Kay, una chica de 20 años, decidió que aquel día era el día: iba a contarle a su hermana pequeña Sam, de 15, que era bisexual. Lo haría por móvil, ya que estaba estudiando en la Universidad de Toronto. Cogió aire, y…
— Ey, tengo algo que decirte
—Pues dime
—Soy gay
—Ok. Mientras sea feliz, yo estoy feliz. Te quiero sin importar nada más. Eres aún la misma persona.
—Has usado mal el “seas”
—QUE TE DEN, PUTA. Se supone que esto era algo dulce.
Hasta aquí, todo fenomenal: dos hermanas hablando, una contando algo importante, la otra siendo… una hermana. Pero ahora viene la mejor parte.
—ME ESTOY RIENDO UN MONTÓN. Pero gracias. Me gustan los chicos y las chicas. Pero es más fácil decir que soy gay.
—Supongo que ahora puedo decirte que yo también soy bisexual, jaja. *Y ahora me siento en silencio*
— MAMÁ SE VA A CAGAR ENCIMA
—YA LO SÉ. IMAGÍNATE PAPÁ.
—¿QUÉ COÑO?
Después de publicarlo en Twitter, Kay habló para Buzzfeed News:
Al principio estaba un poco en shock, casi pensaba que era una broma suya para que me sintiera más cómoda. Pero luego me di cuenta de que no había ninguna broma. Fue un momento muy feliz. Siento que tengo alguien con quien compartir mis experiencias, y es mi hermana, así que es más especial aún.
Vía: Buzzfeed