Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Bisexualidad, una jornada dedicada desde 1999 a llamar la atención sobre esta parte de la población, un colectivo numeroso y que, muchas veces, queda relegado a un segundo plano por la incomprensión que padecen, y dedicado a reivindicar, una vez más, que la bisexualidad es una orientación sexual real.
Mientras que los gays, las lesbianas e incluso los transgéneros, estamos dando pasos de gigante en visibilidad en todos los ámbitos, la comunidad bisexual es percibida muchas veces como un término medio, algo que queda difuminado, y muchas veces definido por la pareja que tengas en ese momento. ¿Que eres una chica y sales con otra? Estupendo, eres lesbiana. ¿Que compartes tu vida con un chico? Vale, entonces eres heterosexual.
Me resulta muy curioso el que no se tome todo lo en serio que debería el que una misma decida cómo etiquetar su orientación sexual (en caso de que quiera ponerle un nombre, claro), y ésta quede definida no por ella misma, sino por quien va de la mano con ella. Es injusto y vergonzoso. Es ofensivo. Y que muchas de esas voces que restan valor a la bisexualidad vengan desde dentro de la comunidad LGBT, cuando más unidos tendríamos que estar frente a las acciones de colectivos que nos quieren desprotegidos, es, sinceramente, algo que nos tendría que hacer reflexionar a todas.
Cuando una famosa sale del armario como bisexual y alguien dice “lo hace por llamar la atención”. Cuando alguien dice que “tú eres lesbiana pero sales con un chico para disimular”. Cuando no saldrías con una chica porque es bisexual. Hay todavía mucho trabajo por delante, muchos mitos que derrumbar en torno a la bisexualidad, y hasta que eso no ocurra, días como hoy son un recordatorio de todo lo que nos queda por hacer.