Y sonó el reloj. Por fin es doce de junio, y por fin hemos podido disfrutar, y digo muy conscientemente este verbo, de la vuelta de Orange is the new black. En Hay una lesbiana en mi sopa no vamos a hacer recaps de la tercera temporada como tal, sino que estrenamos formato con respecto a esta serie y procuraremos hacer un análisis de cada episodio con nuestras impresiones generales, lo que destaquemos de las tramas, y, en resumen, un pequeño comentario más que una narración de los hechos sin más. Como siempre, los comentarios son vuestros, y ahí podéis explayaros todo lo que queráis. Sólo os pedimos que no hagáis espoilers del resto de episodios y os ciñáis a los hechos acontecidos en el que toca. Para las croquetas ansiosas, hay un hilo abierto en el foro en el que podéis hablar con espoilers.
La nueva temporada se estrena con un episodio sin grandes sobresaltos, muy tranquilo y sentimental, como una especie de hilo que conecta esta temporada con la segunda. Por lo que hemos podido ver, esta temporada se parecerá más a la anterior que a la primera, con tramas muy corales, prestando atención a todas las reclusas por igual, abriendo el objetivo con respecto a la que, a priori, era la pareja protagonista, Alex y Piper.
Con la excusa de la celebración del Día de la madre, conocemos el pasado de algunas de las reclusas más queridas, como Nicky, Big Boo o Poussey, e incluso de Healey. Estas pequeñas ventanas al pasado nos sirven para comprender muchas cosas del presente, pese a que son guiños de unos segundos, pero tan claros que no dejan lugar a dudas. La madre de Pensatucky la utilizaba para vivir del sistema, la madre de Poussey la quiso como nunca más la ha querido nadie, al contrario que la de Nicky. Y la de Healey… pues bueno, explica su rechazo a los enfermos mentales, como deja patente en un momento del episodio, cuando, hablando con Caputo, no se quiere hacer cargo “ni de las negras ni de las locas”.
Es un episodio de reencuentros, también. El nuestro con la serie, el de Piper con Alex. Volver a Orange is the new black es volver a casa, a un sitio familiar, con amigas a las que te alegras de ver. Exactamente lo mismo que Alex y Piper, que encuentran su hogar la una en la otra. La familiaridad que transmiten en pantalla es impresionante. Lo habré dicho ya veinte veces, pero no se me ocurre una pareja en televisión (y en la vida real, creo que tampoco) con tanta química. Verlas juntas es ver la maravilla, creer en algo más. Y sí, soy consiente de cómo ha vuelto Alex a prisión, pero la denuncia de Piper fue un acto de amor en toda su extensión: Prefería perderla, que se enfadara con ella, que que le pasara algo.
Este primer episodio tiene momentos, muchos, humorísticos. Esos pequeños guiños a los que nos tiene acostumbradas la serie, y que tan felices nos hacen. Pero no debemos olvidar que no es una comedia, y que los elementos de drama tienen un peso sustancial en la misma. Ver a Crazy eyes observar la fiesta, sin poder salir, te rompe el corazón, y te recuerda que, aunque la cotidianeidad nos lo haga olvidar a veces, seguimos estando en una prisión, privadas de la libertad.
La historia de Sophia y su hijo me parece la más profunda y trascendental del episodio, tratando temas complejos como el papel de un hijo cuando uno de sus progenitores hace una cosa incomprensible para ellos. En este caso es transicionar de hombre a mujer, pero pueden ser muchas más cosas. ¿Dónde queda Sophia en su vida? ¿En qué se convierte? ¿Podrá perdonárselo su hijo? También quedan claras las prioridades de Sophia: Cuando su hijo le pregunta que cómo puede querer ser una mujer en un mundo donde los hombres hacen lo que hacen, podemos ver la satisfacción en el rostro de la presa. Su hijo lo está haciendo bien, pese a no tenerla en su vida. Y eso es suficiente.
Orange is the new black no ha perdido ni un ápice de su fuerza, ya sea humorística o dramática. Esta tercera temporada tiene, de momento, los ingredientes que han hecho de ella una serie capital, una ficción que no sólo entretiene, y mucho, sino que nos hace reflexionar sobre los aspectos más humanos que podamos encontrar: El amor, la libertad, la justicia, el orgullo, y la familia. We are family.