Después de un par de episodios dedicados a la vuelta a la serie de Julián, el personaje interpretado por Rodolfo Sancho, este lunes RTVE sorprendía a muchos con una decisión sobre programación que nos gustó a los fans de El ministerio del tiempo. Avisando con escasos días de antelación, la serie se tomó unas vacaciones sin fecha de vuelta.
Después de eso, las cortinillas publicitarias de la cadena anunciaron que volvería ‘muy pronto’. Muy pronto puede ser la semana que viene o dentro de unos meses, es un periodo de tiempo nada exacto. ¿Tienes la obligación las cadenas de anunciar estos parones y sus fechas de vuelta? No, claro que no. Pero sería un detalle con la audiencia. Javier Olivares, en una entrevista para Vertele adelantó que la vuelta sería en dos o tres semanas.
El creador de la serie contó en la misma entrevista que el parón estaba previsto a nivel de guión, ya que él es más partidario de dividir la temporada en dos segmentos que de hacer un arco más largo que ocupara los trece episodios. También que la pausa permite que el equipo “tome aire y se pulan bien las imágenes y los efectos visuales. El equipo está apurado, trabaja por encima de sus posibilidades de tiempo y medios”. Los personajes que nos esperan en estos nuevos episodios incluirán a las mujeres olvidadas de la Generación del 27 con Alexandra Jiménez, el caso de los niños robados, o la figura de Felipe II, que será encarnado por Carlos Hipólito.
Por otra parte, RTVE ha cerrado acuerdos de emisión de la serie con operadores de televisiones de diversos países de Latinoamérica, como el Canal 22 en México y Globosat en Brasil. No serán los únicos países que estrenen la ficción de Javier Olivares, ya que las conversaciones con países de Oriente Medio y África están “muy avanzadas”. En este caso serían los derechos de emisión de la serie, pero también la adaptación del formato a otros países como Francia y Alemania es algo que podría ocurrir en algunos meses, y es ya una realidad en China, que ha comprado los derechos para adaptarla a su historia. La ficción española está en uno de sus momentos más brillantes.