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‘Estirando el chicle’, el Podcast que no te puedes perder

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Todas sabemos lo horrible que fue el 2020 en demasiados sentidos y, a veces, en esas situaciones, una debe buscar y agarrarse cual gato a las cortinas a las cosas bonitas, a las cosas que te hacen sonreír hasta que te duelan los mofletes. Aunque solo sea por un ratito. Por eso hoy quiero hablar sobre una de esas cosas: el podcast Estirando el chicle.

Tronchi y Monchi con la pose habitual en una sesión de fotos

Fans de Carolina Iglesias y Victoria Martín? Sí somos. Por eso cuando hicieron la webserie Válidas nos la vimos y os la recomendamos. Y aunque venimos algo tarde a hablaros del ‘podcast favorito de las bolleritas de twitter’, llevamos mucho riéndonos con él. 

Quien no conozca Estirando el chicle se estará preguntando qué tiene de especial, así que os cuento: Dos mujeres hablando sobre cualquier tema, como si estuvieras tú en una terraza hablando con tus amigas, con la naturalidad que eso supone, sin señores de por medio. Si una habla de caca (Victoria el 99% de las veces), la otra le habla de su tránsito intestinal en los días de regla. Tienen cero problemas con temas escatológicos y de fluidos corporales, la verdad. Hablan sobre salud mental de una forma directa y maravillosa, sobre su realidad como mujeres en la industria, sobre la visibilidad lgtb en las series y películas, y cuentan anécdotas personales y de sus amigas (S punto y A punto) con las que a veces te sientes identificada y otras te meas de risa. Y si esto no os convence, encima tienen invitadas chulísimas que van a contar su experiencia sobre diferentes temas, a reírse mucho y, si les apetece, a rajar, que entre todas les guardamos el secreto.

Os puedo asegurar que, tanto a mí como a las personas de mi entorno, estas chicas nos han alegrado días chungos con sus historias, y que hemos usado el podcast incluso como terapia improvisada. 

Así que desde aquí, ¡animadas quedáis! Si queréis escuchar Estirando el chicle, podéis encontrar sus episodios en Podium Podcast, Spotify, Apple Podcast, iVoox, y en Youtube. Y por cierto, están recorriendo ciudades, por si queréis verlas en directo. Yo ya tengo mi entrada. 😉

El sketch de SNL sobre películas lésbicas que nos ha hecho llorar de risa

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El humor de Saturday Night Live no suele decepcionar (aunque haya sucedido alguna vez) y su último sketch sobre películas lésbicas ha dado justo en el clavo. ¿Tendrán electricidad las mujeres sáficas en algún largometraje? Seguimos a la espera. Será que vamos por orden cronológico y todavía quedan muchas historias victorianas que contar. Pero, claro, esta excusa no sirve cuando todas las películas cuentan LO MISMO:

Todos los tópicos de los que llevamos tiempo quejándonos recogidos en un maravilloso sketch de 2:46 que no tiene desperdicio. Y encima con Kate McKinnon (en mi opinión, lo mejor del vídeo). Las lesbianas que no dan el paso, que se miran y no dicen nada (muy fiel a la realidad), los diálogos cortos y lentos, las actrices hetero. La ex que hace de alivio cómico. La escena en la que se dibujan. Qué os voy a contar.

¿Mi parte favorita? “Dos horas de insoportable tensión que desembocan en una escena sexual tan gráfica que sólo podrás pensar, «Ah, claro, un hombre ha dirigido esto». No vamos a nombrar a nadie; estoy segurísima de que a todas nos ha venido más de un momento a la cabeza.

El derecho a hacerlo regular

Pero no todo es negativo; cada vez hay más directoras haciendo películas sáficas (¡como Retrato de una mujer en llamas!). Y oye, cada vez estamos a una película menos de alejarnos de los mismos clichés de siempre. Las mujeres, en especial las mujeres dirigiendo películas wlw tienen mucho tiempo que recuperar, tiempo durante el cual los hombres han dirigido películas con parejas hetero malas y mediocres y no ha pasado nada. Así que sí, como bien dicen en el sketch, seguiremos yendo a verlas. Faltaría más.

Y vosotras, de todos los que hay, ¿qué tópico de películas lésbicas (o sáficas) es el que más odiáis?

Retrato de una mujer en llamas, películas lésbicas
Fotograma de Retrato de una mujer en llamas (2019)

Pon un fan video en tu vida: Root & Shaw (‘Person of interest’)

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Ha pasado bastante tiempo pero, y lo digo completamente en serio, a veces todavía pienso en ese ascensor cerrándose. Root y Shaw han sido una pareja fundamental dentro del imaginario colectivo croqueto de muchas personas, y nosotras vivimos con mucha intensidad cada segundo que las vimos juntas en pantalla. Ojalá volver a 2015.

https://youtu.be/NJHSEiRNJzo

Por si te apetece, te rescatamos este post que escribimos en un punto fundamental de la serie: Dios es lesbiana.

Antipersona publica en España ‘Stone Butch Blues’, obra LGBT de culto

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La editorial Antipersona (que tiene cosas bastante guays, como Alcasseriana), ha lanzado hoy en sus redes una muy buena noticia: va a encargarse de editar en España Stone butch blues, una obra LGBT de culto y una de las novelas más relevantes de Estados Unidos del pasado siglo.

Remembering Leslie Feinberg: a queer and trans fighter for justice |  openDemocracy

Esta novela sigue las tribulaciones sexuales de Jess Goldberg, quien es lesbiana. Al principio, es una niña que se siente confundida por ideas estrictas sobre el género, ya que la gente suele preguntar si es un niño o una niña. Constantemente buscando, pasa rápidamente de probarse los trajes de su padre a visitar bares de ambiente y transformarse en una ‘butch’ en toda regla. Pero… A todo el mundo parece molestarle su aspecto, su identidad, su expresión de género. 

Stone Butch Blues es la obra más conocida de Leslie Feinberg, que plasmó en ella muchos elementos de su propia biografía. Al igual que su protagonista, Feinberg sufrió desprecios y odio por su identidad de género y su clase social, pero también luchó contra ellos durante toda su vida. Militante comunista, sindicalista y activista LGTBQ, la edición por primera vez en castellano de su obra más importante coloca a Feinberg en el lugar de referencia que siempre debería haber tenido.

Puedes reservar la obra en preventa en este enlace.

Vía: Antipersona

Según un estudio, las mujeres lesbianas ganamos más pasta que las heterosexuales

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En Estados Unidos llevan haciendo estudios de este tipo la tira de años, pero creo que esta es la primera vez que se realiza una encuesta que compara los sueldos de las mujeres lesbianas (o con pareja mujer, que no lo concreta pero la premisa que han seguido para el estudio es la de cohabitantes del mismo género) y las de las heterosexuales. Por fin algo nos sale bien en esta vida y, más o menos y según sus cálculos estadísticos de personas que han estudiado estadística, en este asunto salimos ganando.

Investigadores de la Universitat Pompeu Fabra achacan esta mejora sustancial sobre nuestras compañeras con pareja hombre al reparto de tareas en casa, más equitativo en nuestro caso, y a los beneficios que eso supone a la hora de, por ejemplo, pedir reducciones de jornada. “Las mujeres lesbianas son menos propensas a asumir el grueso de las tareas domésticas y de cuidados del hogar y, por lo tanto, también son menos propensas a la inactividad y al trabajo a tiempo parcial que las mujeres heterosexuales”, cuenta María José González, una de las autoras del estudio.

A su vez, esta investigación revela que, en general, hombres y mujeres LGB tienen más preparación académica, pero pese a todo cobran menos que los hombres heterosexuales, que siguen en la cúspide de los sueldos. Según los datos analizados por los investigadores, un hombre heterosexual gana de media (DE MEDIA, insistimos) 2.213 euros al mes, uno homosexual 2.060 euros, una mujer lesbiana 1.874 euros y una heterosexual 1.723 euros. El estudio ha analizado la evolución de los salarios desde el 2006, el año después de que se aprobara en España el matrimonio igualitario y hasta el 2018.

Vía: LNE

Parejas lésbicas de las que ya no te acordabas (II)

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Pasa la vida, y pasan las parejas de chicas en la series. Algunas dejan una huella imborrable en nuestro corazón ( y en más sitios), y otras… pues se nos van olvidando. La vida es esto, vamos. El otro día te recordamos algunas, hubo gente que se enfadó porque CÓMO NO VAMOS A RECORDAR A NO SE CUAL, y, bueno, que allá va la segunda parte con otras tres parejas que nos dieron todo en su momento.

Cat y Frankie (Lip Service)

La respuesta británica a The L word a mediados de la década de los dosmiles fue Lip Service, una serie ambientada en Escocia en la que encontrábamos todo lo que nos pedía el cuerpo, historia de amor que no pudo ser porque no eres tú soy yo incluída, y que por supuesto nos dejó una sensación rara porque los guionistas nos odian. Cat y Frankie molaban lo que no está escrito, y disfrutamos cada momento de ellas en pantalla. Además, a Laura Fraser le teníamos especial cariño por haber protagonizada Nina’s heavenly delights, una peli muy guay.

Gail y Holly (Rookie Blue)

Seguí a esta pareja con una devoción casi inédita en mi, porque tampoco es que me alucinen las series de policías. Pero es que Gail y Holly… tenían algo. Gail Peck se había ganado a todo el publico de la serie con su sentido del humor y su ir por la vida, y después había descubierto que le gustaban las chicas. Es que no se podía pedir más. La escena en el ropero *chef kiss*

Jean/Diane y Sidney (Gypsy)

Gypsy fue una serie rarísima, que no sabías muy bien qué pasaba cuando la estabas viendo, pero que tampoco podías dejar de mirar. Mi mayor pero a esta trama es que no le veía ni pies ni cabeza. Pero, eh, que me la tragué entera en pocos días. Y es que ver a Naomi Watts siempre es un placer, y más si está acompañada de Sophie Cookson. Juntas molaban mucho.

Polo de Platanomelón: este dildo va directo al microondas

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Cuando empecé en el mundo de la juguetería erótica, allá por 2014, lo que menos me llamaba la atención eran los dildos. Recuerdo evitar la sección en las tiendas eróticas, porque me parecía lo más soso y aburrido de todo el escaparate. Han tenido que pasar casi siete años para que les coja el gustillo y los mire con otros ojos. Ahora me fijo en sus materiales, texturas, dureza o diseños. ¡Los hay a cientos!

El que te quiero enseñar hoy es un dildo todoterreno. Pero todoterreno de verdad, luego te cuento por qué. Antes de eso, déjame decirte que llevaba, literalmente, años esperando probar uno como este. Seguro que te estás preguntando que a qué me refiero y aquí va: un dildo que cambia su dureza.

¿Cómo es eso posible? Por su material, la silicona termorreactiva. En función de la temperatura el dildo, Polo, se ablanda o se endurece. De hecho, cuando tocas este juguete por primera vez notas que hay algo diferente en su interior. En serio: es como si debajo de la silicona hubiera plastilina u otro material igual de moldeable.

Me encanta que Polo sea así de versátil, porque hay personas que prefieren un tacto suave, otras un tacto más duro. Y luego estamos las que nos decantamos por uno u otro en función del día. Para jugar con la dureza solo debes aplicar calor o frío: 30 segundos en el microondas o 60 en agua hirviendo para que se ablande o un ratito en la nevera para que se ponga bien duro. No obstante, ten en cuenta que, a pesar del calor, no es un dildo que se doble; lo que cambia es la dureza.

Pero ojo: no solo modificamos cómo de blandito está el dildo, sino que al mismo tiempo hacemos que la temperatura entre en juego. Si odias usar juguetes en invierno porque están fríos Polo es perfecto para que la experiencia sea agradable y muy distinta a la que te ofrecen otros productos del estilo. El frío también es muy interesante para que aproveches los contrastes, en la piel o sintiendo cómo entra en ti.

Además, una característica de Polo es que huye del realismo. No hay nada en su diseño o textura que recuerde a un pene, lo cual puede ser una ventaja para algunas personas que así lo prefieren. Independientemente de eso, la punta no es mucho más gruesa que el cuerpo.

¿Por qué he dicho más arriba que era un todo terreno? Pues porque, además de que puedes hacer que cambie su dureza y su temperatura, puedes usarlo de forma vaginal o anal, en la ducha o fuera de ella, solo o junto a un arnés (el Samba le va divino)… ¡e incluso pegado en una superficie! Ya te lo estarás imaginando: la base de Polo es una ventosa muy fuerte que se sostiene de maravilla.

Hablemos ahora de las dimensiones: este dildo tiene 4 cm. de diámetro y 16,7 cm. de largo. Nada mal, nada mal. No lo recomendaría si te quieres iniciar en el sexo anal, por ejemplo, entonces es mejor que empieces con un plug como Pim o un dildo de diámetro más pequeño. Aun así, que sepas que si te haces con Polo también puedes darle ese uso. Sea como sea, incluso si vas a utilizarlo de forma vaginal, te aconsejo que uses lubricante de base agua para que la penetración sea mucho más agradable. A mí me gusta, mientras lo inserto, estimularme el clítoris con un vibrador.

Lo he dicho más arriba, pero te lo recuerdo porque seguro que te interesa: puedes usar Polo junto a Samba, que es el arnés de Platanomelón y el más low cost con buena calidad-precio que he probado.

El precio de Polo es adecuado si tenemos en cuenta que es pura novedad en sus materiales. ¿Cuántos dildos como este habías visto? Pues eso. Como todos los productos de Platanomelón, viene en un packaging muy divertido y lleva instrucciones y bolsita de tela para que puedas guardarlo y transportarlo.

En definitiva, nos encontramos ante un dildo superversátil al que podrás darle tantos usos como seas capaz de imaginar. La innovación en la silicona termorreguladora y la ventosa te animan a sacar el sexo de la cama y darle una dimensión totalmente distinta. 

Consigue tu Polo AQUÍ.

Pon un fan video en tu vida: Marla & Fran (‘I care a lot’)

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Hace unos días te hablamos de I care a lot, una película que, para nuestro gusto, está pasando muy desapercibida para el potencial que tiene. A ver, no estamos diciendo que sea la historia de tu vida. Por supuesto que no. Pero tiene un algo, un yo qué sé, que hace que te acuerdes de ella muchos días después de haberla visto. ¿Puede que tenga algo que ver la química entre Marla y Fran, las dos protagonistas? Pues… juzga tú misma.

Boda lésbica a la vista en el seno de la alta sociedad

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España, años 50. Alfonso de Hohenlohe-Langerburg, ahijado de Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia de Battenberg, es un empresario alemán con una visión muy clara de lo que quiere: convertir Marbella, un pueblo de la Costa del Sol, en el refugio de toda la jet-set y clase alta de Europa. Y, si es posible, del mundo.

El caso es que Alfonso, que en paz descanse, nos da un poco igual, porque aquí hemos venido a hablar de su nieta, María Juncadella, hija del empresario José María Juncadella y de la princesa Cristina de Hohenlohe, con la ocasión de su boda con la también empresaria Carlota Redón el próximo 5 de junio. ¿La primera boda lésbica de la aristocracia europea? Ni mucho menos. Pero, desde luego, merece espacio en el papel cuché (y en esta web que, chica, pues es que está la cosa un poco aburrida)

Ibiza es, POR SUPUESTO, el lugar elegido para este enlace, que seguro que tiene una lista de invitados de lo más llamativo. ¿Cómo harán para saltarse el previsible confinamiento? Bueno, seguro que se les ocurre algo, que no están a la altura del resto de mortales. O igual lo hacen por Zoom, vete a saber.

Vía. Mujer Hoy

Parejas lésbicas de las que ya no te acordabas (I)

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Cosas buenas de que la vida avance (y, con ella, la representación de parejas LGBT): que hay muchas parejitas que nos encienden el corazón. Cosas malas: que nuestro cerebro no es capaz de procesar a la misma velocidad, y hay parejas que seguimos con fruición, con devoción, con ahínco… pero que, pluf, un día olvidamos porque no nos da para todo. ¿Recuerdas estas parejas lésbicas de series?

Julia y Mariana (Las Aparicio)

Una de las primeras veces que vimos el poliamor en televisión, y una de las parejas mexicanas que recordamos con más cariño. Juliana, la pareja formada por Julia y Mariana de Las Aparicio, nos tuvo pegadas al Youtube hace nada más y nada menos que once años, que se dice pronto. En 2015 hicieron una película para cerrar el ciclo que inició la serie, pero que dejó la rama abierta para, suponemos, poder cerrarla en algún momento, algo que todavía no ha sucedido. Después de Las Aparicio, vimos a Eréndira Ibarra en otra de las series favs de los fans, Sense8. Por su parte, Liz Gallardo sigue protagonizando teleseries en su país de origen.

Spencer and Ashley (South of Nowhere)

Spashley es historia LGBT, historia de la representación lésbica en series, historia de nuestras vidas. South of nowhere, la serie que les dio vida, se emitió entre 2005 y 2008, cuando en nuestras casas muchas no teníamos ni internet, pero ya andábamos preguntándonos si eso que sentíamos al ver a determinada chica era lo que era. La serie fue la primera en Estados Unidos que mostró una trama de amor entre dos chicas adolescentes, y las actrices que dieron vida a la pareja, Gabrielle Christian y Mandy Musgrave, hablan siempre con cariño y agradecimiento hacia Spashley. Tengo que confesar que a veces aún me acuerdo de *esa* escena en concreto, y de cómo se me encogió el corazón. Te la recomendamos muchísimo.

Emily and Naomi (Skins)

La pareja formada por Emily y Naomi en Skins es una de las que más fanfics ha desatado, y no es para menos, ya que TODAVÍA estamos enfadadas con el final. Qué paciencia tenemos que tener, madre mía. Pero bueno, a lo que vamos: Skins, serie inglesa emitida entre el 2007 y el 2014, tuvo en sus temporadas tres y cuatro a esta pareja como protagonista. Nos encariñamos rápidamente de las dos, porque no ha habido cosa más cute en la vida, y es una de nuestras favoritas. ¿Que nos acordamos de todos los antepasados de los guionistas cuando vimos cómo terminaba? No lo dudes ni un momento.