guardar en tus favoritos.
Una muestra de la aplicación
Instalar la aplicación es más fácil que hacerte Tinder, ya sabes, los tres puntitos, instalar… toda esa vaina, pero os dejamos una captura para que hasta esa tía tuya que no sabe usar gmail se baje La Safoteca.
Aquí iba a poner mi hermoso fondo del móvil con Xena y Gabrielle, pero había que priorizar que las cosas se vieran bien.
Esto es muy largo, ponme un vídeo
No hay problema, una de nuestras compañeras lo ha resumido todo genial en uno:
Si tu chica y tú os habéis empezado a plantear el formar una familia, seguramente os habéis sumergido en un océano de tratamientos, muchos de ellos inviables para parejas formadas por dos mujeres, y es probable que os sintáis abrumadas con tanta información. Por eso, hoy os traemos la respuesta a una pregunta que seguramente os haya rondado durante el primer acercamiento a los tratamientos de fertilidad. ¿Inseminación artificial o fecundación in vitro? ¿Podemos acceder a alguno de ellos? ¿Cual nos conviene más?
La inseminación artificial, con semen de donante, es el tratamiento menos invasivo y más sencillo para lograr llegar al embarazo. Puedes iniciar o no un tratamiento de hormonas, algo que facilita el proceso, y cuando estés ovulando el útero recibe una muestra de semen procedente de un donante que previamente han seleccionado para que tenga los rasgos más parecidos a la madre gestante. Si tienes una buena reserva ovárica, algo que en las clínicas IVI pueden contarte tras un sencillo proceso, este método es rápido y con una buena tasa de éxito.
Por otro lado, la Fecundación in Vitro es un método que se realiza de manera externa al útero, en un laboratorio. Tras unos 15 – 25 días de estimulación de los folículos a través de hormonas que podemos pincharnos nosotras mismas en casa, se realiza una punción ovárica para extraer una serie de ovarios que, después, serán fecundados. El que presente mejor calidad será transferido al útero. ¿Y qué hacen con el resto? Congelarlos, para futuros procesos. Si la madre gestante tiene más de 38 años, o si la Fecundación in vitro no parece funcionar, este método puede ser una buena opción para ser madres. ¿Quieres más información? Clica aquí, con el Pack Mamás al cuadrado los profesionales de IVI te darán toda la que necesites para empezar a formar una familia de dos mamás.
Unas de las películas con trama lésbica que siempre me sorprende no encontrar entre las más chulas de la historia es Criaturas celestiales. La película, de 1994, cuenta la historia real de dos chicas neozelandesas que, ante la prohibición de la madre de una de ellas de verse, lo mejor que se les ocurrió fue acabar, literalmente, con ella. Contado así parece un poco sórdido, pero la película tiene una atmósfera fantasiosa, mezclada con canciones de Mario Lanza, que la hacer verdaderamente especial. ¿Y quién la protagoniza? Pues, por un lado, la maravillosa Kate Winslet. Y, por otro, la protagonista de hoy, Melanie Lynskey.
Lynskey, a quien a lo mejor también recuerdas por ser el objeto de interés amoroso de Alice en los últimos episodios de la serie original de The L word, ha concedido una entrevista a Vulture en la que habla de muchas cosas, sobre todo su papel en Yellowjacket, y donde ha tenido un ratito para hablar de Criaturas Celestiales y del croquetismo general.
[Tras hacer Criaturas celestiales y But I’m a cheerleader], ¿alguna vez cuestionaste tu orientación sexual cuando estabas creciendo?
Lo hice. Siempre me pregunté si tal vez yo era un poco gay. Era un área gris. Me besaba con mis amigas todo el tiempo. No para que los chicos digan, “¡Uh, caliente!”. Todo el mundo se besaba entonces, así que nos besábamos solo por diversión. Nunca fue algo extraño. Cuando estábamos haciendo Criaturas celestiales, recuerdo que Kate estaba muy nerviosa por besar a una chica y yo estaba como, “Oh, interesante”. No sé por qué fui tan ingenua sobre el hecho de que algunas personas podrían sentirse incómodas.
¿Y tú no lo estabas? No, era como la décima vez que besaba a una chica. Estaba como “pero si hago esto todos los fines de semana”
Toca cerrar una era, en este caso la de la enorme humorista Kate McKinnon en uno de los programas más míticos de la televisión estadounidense, Saturday Night Live. La actriz, que hace ya tiempo que ya solamente aparecía de manera esporádica y no semanalmente, dijo adiós al show después de once años interpretando a un montón de personajes, como la señora Rafferty, una mujer abducida por alienígenas. De hecho, su último sketch fue con ella.
— Saturday Night Live – SNL (@nbcsnl) May 22, 2022
McKinnon tiene algunos proyectos en marcha, siendo el principal la loca, loca película de Barbie, esa cinta en la que si tardan un poco más en rodar voy a salir hasta yo. Y, en todo caso, siempre podrá dedicar el tiempo a perderlo, como han hecho los jóvenes sometidos a presión desde tiempos inmemoriales, o a estar más ratito con su novia, Jackie Abbott. Desde luego, queda Kate para rato.
¿Alguna vez te has preguntado dónde van a parar tus juguetes eróticos cuando llega el ocaso de su vida? Yo lo hice cuando me di cuenta de que acumulaba alrededor de 100. Ahora se ha duplicado la cifra y, aunque los considero mi colección de placer privada, la pregunta sigue rondándome la cabeza.
En los últimos años han cambiado mis hábitos y mis elecciones con respecto a la sostenibilidad. Compro más consciente, elijo las opciones más ecológicas y consumo de manera más inteligente. Cuando lo hablo con otras personas me aseguran que también hacen lo mismo, porque there’s no planet B. Pero ¿es posible utilizar juguetes eróticos y ser respetuose con el medio ambiente?
Pues sí: y en eso la marca Womanizer ha sido pionera. Me acuerdo de mi primer Womanizer, un succionador enorme pero muy placentero que fue perfecto para iniciarme en esto de las ondas de aire. Su apuesta para el ecologismo es esta: Womanizer Premium Eco, el primer juguete sexual Pleasure Air biodegradable.
A simple vista este modelo puede parecerse a otros de la marca, pero tiene una diferencia considerable: está fabricado con biolene, una alternativa al plástico 100 % biodegradable. Tampoco se siente una gran diferencia al tocarlo, pero si lo desmontas puedes reciclar todas las piezas que lo forman.
Este juguete tiene un color rosa clarito que transmite serenidad e invita a perderse bajo las sábanas. Solo debes separar tus labios y colocar la boquilla justo sobre tu clítoris para comenzar a sentir la estimulación. Puede ser tan suave o fuerte como tú quieras: tienes 12 intensidades que van desde sutiles a potentes, perfecto para todos los gustos. No obstante, no tiene patrones o modos, una forma de estimulación muy interesante para quienes tienen mayor sensibilidad.
La interfaz tiene solo dos botones: el de + y -. Al pulsar 2 segundos en el + se enciende y con otros 2 en el – se apaga. Con solo una pulsación subimos o bajamos intensidad. La lucecita LED en el juguete nos indica la carga que le queda: si parpadea despacio es que la batería se está agotando. Así nunca te quedas a medias como podría pasar con otros juguetes; en eso yo soy toda una experta.
Además de reciclarse, el Womanizer Premium Eco ha sido diseñado para estimular con maestría. Para ello cuenta con la tecnología patentada Pleasure Air que consiste en una estimulación causada por el aire. Ese juego contra el clítoris es realmente placentero, aunque nunca llega a estar en contacto con él.
Aparte del material de fabricación, el Womanizer Premium Eco también es más sostenible por otros motivos, como, por ejemplo, su función Smart Silence. Deja de funcionar y, por ende, ahorra energía siempre que el juguete no está en contacto con tu cuerpo, y es mucho más cómodo, porque reduce el ruido al mínimo. Como alguien a quien el ruido la saca de un estado de concentración, lo he agradecido muchísimo.
También funciona con carga magnética: lleva una pila dentro que se recarga cuando conectas el juguete para cargarlo (alrededor de dos horas) y te dura alrededor de 300 ciclos. Una vez consumidas, lo único que debes hacer es reemplazar la pila por otra.
Si eres de las personas que disfruta de la masturbación bajo el agua tendrás que sacrificarla en esta ocasión. Womanizer Premium Eco no es sumergible, solo a prueba de salpicaduras, así que nada de tenerlo bajo la ducha o en la bañera para alargarle la vida a tu juguete.
El packaging de este succionador Womanizer es, con toda seguridad, el mejor hasta la fecha para mí. Emplea el cartón para transportarlo y presentarlo, pero la marca ha logrado que desembalar el juguete sea toda una experiencia. La caja incluye instrucciones, frases y te va guiando para que comiences a redescubrir tu placer. Asimismo, viene con una bolsita de algodón para guardar el juguete, el cargador (también sostenible), una guía de inicio, las instrucciones y una segunda boquilla. ¿Qué te voy a contar sobre este detallazo? Pues no todo el mundo con clítoris lo tiene del mismo tamaño y tener dos opciones (la S produce una estimulación más intensa, la M más suave) es ideal.
En cuanto al precio, Womanizer es una marca de gama alta por sus materiales, tecnología y calidad. El precio de este juguete tiene tres cifras y para algunas personas puede suponer una inversión considerable, como lo son otras alternativas sostenibles (moda, calzado, decoración…). Si la ecología te preocupa muy mucho, esta alternativa te valdrá la pena.
Como ya sabes, los usos que se le pueden dar a los juguetes son muy variados. A pesar de que podrías utilizar tu Premium Eco en pareja para estimularos mutuamente y caldear el ambiente, lo recomiendo sobre todo para masturbación en solitario.
Para terminar el Womanizer Premium Eco dispone de 5 años de garantía y, por cada venta del juguete, la marca planta un árbol. ¿Es o no la mejor opción para quienes nos preocupa el medio ambiente?
En definitiva: Womanizer ha logrado poner en el mercado un juguete muy bueno en muchos niveles (funcionalidad, comodidad, silencio y placer), y no solo eso, sino que lo ha hecho con materiales sostenibles. Todo ello sin comprometer su elegante diseño, calidad y experiencia de uso. Estoy segura de que es el único juguete biodegradable que forma parte de mi colección y, si lo quieres, también puede ser la estrella ecológica de la tuya.
Igual decir esto es un sacrilegio para las que seais fan del fúbol, pero yo conocí a Megan Rapinoe por ser “la novia de”. y es que no tenía ni la más mínima idea de quien era hasta que no hizo pública su relación con su actual pareja, Sue Bird, una de mis jugadoras de baloncesto favoritas, que me empecé a fijar en ella. Hasta ese momento si alguien me preguntaba por jugadoras de fútbol creo que sólo podría nombrar a Alex Morgan. El caso es que hace unas semanitas me crucé con One life tremendamente rebajado y me animé por pura curiosidad. Total, si no me gustaba la pérdida tampoco iba a ser muy grande. Sin embargo, como plot twist inesperado e insospechado, me flipó.
One life cuenta la vida de Megan desde que era una renacuaja hasta el día de hoy. Cero sorpresas hasta aquí. Lo que no esperaba encontrarme en Rapinoe es a una persona tan comprometida y sin miedo a actuar de la manera que cree más correcta. La figura de Megan Rapinoe no termina en el campo de fútbol, sino que también es una persona política, preocupada por lo que sucede a su alrededor. Es consciente de su posición de privilegio y de su obligación de posicionarse y hablar alto como consecuencia de ello, ya sea contra la homofobia, el machismo, el racismo u otras injusticias sociales.
Esta autobiografía escrita por la propia Rapinoe con la colaboración de la periodista Emma Brockes es tremendamente entretenida y amena. En poco más de 200 páginas habla de la lucha por la igualdad salariar, su salida del armario, su familia, su amor por el fútbol (obvio), las lesiones, etc y nos permite ser partícipes de cómo llegó a ser una de las mejores futbolistas del mundo. Aunque no seais aficionadas al fútbol o, como yo, el nombre de Rapinoe os diga más bien poco, basta con que tengáis un mínimo de curiosidad para que valga la pena darle una oportunidad.
Bueno, bueno, bueno. Allá por 2018 se estrenó una película que se nos quedó grabada en la retina y en la mente y en nuestro sueños más íntimos, y no solamente por esa escena que estáis pensando, sino POR TODO. A simple favor es, sobre todo, una película muy bien hecha, e increiblemente sexy. Y tiene a Blake Lively, una de las personas más sexys del planeta tierra, con unos outfits que no te los crees. ¿He dicho ya que es una película SUPER SEXY? Pues VA A TENER UNA SEGUNDA PARTE.
La secuencia es esta.
Lionsgate y Amazon Studios han anunciado que esta segunda parte traerá de vuelta a las estrellas Anna Kendrick y Blake Lively, así como al director Paul Feig. De verdad, confirmadme que no es seis de enero porque estoy que no me lo creo. No tenemos más datos de la cinta, pero bueno, YA ES BASTANTE con esta alegría que te traemos.
Muy a mi pesar, no puedo dedicarme todo el rato a ser una lesbiana cultureta que ve series sin fin y analiza películas de amor entre chicas. Mi trabajo a tiempo completo, y a veces mucho más del tiempo completo, es ser profesora de secundaria y bachillerato. Además, soy tutora de un grupo estupendísimo de adolescentes de 13 años que están en 1º ESO, y tienen mil movidas. Algunas, las propias de la juventud, otras, pues no tanto.
En términos generales, y si nos referimos a cositas gays, los chavales son mucho más abiertos de lo que eran cuando yo misma iba al instituto. A veces me traen libros de editoriales como Kakao Books. Otras, me hacen alguna exposición de los países en los que es delito ser LGBT en el mundo. Incluso hay una chica que me hace mucha gracia porque se cree super sutil al tener un avatar en la plataforma con los colores de la bandera lésbica, y se sonroja cuando le digo que ya me contará el porqué de la imagen. No sé, es todo bastante guay.
Pero esta mañana, en mis labores de tutora, me he tenido que enfrentar a la misma mierda de siempre, la que ya me tocó vivir a mi misma a principio de los dosmiles y la que vivieron un montón de personas antes. Ha venido una chica de mi clase a contarme que en el recreo estaba hablando con una amiga y que otra chavala le ha dicho: “ten cuidado con esta que es lesbiana”.
La misma puta mierda de siempre.
Por mucho que los tiempos, y que muchos adolescentes ayudados por la visibilidad que dan las redes sociales y la industria audiovisual, hayan avanzado, lesbiana (y gay, y bisexual, y cualquier término que se utilice para hablar de orientaciones sexuales no normativas) sigue siendo un insulto, una palabra dicha con desprecio simplemente para herir, para hacerte sentir diferente y para advertir sobre ti. Es lamentable y asqueroso, y a veces da la sensación de que nada vale para nada.
Pero aunque la chica de mi clase se ha sentido mal, me ha alucinado cuando ha sido capaz de decir, con toda la inocencia que le dan sus 13 años, que el ser como eres nunca puede ser motivo de insulto o burla. Yo qué sé, algo hemos mejorado.