¿Como lleváis el visionado de OiTNB? Supongo que habrá algunas que lo hayan terminado en el fin de semana, otras que lleven la dieta de Emma, un episodio diario, y otras, como yo, que somos completamente anárquicas y tan pronto vemos cuatro como ninguno. Pero bueno, pero en la variedad está el gusto. De momento, dediquemos unos instantes a comentar el segundo episodio de Orange is the new black.
En una serie tan coral como lo es esta, es bastante difícil escoger a un par de protagonistas, pero muy probablemente ese papel lo desempeñen Alex y Piper. El primer episodio estuvo prácticamente centrado en la rubia, mientras que Vause apareció casi para poner todo patas arriba y decir adiós. Por eso mismo, queríamos saber qué iba a pasar con Piper, qué consecuencias iba a tener su perjurio, o por lo menos, qué sé yo, si iba a encontrar una cucaracha apta para el contrabando de cigarrillos. Pero, en lugar de eso, Jenji Kohan nos traslada de nuevo al punto de partida de la primera temporada, la cárcel de Litchfield, un pequeño microcosmos de historias, tantas como reclusas. Y lo que parecía que iba a estar cojo, una historia sin ninguna de las dos protagonistas, resulta que funciona como un engranaje perfectamente engrasado. ¿Tenemos que preocuparnos? Porque podría suceder que Piper no volviera a la prisión en ningún momento, y la historia seguiría su curso sin problema, solamente abriendo otra linea argumental. Veremos qué nos tiene preparado la creadora.
Fuera de la prisión, Larry… pf… Hace el ridículo como le gusta hacer a él, mirandole demasiado las tetas a la mejor amiga de su novia, o diciendo que una vez hizo que Piper tuviera un orgasmo vaginal. ¿Espera que le den algún tipo de premio, o…? Mi esperanza es que le entre afición por las saunas gays y encuentre ahí a un osazo de dos metros que le haga muy feliz, y así nos deje en paz.
Por otra parte, la cotidianeidad de Litchfield nos inunda desde el minuto cero. Aquí no hay grandes, épicas historias. Aquí hay día a día y pequeños dramas que parecen un mundo. Pero lo mismo que la tragedia parece griega, las más pequeñas alegrías parecen brillar con más fuerza que el sol. Como ejemplo de lo primero tenemos la historia de Daya y su… tránsito lento.
Estás llena de mierda
No, es Daya la que está llena de mierda
Con esta nimiedad (bueno, para ella no, cof) no hace mas que desplegarse por detrás la pena de su madre cuando su hija no acude a ella por un problema, y la disputa de ésta con Gloria por ser el centro de atención de Daya. Finalmente todo se resuelve bien, y hasta hay una chispa de amor maternofilial, un instante de perdón… hasta que le dicen a Bennett que Daya llevaba cinco dias con problemas intestinales. Algo muy de decirle al chico que le gusta a tu hija casi adolescente, y para nada humillante para la pobre. Ahí todo vuelve a como estaba.
También es un drama la situación de Red: despojada de su centro de poder, la cocina, y sin crédito porque sus familiares no le ingresan dinero, no tiene más remedio que agachar las orejas y volver al comedor, a comer del rancho que ella misma había dicho que no volvería a probar más. En el comedor encuentra refugio entre el grupo de las más mayores, tan apartadas de la sociedad carcelaria que ni siquiera los espectadores las habíamos visto en la serie. ¿Se convertirá en la líder, o algo similar? Apuesto a que si, Red tiene madera de cabecilla.
Está fatal para tener 23
Nos reencontramos aquí con los personajes a los que no habíamos visto en el primer episodio, incluída Big Boo… y su perrita, aficionada a la mantequilla de cacahuete. Y no pienso decir más, ajajajaja.
Por otra parte, el hilo conductor de todo el episodio, y que se nos muestra en forma de flashbacks y vueltas al presente, es la historia de Taystee. Aprendemos de donde le viene el mote: de pequeña fue ‘bautizada’ por Vee, una traficante de heroína que utilizaba a jóvenes como camellos. Veep es la única figura presente, de un modo u otro, durante toda la vida de Taystee, y es a ella a la que acude cuando no le queda nada más. Pero volviendo al presente, Taystee se esfuerza mucho en ganar la feria de empleo que se organiza en prisión, ya que ha oído que el año anterior la reclusa que ganó consiguió un empleo. La feria empieza con una prueba de vestuario para una entrevista de trabajo, completamente alocada, y el momento más optimista y alegre del episodio.
¡Ese es el espíritu! Ir absolutamente fabulosa a la entrevista, sea cual sea el empleo. Sophia es una tía con personalidad, está visto. Todas las chicas pasan por el orientador laboral, algunas con más fortuna que otras:
¿Se ha dado cuenta de que le ha dicho a una reclusa en prisión que debe convertirse en oficial de prisiones?
Pero aquí la que se toma realmente en serio la entrevista es Taystee, que tiene amigas que la quieren y apoyan de verdad.
Haz que esté orgullosa de ti
Ella es lista, pero le han pasado dos cosas en esta vida. La primera, que no ha tenido suerte, nada de suerte. Ninguna familia de acogida la quería, siempre ha tenido trabajos espantosos,y la gente que ha querido ha desaparecido, de un modo u otro. La segunda cosa es que siempre que ha seguido las normas no ha llegado a ningún lado. Como cuando rechazaba trabajar con Vee. Pero ella tiene tesón, actitud, y mucha, mucha ilusión, y finalmente, y acompañada de la bochornosa actuación de Flaca, ligoteando con el entrevistador, se hace con el premio.
Por primera vez en su vida algo le sale bien. Pero resulta que no hay premio, que solamente era un simulacro. Aún con todo, la directora decide darle diez dólares para el colmado. Y eso, amigas croquetas, es toda una victoria para alguien como Taystee. Y he aquí una de las alegrías de las que os hablaba: diez dólares no son nada, pero a veces significan un triunfo arrollador. Aunque luego gires la cara y te encuentres a una vieja conocida en el quicio de la puerta.
¿A alguien más le ha recordado (salvando las distancias) a la primera vez que se reencuentran Alex y Piper?