Orange is the new black tiene un misterio, un misterio del que nadie habla.
La prisión de Litchfield tiene la capacidad de modificar los tatuajes de las reclusas, algo que en un principio parece inmutable. Para muestra, el salero que Alex tiene en la espalda. Así lo veíamos en el primer episodio.
Y así… en el tercero.
El misterio del salero mágico. Pero no es el único tatuaje que sufre las artes de birlibirloque. ¿Recordáis que Piper tenía un pez tatuado en la nuca durante la primera temporada?
En la segunda, mágicamente, desaparece.