¡Hola, croquetillas! Mientras acaba la temporada de otoño y se acerca la de invierno, voy a seguir hablando de series más viejas que quizás no conozcáis. Aunque la de hoy es crítica un poco destructiva. O al menos no amigable. Considero que en esta serie podían haber hecho las cosas muy bien pero no les dio la gana. No suelo hacer este tipo de críticas, pero considero que perdieron una oportunidad de oro para normalizar cosas.
Hoy me toca meterme un poco con “Kimagure Orange Road” [el misterio de la calle naranja, en España lo tradujeron como “Johny y sus amigos” porque hicieron un destrozo con los nombres]. Pongo en situación. De 1987 a 1988, han pasado ya unos años, se emite la adaptación a anime del manga de mismo nombre. Fue, es y será un éxito de serie, tiene muchas cosas buenas. La historia empezaba con Kyosuke mudándose con su familia de ciudad porque tienen poderes psíquicos, la habían liado otra vez y les tocaba cambiar de ciudad para ocultar de nuevo esos poderes. En la nueva ciudad primero conoce a Madoka, de la que se enamora. Pero Madoka tiene una mejor amiga, Hikaru, que se enamora de Kyosuke y empieza el triángulo amoroso.
¿Por qué digo que pudieron haberlo hecho mejor? Si os fijáis, aún no he mencionado a ninguna croqueta, solo he hablado de dos catetos y una hipotenusa en un triángulo. ¿Entonces? Bien, aquí va mi crítica. Igual que dije que Sailor Moon, el anime clásico, fue un pepinazo de los buenos para normalizar las parejas no heterosexuales, aquí metieron la pata. Que vale, era algo antes y esto estaba mal visto [y en algunos sitios sigue estando mal visto, vaya]. Pero esta era la serie ideal para normalizar lo no hetero-normativo.
El escenario de la serie era una pandilla de amigos y no tan amigos en un instituto. Todos eran adolescentes en plena efervescencia de hormonas. Que era bastante realista en ese aspecto, reflejaba bien esa explosión hormonal adolescente. Que en España en vez de decidir que efectivamente no era una serie de niños, lo que hicieron fue cortar escenas. Que algunos episodios duraban 15 minutos en vez de los 24 de rigor. Aplauso a TeleCirco que fue y es muy coherente con sus censuras extrañas. No tenía problemas con el programa de Jesús Gil en la piscina, pero con esto sí.
Pero bueno, censura española aparte, la trama en sí estaba muy limitada a lo hetero. Lo peor es que sí hubo dos personajes homosexuales, dos croquetas, que por eso digo que lo hicieron mal.
Primero, una croqueta fugaz en un episodio, el 42. Trama del episodio, Madoka, que antes fue pandillera, salva a una chica, Sumire. La chica en cuestión se enamora de Madoka [normal por muchos motivos], pero termina siendo una loca psicópata con métodos enfermizos. Conclusión del episodio, cuidado con las lesbianas locas. Sinceramente, Madoka podría haberla rechazado sin problemas, pero sin que la otra fuera un peligro público, porque daba una imagen horrible, lleno todo de topicazos injustos.
Segundo, un personaje que salió varias veces, la prima Akane. Al ser de la familia de Kyosuke, tiene también poderes psíquicos. Desde el primer momento decide que se ligará a Madoka. Inciso, sí, todo el mundo iba detrás de Madoka, menos unos pocos despistados. Pero vamos, que lo normal era fijarse en Madoka y omitir al resto de personajes. Akane sale en varias de las OVAs, que se intercalaban con la trama de la serie, por lo que era un personaje secundario recurrente. Además, Akane cumple con el tópico de lesbiana marimacho de pelo corto. Que no pretendo ofender a las butch, ni mucho menos, pero estos usaron un poco esa imagen para demostrar que era bollera auténtica.
Que esta crítica no es porque tuviera que salir bien ninguna de esas dos tramas, no es eso, pero podrían haber sido menos hetero-normativos, y también no ponernos como unas locas peligrosas o pervertidas. Porque Sumire estaba desequilibrada total, y Akane era una pervertida acosadora. Realmente daban una imagen terrible. Aunque vaya, toda la serie en sí es bastante machista. Considero que fue una oportunidad desperdiciada a muchos niveles.
Y con esto termino el lloro de hoy. La semana que viene haré un comentario más agradable.
¡Gokigenyou!