InicioActualidadLopy, Molly y Whaly, elige tu rabbit favorito de Diversual

Lopy, Molly y Whaly, elige tu rabbit favorito de Diversual

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El sexo, como la sociedad, siempre ha estado contaminado por la versión heteropatriarcal. Así pues, no es de extrañar que los primeros juguetes eróticos de la historia tuvieran forma fálica o que los encuentros sexuales se reduzcan, sobre todo cuando se trata de personas con pene, a la penetración. Como si no existiera nada más, como si no existieran en nuestros cuerpos zonas mucho más interesantes y placenteras.

Estudios contemporáneos demostraron que quienes tenemos vulva contamos con un montón de terminaciones nerviosas en toda ella, no solo en la vagina. Sobre todo, tenemos más de 8.000 en el clítoris, y 4 de 5 de nosotres necesitamos estimularlo para alcanzar el orgasmo. Con el tiempo, los juguetes fálicos se adaptaron, ahora con mucha más información. Y así nacieron los rabbit: artilugios de placer que ofrecen estimulación doble. Por un lado, lo hacen de forma interna en la vagina; por el otro, de forma externa en el clítoris.

Y rabbits, queride, hay muchos. Los hay que vibran, rotan, succionan… puede ser abrumador encontrar uno perfecto para ti. Hoy te traigo una selección de 3 rabbits de una de mis tiendas multimarca favoritas, Diversual, para que descubras cómo son los rabbits del siglo XXI y elijas el que más va contigo.

Diversual cuenta con su línea propia, Diversual Basics, que se caracteriza por ofrecer juguetes eróticos de calidad a un precio muy accesible. De esta línea valoro positivamente la variedad (ya cuenta con decenas de juguetes), la funcionalidad, la ergonomía y lo divertidas que son las propuestas, solo hay que conocer a Lopy, Molly y Whaly.

Lopy

Lopy es un vibrador rotador. Es decir, la versión moderna del rabbit de toda la vida (ese translúcido con bolitas metálicas dentro, seguro que lo has visto alguna vez). Se trata de un juguete de concepto sencillo, pero muy agradable a la vista y con unas funciones prometedoras: ¡es capaz de rotar 360 grados! Si te quedas sin batidora, Lppy seguro que puede montar claras a punto de nieve, imagínate lo que puede hacer en nuestro interior.

La forma se es similar a la del clásico rabbit, con un extremo más grueso para trabajar la zona de la vagina y uno más corto para el clítoris. Este extremo corto tiene una forma que permite estimular más externamente, como por ejemplo los labios de la vulva. Las orejitas del conejo quedan colocadas sobre el clítoris y hacen eco de las vibraciones del motor, de forma que es una estimulación potente pero controlada que resulta muy placentera.

Con sus 12,5 cm insertables y 3,5 cm de diámetro, es ideal para quien busca estimular ambas zonas de forma profunda. No tiene uno, ni dos, sino tres motores que ponen a nuestra disposición 13 modos de vibración y 12 movimientos de rotación. Puedes usar ambas funcionalidades simultáneamente (vibración y rotación) o por separado (solo vibración o solo rotación). Las combinaciones son muchas, convirtiéndose así en un vibrador que nos permite personalizar la estimulación y dar con la fórmula perfecta.

Tiene una interfaz de 3 botones en un cómodo mango intuitiva y fácil de utilizar. Además, cuenta con sistema de bloqueo para que puedas transportarlo sin sustos. Es sumergible y recargable, requiere unas dos horas y media de carga para una hora de uso. ¡Ah! Y, a pesar de su potencia, no es excesivamente ruidoso.

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Molly

Molly, por otro lado, es el rabbit de siempre… pero con una vuelta de tuerca, y nunca mejor dicho. Cuenta con dos extremos: el más largo para el interior con una textura agradable y el más corto es, en realidad, una rueda. Tiene 10 lenguas muy suaves que se van moviendo para estimular el clítoris de forma diferente a la vibración: con pequeños golpeteos continuos. De hecho, al verlo, pensé que parecía un juguete recién venido del futuro, y más los movimientos hacia adelante y hacia atrás.

En este caso, el diámetro es el mismo de Lopy, 3,5 cm, pero hay un centímetro más insertable: 13,5 cm. Así pues, está pensado para quienes disfrutan de la penetración profunda, pero también para esas personas que buscan nuevas sensaciones y un tipo de estimulación diferente a la vibración de siempre.

Este curioso rabbit tiene dos motores que nos proporcionan 9 modos distintos. Podemos manejarlos con la interfaz de 2 botones que, además, permite elegir si queremos que la estimulación sea simultánea (ruedecita moviéndose y vibración interna a la vez) o independiente. Esta opción es muy acertada en un juguete como este que estimula las terminaciones nerviosas de varias zonas, pues, en ocasiones, probarlo todo junto puede ser demasiado, sobre todo si somos de clítoris sensible.

Funciona con batería y, tras una carga de unas tres horas podremos disfrutar de una hora y media de juego. Además, es sumergible para que pruebes la curiosa sensación de las pequeñas lenguas de Molly bajo el agua.

Eso sí, el mecanismo de la rueda es algo más ruidoso que los motores de vibración, pero queda compensado con la sensación de las lenguas moviéndose. Mi modo favorito, sin duda alguna, es el que hace que se muevan un poco hacia adelante y un poco hacia atrás consecutivamente, me ha parecido muy excitante.

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Whaly

Si buscas un vibrador doble sencillo pero innovador, Whaly puede ser el candidato ideal. Al igual que los rabbits de los que te hablo hoy, es un juguete que estimula dos áreas: la zona G con vibración y rotación y, también, el clítoris con su otro extremo más pequeño.

El movimiento interno de rotación es como el de los dedos de una persona experta: ondea como diciendo “ven aquí” y se inclina hasta 45 grados. El efecto es distinto de la clásica vibración y nos invita a experimentar con una estimulación que, además de vibración, supone movimiento. De este modo, puede estimular una zona más amplia de terminaciones nerviosas de manera intermitente. Desde luego, invita a innovar y a potenciar la estimulación interna.

De las tres opciones, Whaly es el más corto con 11 cm insertables, pero al mismo tiempo es el más ancho con 3,9 cm de diámetro en la zona más gruesa, no en todo el juguete. Tiene una forma muy ergonómica y agradable para la anatomía que me ha recordado a algún modelo de marcas de lujo. Obviamente, Whaly ofrece un precio mucho más accesible y pone a nuestro alcance todas sus funcionalidades.

Sus 3 motores te permiten controlar ambas estimulaciones de forma independiente o simultánea. Puedes elegir si quieres que vibre, rote o haga ambas cosas al mismo tiempo para lograr una sensación más envolvente y profunda. Dispone de 6 modos y 3 velocidades que podrás controlar con su interfaz de 3 botones muy fácil de utilizar.

Es sumergible y recargable, requiere un par de horas de carga para hora y media de placer. Además, me ha gustado mucho que su base fuera plana: me resulta muy cómodo para dejarlo en la mesilla de noche después de usarlo, como sucede con Connie.

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Lopy, Molly y Whaly son vibradores dobles de buena potencia, aunque tienen modos más suaves para empezar. Si bien los rabbit no son los juguetes que recomendaría como primera opción para utilizar en pareja, se pueden utilizar en algunas posiciones donde haya contacto genital y ambas personas podáis disfrutar de la estimulación externa.  

Todos ellos vienen con el packaging de Diversual, que es bastante sencillo e incluye el cargador (en la imagen de arriba puedes ver cómo es la carga, se conecta en el caso de Lopy y Molly y hace conexión magnética con Whaly) y una bolsita de satén para guardarlo y transportarlo. En la caja se incluye un código QR con el que podemos acceder al manual de empleo, algunos detalles técnicos sobre el juguete e ideas e inspiración para aprovecharlos al máximo.

Para que la experiencia con alguno de estos rabbits sea de otro planeta, te dejo dos consejos:

El primero: que uses lubricante. Un buen lubricante ayuda a que la penetración sea más agradable, fluida y haya menos fricción, lo cual aporta bienestar a nuestros genitales durante y después del uso.

El segundo: que te permitas explorar. Lo bueno de la línea propia de Diversual es que tiene una variedad enorme de productos, hay juguetes para todos los gustos. Su buena relación calidad-precio nos anima a probar y a experimentar con nuevas funcionalidades, formas o dimensiones, sacándonos de nuestra zona de confort para descubrir nuevas sensaciones y disfrutar de otras maneras.

En definitiva: las tres opciones me parecen adecuadas para iniciarse con la juguetería erótica por la sencillez de su uso, pero también son aptas para cuerpos más experimentados gracias a su potencia y funciones. Los tres juguetes aportan un extra a la versión tradicional de los rabbit, regalándonos una experiencia nueva. Lo fácil es que cualquiera de los tres es un acierto, lo menos fácil es que te decidas por el que va mejor contigo.

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