Oh, dios. No sé si estos días estáis pendientes del Mundial de Natación. Si no es así, es una pena, porque os estáis perdiendo el mundial más femenino desde que el ser humano empezó a batir records en una piscina. A falta de tres días para que se clausure, yo creo que ya se puede decir sin miedo que Barcelona 2013 ha sido el mundial de las mujeres. Así, como suena.
La “culpa” de todo esto la tiene Michael Phelps. O mejor dicho, su ausencia. La sombra del norteamericano es tan alargada que parece que nada de lo que hagan los otros nadadores puede sorprendernos ya. Es como si hubiese dejado un vacío imposible de llenar, lo que está provocando que las pruebas masculinas de natación pasen casi desapercibidas, un poco desangeladas incluso. Así, los focos se han girado para prestarles atención a ellas, las mujeres, no porque sean el segundo plato, sino porque ahora mismo tienen más margen de superación.
Federica Pellegrini, Katie Ledecky, Missy Franklin y Ruta Meilutyte han fascinado al mundo entero y no ha sido por sus cuerpos —que también; al menos, en algunos casos— sino por sus marcas biónicas y récords mundiales. Sus actuaciones han provocado que las mujeres se conviertan en las estrellas de la competición y me parece emocionante estar viviendo este momento. Pocas veces el deporte femenino capta la misma atención que el masculino, así que algunas estamos disfrutando de BCN2013 como niñas con juguetes nuevos.
Y ahora me vais a permitir que barra para casa porque no me quiero olvidar de las españolas. Os hablaría del equipo de waterpolo, pero son muchas para un solo post, aunque sí destacaré que nos hacen vibrar como siempre (el otro día contra EE.UU. acabé gritándole al televisor de lo nerviosa que estaba, con eso os lo digo todo) y esperamos que ganen como nunca. De quienes sí os voy a hablar es de Mireia Belmonte y Melani Costa.
Lo sé. Soy poco original, están en boca de todos. Pero me sigue fascinando cómo con 22 y 24 años estas dos nadadoras se han convertido en el revulsivo de la natación femenina. España entera se pregunta: ¿Había vida antes de ellas? Seguramente sí la hubiera, pero lo que está claro es que esta nueva generación tiene todavía mucho que decir. Nunca habíamos vivido la natación con tanta intensidad, y eso se lo debemos a ellas.
La mayor sorpresa ha sido, sin duda, Melani Costa, que nos ha robado el corazón dentro y fuera de la piscina. Y de Mireia… ¿qué decir? Que el afán de superación es sexy. Al igual que lo es el trabajo duro. Sus cuerpos en bañador están bien, pero verlas con las medallas colgadas del cuello es doblemente erotizante. Oro, plata y bronce son el nuevo sexy, gente 😉