En el episodio 23:
La gran trampa para capturar a la titán se prepara en Stohess, dentro del Muro Shiina. Sin embargo, cuando parece que Annie va a entrar en el túnel, el pastel se descubre y acaba transformándose.
Este es el episodio de mucho ruido y pocas nueces. Como siempre, hasta que Eren no se pone al frente parece que no hay manera que la historia avance. Sin embargo, que gran episodio para todos los demás personajes, tanto Armin, Mikasa, Jean, Hanji o Erwin hacen una aparición estelar que demuestra lo mucho que se ha currado a su plantel de personajes el señor Hajime Isayama.
En la reunión de inteligencia el trío maravilla nos cuenta las cosas que ya sabíamos: que sólo alguien de la Policía Militar podría haber matado a los dos especímenes de Hanji, que en la revisión de equipo de maniobras 3D ella tenía el de Marco para que no la descubrieran. Que su forma de titán se parece a ella y, por fin, vemos el flashback de qué fue exactamente lo que vio Eren cuando se enfrentó a ella en el bosque.
La misión ya empezó mal y sigue fatal. No sólo Annie se olía la trampa desde el principio, si no que ahora que la han acorralado dentro del Muro Shiina está más desesperada que nunca por capturar a Eren. Aunque se refugian en el túnel, la titán empieza a destruirlo a pisotazos a ver si hay suerte y sólo se carga a los dos que no le interesan.
Así que el plan B es que Eren se transforme en titán (otra vez) y les salve el culo. Pero como es un chico sensible y majete, todavía le cuesta creer que Annie sea realmente la enemiga. Y aunque se haya enfrentado a ella, haya visto todas sus asesinatos en persona y haya estado a punto de palmarla por su culpa, no hay manera de disparar la transformación. Mikasa, que sigue sin estar para hostias, lo cañonea a chantaje y manipulación emocional, a ver si despierta.
Claro que Mikasa no sería Mikasa si la mitad de sus preocupaciones no fueran los sentimientos de Eren. ¿No te transformas porque es una compañera en la que confiabas y que consideras una amiga O PEOR, te mola?
Otro que no está para peleas de enamorados es Armin, que decide un plan C sobre la marcha. Él y Mikasa por cada lado y Annie deberá perseguir a alguno de los dos. Es una lástima que aquí no siguieran exactamente lo que pasa en el manga. Dice mucho del crecimiento personal y madurez de Eren en el cómic que sólo haga falta una frase para que se dé cuenta de dónde están metidos. Aquí, sin embargo, la frase lo marca, pero le cuesta aceptar la idea.
Cuando Mikasa sale de ese túnel… en fin, hace falta decir más? Es un demonio volador con mortíferas intenciones.
Mientras Jean se las pira a ayudar, Erwin debe enfrentarse a los soldados de la Policía Militar que, tanto póquer y tanta hostia, no se han enterado que todo esto es un plan perfectamente orquestado. Suerte que siempre tenemos a Levi para recordarles su sitio.
Uno de los pisotones de Annie ha caído con tan mala pata que ha enterrado a Eren en cascotes. Porque para que nos vamos a estar de añadirle más drama al asunto. Si en SnK no hay drama para nada. Ya que estamos, impalémosle en el pecho mientras sus amigos gritan y sufren a su vera.
Mientras tanto, Hanji tiene un momento muy épico capturando a la titán. ¿Alguien se ha fijado en lo bien que cae esta mujer con su equipo de maniobras 3D?
Por supuesto, se marca un Levi y la caga. Que manía con asustar a Annie con todo lo que la vas a desmembrar y hacer sufrir. Hemos comprobado que no funciona, que la pone nerviosita y se resiste de forma salvaje. (Claro que si Levi o Hanji se te acercan siquiera, entiendo que tu única meta en la vida sea correr muy lejos).
Mientras a Mikasa le dan pal pelo, Eren tiene una epifanía sobre su situación, la serie y la vida en general.
“En esta historia de horror no existen los finales felices.”
Una manera fantástica de resumir este sufrir de anime, porque cuando por fin acaba transformándose en titán, sabes que las cosas no van a terminar bien.
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