Tenemos que dejar de decir que la Harley Quinn de Suicide Squad es un icono feminista, porque no lo es. Esta Harley no es ningún personaje femenino fuerte por mucho que vaya pegando mamporros con un bate por la ciudad. Y su excesiva, aunque ya habitual, hipersexualización tampoco ayuda demasiado a la causa. Enfudada en unos miniminiminishorts y unos tacones de aguja, su principal función en Suicide Squad es la de caldear el ambiente y ganar un concurso de Miss camiseta mojada mientras luce una cazadora que pone “Propiedad del Joker”.
Su arco se reduce a ansiar el reencuentro con el Joker mientras pone finos a los malos, y un par de flashbacks de los dos donde vemos cómo él abusa de ella. El mundo de Harley Quinn gira alrededor del de su novio. Por él lo ha dejado todo y mantiene una relación abusiva de manual. Una relación tan tóxica que acabaría hasta con la mismísima Poison Ivy. Él le hace daño, día sí y día también, la controla, la manipula e, inmediatamente después, le dice lo mucho que la quiere.
Suicide Squad se centra sólo en sus orígenes, pero su historia completa va más allá de su relación con el Joker. La Harley Quinn de los cómics es un personaje mucho más complejo y con muchos matices que se le han quedado a David Ayer en el tintero con la adaptación, y que sí podría ganarse el título de icono feminista. Después del reboot de Los nuevos 52, el personaje de Harley gana independencia y empoderamiento, y deja de ser un apéndice del Joker. Es una víctima, pero también una superviviente con su propia historia que contar. Su vida ya no tiene como centro al payaso de pelo verde y pintalabios mal aplicado, aunque siga estando, en mayor o menor medida, presente en ella, y comienza una relación con Poison Ivy, quien le muestra cómo podría ser su vida sin su agresor y trata de convencerla de que se merece algo mejor.
Volviendo a la peli, aunque Ayer enfunde a Margot en el atuendo que lleva la Harley de Los nuevos 52, uno de sus primeros diálogos sea “duermo donde quiero, cuando quiero, y con quien quiero”, y presente al personaje con una versión del clásico himno feminista You don’t own me, se contradice con lo que vemos el resto de la película. Y es que, como dicen en The times, esta Harley Quinn “es la idea que tiene un universitario de cómo sería una heroína feminista de acción”. Que no es ni feminista ni es ná.