Una chica aumenta su atractivo en un 200% si lleva un par de gafas, de sol, graduadas o incluso del palo, sentadas sobre su nariz. Es un hecho científicamente probado. Kristen Stewart lo sabe, por eso, y porque le gusta subirnos la temperatura a las croquetas, se ha vuelto mazo fan de los anteojos. Las tiene de todas las formas y los colores, hagamos un repaso a su colección de lentes.
Estas son las de diario.
Las que tiene desde el año de la pera.
Las que lleva a las entrevistas con una chaquetita de punto que encontró por el armario porque qué mona va esta chica siempre.
O las que se pone para salir a dar un paseo por una calle random mientras piensa en sus cosas y finge que atiende al teléfono.
Estas son las de esos días en los que apetece levantarse de la cama tanto como lavarse el pelo.
Estas otras las de cuando juega a ser Shane McCutcheon.
Por llevar estas, le pagan.
Por estas, también.
Estas son las que llevó en esa película que hizo con Juliette Binoche en 2014.
Y, si se las pone con una camisa de cuadros… BUM. Adiós, ovarios.