No hace falta irse muy lejos para comprobar la inevitable influencia de los productos audiovisuales en la sociedad que los consume. ‘Capitana Marvel’, el último de los blockbusters que ocupa los cines, nos ha traído la primera superheroína con película propia del universo. Las redes sociales se han llenado de mujeres emocionadas. De vídeos de niñas disfrazadas que enumeran sus superpoderes. Pero podemos ir mucho más atrás. Podemos remontarnos a los noventa y volver a hablar del mencionadísimo “Efecto Scully”. Ese maravilloso fenómeno provocó que miles de niñas, tras haber visto a la agente Dana Scully en ‘Expediente X’, se interesaran por una carrera en la medicina y en las ciencias. Una serie de televisión cambió estadísticas que aún se estudian treinta años después. Es imposible (¡e irresponsable!) negar la importancia de este fenómeno.
¿Por qué? El pasado miércoles cancelaron ‘One day at a time’, una serie de la que os hemos hablado muchas veces (y que seguimos recomendando encarecidamente). La ficción abarca el día a día de una familia cubanoamericana que vive en Los Angeles y que se enfrenta a un sinfín de situaciones complicadas. Trata temas como la adolescencia siendo LGTB, la identidad de género, el estrés postraumático, la ansiedad, la depresión, el alcoholismo, la emigración, el racismo… Y seguro que me dejo alguno. Es una serie que no vacila a la hora de mojarse por lo que defiende.
¿Por qué está todo el mundo tan enfadado?
Netflix ha publicado un comunicado en el que explica que el problema es que no tenía suficientes espectadores para justificar una nueva temporada. Personalmente, dudo que esta razón se sostenga, ya que una sitcom multicámara es una de las series más baratas de producir y ‘One day at a time’ tenía unos dos escenarios. Además, desde el momento en que la cancelaron (alrededor de las 7 de la tarde), el hashtag #saveodaat subió a los trending topic mundiales y se mantuvo al menos hasta las 3am (lo sé porque estoy escribiendo este artículo a las 3:05 y ahí sigue, aguantando). Los fans, además de hacer mucho ruido, han criticado la nula promoción que han hecho a la serie si realmente querían que aumentase su audiencia.
La peor parte del comunicado ha sido, sin duda, su final. Netflix ha pedido a la gente latina, queer y demás personas pertenecientes a colectivos minoritarios que no pierdan la esperanza de verse representados. “Vuestra historia importa”, les han dicho, mientras cancelaban una de las pocas ficciones que realmente contaba su historia. “Estamos con vosotros”, han dicho, pero han hecho todo lo contrario. Y es terrible.
¿Diversidad en televisión? Sí, por favor
Vista la importancia que tiene la televisión en la sociedad, ¿cómo se puede ignorar el valor cultural que tiene un producto como ‘One day at a time’? Y, como bien ha puntualizado Marina Such en twitter: ¿Por qué insiste Netflix en constituirse como “la televisión alternativa y de la diversidad” cuando hace exactamente lo mismo que todos los demás?
Como era de esperar, los críticos americanos le están dando cera a Netflix por decir que no son como cualquier otro canal de tv cuando funcionan exactamente igual que otro canal de tv. https://t.co/lBNXiSkr94
— Marina Such (@MissMacGuffin) March 14, 2019
¿Por qué promete lo que siempre se niega a terminar? (Sí, seguimos enfadadas por lo de Sense8, pero al menos esa serie costaba un dineral) Y una pregunta importante, ¿terminaremos tirando a Netflix del pedestal de la diversidad en el que se ha subido? Yo no lo descartaría.
Lo bueno de esto es que no está todo perdido todavía. Quizás el ruido que están haciendo los fans de la serie provoque que Netflix recapacite respecto a su decisión. O, al igual que pasó hace unos meses con ‘Brooklyn Nine-Nine’, es posible que otra cadena adopte a ‘One day at a time’.