Han pasado cinco años desde que Katy Perry revolucionó las radios de todo el mundo con su famoso I Kissed A Girl, una canción que, por cierto, no dejó indiferente a nadie. Algunas la abrazaron como el nuevo All The Things She Said; otras… bueno, simplemente se sintieron mortalmente ofendidas por un tema que consideraron más apropiado para las heteroflexibles que para las lesbianas.
Pero, como decíamos, han pasado cinco años y hemos tenido que esperar todo este tiempo para que Katy Perry confesara a W Magazine que a lo mejor se pasó un poco de rosca al escribir una canción sobre la bisexualidad:
Fue un poco radical hacer una canción sobre la bisexualidad, pero era un tema que estaba en boca de todo el mundo. Y aunque fue ‘I kissed a girl and I liked it, and that’s what I like to do sometimes’, la canté como un guiño. Puede que sea una divertida y pequeña canción pop, pero a veces las pequeñas y divertidas canciones pop expresan claramente el espíritu de la época.
Lo que está claro es que I Kissed A Girl provocó un tsumani en la comunidad LGBT. No pocos la tacharon de superficial, oportunista y poco auténtica. En 2011, la cantante californiana charló sobre el éxito del single con la Vanity Fair, en una entrevista en la que dijo que “por fin alguien está cantando sobre algo que existe. Pero pretendía ser algo divertido, no había ninguna intención oculta”. Sin embargo, se negó a dar más detalles porque, según dice, muchos periodistas masculinos le hacían sentir incómoda con sus preguntas.
Ahora, con la perspectiva del tiempo y su carrera musical totalmente asentada, Perry ya no tiene reparos para confesar alguna que otra vivencia bicuriosa marcó su despertar a la música. En concreto, nos ha contado sus experiencias con una de sus amigas de la infancia (Morgan), cuando ambas tenían quince años:
Ella era ese tipo de amiga, la que idolatras y a lo mejor incluso tienes una pequeña obsesión con ella. Estábamos tumbadas en su cama, llevábamos puesta su ropa (porque su ropa era mucho más cool) y puso Killer Queen. Mi mundo se detuvo. Fue un sentimiento muy cinematográfico y me abrió las puertas a este mundo lírico.
Pues ya está. Misterio resuelto y agitamos la bandera blanca. Ni intenciones ocultas ni falta de autenticidad. Y lo de “radical” puede que fuera hace media década, pero cosas mucho más fuertes hemos visto desde entonces. ¡La de chicas que hemos besado! (y lo mucho que nos ha gustado…)
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