Sé que tenemos varías lectoras que siguen The Fosters tan religiosamente como la sigo yo, y es normal que eso ocurra porque los personajes son encantadores y es muy fácil cogerles tanto cariño que sientes deseos de adoptarlos a todos y que sean parte de tu familia. Les quieres, y eso siempre es bueno para una serie. Pero, al igual que ocurre con la familia, quererles no siempre significa estar cegado de amor y no ver todos los defectos que poseen; y eso es algo que también nos pasa con The Fosters. ¿Y por qué? Bueno, creo que cualquiera que haya visto la serie sabe el motivo: ¿Cuántos besos hemos visto entre Lena y Stef? ¿Cuatro…? ¿Cinco? ¡Pues eso! A ver, no es que queramos otro The L Word con escenas de sexo en cada episodio porque desde el inicio quedó muy claro que The Fosters no va de eso, pero creo que el hecho de que hayamos visto más besos entre Jesús y Lexi que entre Lena y Stef es un gran motivo de queja. O que debería serlo, porque no es normal.
Quizás sea cosa de la productora, del horario o de que creen que no importa, pero sí importa, y mucho. Importa cuando Lena besa a Stef en la mejilla. Importa todas las veces que se miran y todo queda en eso. Importa que se vayan a la cama juntas sólo a dormir. Importa que nos den lecciones sobre que el amor entre dos mujeres debe ser igual de respetado como el de entre un hombre y una mujer y no nos dejen ver ese mismo amor del que tanto hablan. ¡Y por eso me quejo! Porque, como dice esa gran frase: “Que tu boca no firme cheques que tu culo no pueda pagar.” Ok, quizás no es la frase más adecuada, pero siento que nos firmaron un montón de cheques que no tenían fondos y me siento algo timada. Y no es que la serie no me haya gustado; todo lo contrario, y creo que es precisamente por ese motivo por el cual la escasez de besos ha sido tan dolorosa. ¡No quiero una serie de compañeras de piso a las cuales shippear! Que para shippear donde nunca me van a dar nada más que amistad y fraternalismo, ya tengo mil millones de series, películas y libros, ¡y no! Eso no es lo que le pedíamos a The Fosters, esto no es lo que nos habían prometido, esto no es lo que queremos.
Queremos que Lena, después del miedo tan terrible que ha debido de pasar al pensar que podía perder a Stef para siempre, en cuanto la tenga en casa la desnude completamente y bese cada centímetro de su piel, queremos ver los labios jugosos de Lena sobre los pechos de Stef, queremos piel erizándose y manos unidas con fuerza, con esa fuerza de quien siente que jamás podrán separarlas y que no hay nadie más en el mundo que ellas dos, queremos que se olviden de los niños que viven en esa casa y se dejen llevar por ese amor que nos venden embotellado con edulcorante artificial que no nos acaba de satisfacer.
¡Queríamos esto!
Y nos han dado esto…
No sé cómo se os queda el cuerpo a vosotras, pero yo debo decir que estas escenas me hacen pensar en aquella canción de Sabina en la que tan sabiamente nos dice que sólo calan los besos que no has dado… ¡Y menuda forma de calar! Además, hemos visto cosas que nos han dejado bastante claro que las actrices parecen más que dispuestas a darnos acción croquetil de la buena.
Esas sonrisas dicen que quieren más escenas de acción.
¿Y tú qué opinas? ¿Estás conmigo o crees que Lena y Stef nos dieron más que suficiente y que, si queremos más, nos tenemos que ir al porno lésbico?