A pesar de que sigo queriendo una Kara Zor-El por Navidad, con todo su permiso del mundo, Alex es quien le está robando el protagonismo a la pequeña de las Danvers esta temporada de Supergirl. Y de manera muy, muy merecida.
En el episodio de esta semana, Alex, tras haberse admitido a sí misma que es lesbiana y que siente mariposillas por Maggie, y haber conseguido verbalizarlo precisamente ante la chica de la discordia, no sin muchos titubeos y confusión, sabe que necesita el apoyo de Kara si quiere seguir adelante. Alex tiene dudas, tiene miedo y está echa un manojo de nervios. Que tire la primera piedra quien no lo estuvo cuando le tocó su turno. Pero, tras reunir el valor suficiente, por fin se lo dice a Kara. Su hermana no reacciona de la mejor manera posible, se muestra distante, asombrada y necesita de tiempo para procesarlo. Kara será de Krypton, pero es en este capítulo, y concretamente en esta escena, es donde nos demuestra que es tan humana como el resto. Finalmente, lo acepta y le pide perdón a Alex por su forma de comportarse, al fin y al cabo, es su hermana y sólo quiera verla feliz.
Los personajes de Supergirl se caracterizan por, sin ser espectaculares, ser cuquis y hacerse querer sin demasiado esfuerzo. Esta segunda temporada, sin embargo, los guionistas le están dedicando especial atención a uno en concreto y lo están haciendo especialmente bien. Alex Danvers ha pasado de ser un secundaria más a ser el personaje más interesante de la serie y uno de los favoritos de la audiencia. El trabajo de equipo entre ellos y la actriz Chyler Leigh la están convirtiendo en una croqueta tridimensional e interesante, y están consiguiendo que todo por lo que está pasando la mayor de las Danvers suene real, se vea real y, por encima de todo, se sienta muy real. Y sólo puedo decir una cosa, que quiero más. Ah, y que no me la maten, por favor.