Hoy vengo a hablaros de una serie que acabó hace un par de semanas, la cual por ahora sólo consta de 10 capítulos, cortos y fáciles de ver, y que recomiendo a todo el mundo para este verano.
El punto de partida es un matrimonio consolidado, sin hijos, que se quieren, pero que en el sexo… tiene sus problemillas varios. Para solucionarlo Jack, el marido, aconsejado por su hermano decide contratar a una escort (interpretrada por Pricilla Faia. Para más inri se lo confiesa por la noche a su mujer (interpretada por la actriz Rachel Blanchard). A partir de aquí SPOILERS!
Emma, la esposa, en vez de reaccionar mal, lo que hace es contratar al día siguiente a la misma chica para comprobar qué tiene la joven que no tenga ella, y lo más gracioso es que le gusta, y se lía con ella en el baño del bar donde habían quedado. Así, sin más reparos.
¿Cómo te quedas? Sorprendida como poco. No estamos ante una trama de celos, engaños, cuernos o decadencia del matrimonio. Tampoco es la típica serie en que el marido contrata a profesionales y la mujer sufre por detrás. No, no y no. Esta sitcom muestra de forma natural todas las formas del poliamor. Porque sí, existe y la transparencia con que aquí se muestra en un espacio de tiempo limitado, es sorprendente. La pareja feliz hace un acuerdo matrimonial para compartir a la chica, Izzy, con total libertad, sin celos enmedio, sólo para expresar su amor de forma libre. Aunque se dan cuenta pronto de que eso por separado no funciona, y deciden probar juntos. Porque aquí tres no son multitud.
También hay que apreciar con toda la bifobia que corre en nuestros días, el tratamiento que se hace aquí el que Emma, la esposa, confiese que no es su primera vez con una mujer, que tuvo sus pinitos de joven (precisamente en Barcelona, como anécdota española je je je) y es de agradecer la reacción del marido y su aceptación. Porque ser bisexual, y acabar casándote con un hombre EXISTE, y es una opción tan válida como elegir a una mujer, que parece que a veces no nos damos cuenta.
Quizás estamos hartos de pedir personajes LGTB, que no maten a las lesbianas en nuestras series, pero a veces algo tan sencillo como este trío tan particular que se aleja de lo enfermizo, y se centra en la normalidad de amar a varias personas a la vez, sin importar su sexo, es precisamente lo que nos engancha. Pues, ¿quién somos nosotros para juzgar de quien se enamora otro ser humano? Nadie.
También, cambiando de tema, es recomendable la serie por cómo se plantea el obvio dilema de los vecinos cotillas intentando destapar este trío sexual que ven enfermizo, pero que es tratado con un tono tan humorístico y se soluciona de forma tan absurda que en ningún momento nos están vendiendo que está mal, al contrario.
Pero, obviamente, no voy a acabar la entrada sin hablar de lo que esperáis de mi: la pareja lésbica dentro del trío. El 99% de las razones que hacen que veamos la serie. Yo lo siento por Jack que es un encanto, pero no deja de ser un pagafantas, y me quedo con la química de Izzy y Emma y sus escenas a solas. Porque ¡O-M-G!
Así que nada, aquí tenéis otro pretexto más visual para ver esta sitcom en las vacaciones.