Sabemos que 2019 pinta como un buen año cinematográfico para las superheroínas con los estrenos de Capitana Marvel y Wonder Woman 2. Y este mismo 2018 tendremos dos títulos con mutis de fondo: uno centrado en la figura de Jean Grey, Fénix, con el ominoso título de X-Men: Dark Phoenix -y lo que ello conlleva-; y el otro The New Mutants con un tráiler muy intrigante.
Pero no sólo de las “hermanas Stark” vive la fan, y por fin se ha confirmado lo que muchas llevábamos tiempo pidiendo y deseando. La peli de Natasha Romanova alias la Viuda Negra.
Disney ha dado luz verde al proyecto sobre la superespía y este ya tiene guionista, Jac Schaeffer de quien, tras una rápida consulta en IMDb no tengo ni idea si es una escritora fiable o no –se encargó del nuevo corto de Frozen sobre Olaf. Haced con esta información lo que queráis.
Se espera, evidentemente, que esté protagonizada por Scarlett Johansson. También se espera que dé muchos mamporros a terroristas, soldados o a quien se meta por medio, como ella sabe aunque esto no lo leeréis en ningún otro artículo que dé la noticia. Y quizá flashbacks sobre su origen.
No me miréis así. Cualquier situación es buena para un gif de ‘La llamada’
A esta buena noticia se le suma el rumor de un proyecto para una película centrada en Kitty Pryde, mutante miembro de los X-Men con el poder de volverse intangible. Se sabe que Tim Miller –el director de Deadpool– está muy interesado, pero eso es todo. Guardamos las fanfarrias y los cohetes para cuando sea oficial.
Kitty Pryde atravesando la pared de tu casa como si nada
Ya era hora de que apareciesen más películas protagonizadas por superheroínas, a Marvel sólo le ha costado diez añitos (juas) a ver si DC se pone las pilas con las suyas.
P.D.: Esto es todo lo que tengo que decir a quién piense que una peli de la Viuda Negra es irrelevante:
Y con esta serán ocho las temporadas de American Horror Story. Ocho temporadas, ocho años enganchadas a las historias que salen de la cabeza de Ryan Murphy, el rey Midas de la televisión, y claramente inventor de la máquina del tiempo porque no puede ser que lleve tantos proyectos a la vez sin hacer trampa. Si la temporada pasada trató, con la excusa de las últimas elecciones en Estados Unidos, temas como las sectas y el supremacismo, en la próxima los tiros van a irse un poco más lejos.
Todo lo que diré al respecto es que quiero ir al futuro, actual, pero el futuro, algo que nunca he hecho. Pero no en el espacio. Lo lancé al [jefe de FX] John Landgraf hoy, justo después de su panel de TCA, y le encantó, pero me pidió que no dijera qué es. Se lo dije y él se cayó de la silla de la alegría. Creo que a la gente le gustará, es diferente de lo que hemos hecho antes, pero siempre trato de hacer lo contrario de lo que hice en la serie
Sí, Ryan, no se te puede acusar de no dejarnos alucinadas con cada golpe de timón que das. Con AHS, Feud, 911, One hit wonders, Pose, y Ratched entre manos, veremos los vericuetos por los que nos lleva. Aburridas no nos tiene, eso desde luego.
La obra de Philip K. Dick, una de las voces más importantes de la ciencia ficción del último siglo, ha sido llevada a la pantalla en numerosas ocasiones, y muchas de ellas permanecen en el imaginario colectivo como la piedra de toque de la cifi: Blade Runner sigue siendo una de las películas de culto más queridas de todos los tiempos, Minority Report acercó conceptos de este género al público en general (porque salía Tom Cruise, sí, pero los acercó), Desafío total, la primera que se llevó al cine, es uno de los exponentes más claros del cine de los 80, y The Man In The High Castle es uno de los grandes éxitos de Amazon, porque parte de una premisa terrorífica pero, a la vez, terroríficamente cercana.
La última adaptación de su obra es Philip K. Dick’s Electric Dreams, una serie de antología en la que cada episodio nos cuenta un relato diferente. Robots sirvientes, ciudades que no están en el mapa, prohibiciones por parte del gobierno y escenarios apocalípticos, por ejemplo, son algunos de los componentes de la serie, que se estrenó el pasado otoño en el Reino Unido, y que llega mañana día 12 de enero a la plataforma de video de Amazon. Y, para alegría nuestra, hay croqueteo a tope.
El quinto episodio, titulado Real Life, tiene a Anna Paquin y Rachelle Lefevre interpretando a un matrimonio: Anna Paquin interpreta a Sarah, una mujer policía que vive junto a su mujer en el futuro, y que tiene una estrecha relación mental con George, interpretado por Terrence Howard (Empire), un brillante diseñador de juegos. Suena fenomenal. Pero no va a ser la única pareja lésbica que nos muestre la serie.
Autofac y Crazy Diamond, tercero y octavo de la temporada, también muestran personajes lésbicos. No desvelamos nada más para no hacer un mega espoiler de los episodios, que tienen su miga. La serie va a hacer las delicias de las fans de la ciencia ficción, peor también de todas aquellas que han disfrutado de las historias oscuras de Black Mirror. Ya tienes serie para ver este fin de semana.
Antes de que el movimiento #MeToo denunciase masivamente el acoso a las mujeres en la meca del cine, las mujeres de Hollywood ya habían comenzado a denunciar otra de las perversiones machistas del sistema audiovisual estadounidense.
Jessica Chastain, Natalie Portman, Emma Stone o Jennifer Lawrence han sido alguna de las figuras que han denunciado la brecha salarial en Hollywood. Una injusticia extensible a cualquier otra profesión, que la organización sin ánimo de lucro Take The Lead quiere erradicar con esta lista de 50 mujeres que acelerarán la paridad de género y reconstruirán Hollywood y los medios de comunicación.
Guionistas, directoras, creadoras, fundadoras y actrices de diferentes edades y razas unidas por la misión de conseguir la igualdad en la industria audiovisual. Y entre ellas se encuentran, por ejemplo, Valerie Madden, activista por los derechos de las personas LGTBQ+ y directora artística y creativa de las sieres originales de Amazon o la cineasta lesbiana Rosser Goodman.
Take The Lead tiene como misión “preparar, desarrollar, inspirar y propulsar a las mujeres para que lleguen a la igualdad de posiciones de liderazgo en todos los sectores para 2025”, y puedes ver sus programas y conocer al medio centenar de mujeres que revolucionarán el cine y los medios en su página web.
Llega enero, y llega el Festival de Sundance. Park City, un pequeño pueblo cercano a Salt Lake City, se convierte por unos días en la capital del cine independiente, y siempre encontramos entre las propuestas algunos títulos LGBT que nos orientan sobre lo que vamos a poder ver en cuanto a cine lésbico durante el resto del año. Como siempre, vamos a hacer un pequeño repaso a los títulos que nos interesan.
Lizzie
Tenemos unas ganas de verla que no nos lo creemos ni nosotras. Chlöe Sevigny y Kristen Stewart se meten en las pieles de Lizzie Borden y su criada, en un relato asado en el asesinato en 1892 de la familia de Lizzie Borden en Fall River, MA. Este tenso thriller psicológico narra la ya conocida leyenda de Lizzie Borden, pero dándole un twist que revela a una mujer mucho más compleja, conmovedora y realmente aterradora, así como su vínculo con la criada irlandesa de la familia, Bridget Sullivan.
The Miseducation of Cameron Post
1993. Después de que la descubran en una situación comprometida (follando, vaya) con la reina del baile de graduación, Cameron es obligada a ingresar en un centro de terapia para que le curen eso de ser lesbiana. El guión está basado en la aclamada novela youing adult de Emily Danforth. Chloë Grace Moretz, Sasha Lane, Forrest Goodluck, John Gallagher Jr. y Jennifer Ehle son los protagonistas de la cinta, que en Sundance tendrá su world premiere.
For Nonna Anna
En este cortometraje canadiense, una chica trans cuida de su abuela italiana. Ella asume que Nonna Anna desaprueba quien es, pero descubrirá que su abuela es una persona tierna y vulnerable, y esto hará que su lazo se haga más estrecho.
Skate Kitchen
Camille es una adolescente de libro: melancólica, malhumorada, y sintiéndose sola en el mundo, todo eso cambiará cuando conozca a un grupo de chicas skaters. Esta es la excusa para enseñarnos la subcultura de Nueva York, a la vez que acompañamos a Camille en un viaje introspectivo en el que descubrirá quién es. Espoiler sin haberla visto: Camille es, con toda probabilidad, croqueta.
I Like Girls
Corto documental canadiense, dirigido y escrito por Diane Obomsawin, en I like girls seguimos aCharlotte, Mathilde, Marie, y Diane mientras comparten sus historias de amores adolescentes, con toda la diversión, emoción, tristeza, erotismo, y, en fin, todo lo que tienen los primeros amores.
Eighth Grade
Kayla tiene 13 años y lo único en lo que piensa es en empezar el instituto y dejar atrás la escuela primaria, que ha sido un desastre para ella.
Yo pensaba que la temporada de bodas comenzaba con la primavera, pero en los últimos tiempos me estoy replanteando esto, porque no paro de ver bodas invernales. Bodas everywhere. Y, por supuesto, bodas croquetas. La última en sumarse a la lista de cambios en el estado civil es Liz Johnson, que a lo mejor así a las bravas no te suena, pero te hablamos de ella hace un tiempo por haberse alzado con al PBA, Professional Bowlers Association tournament. La Champions league de los bolos, que diría nuestra amiga Materhorn.
Liz se casó con Kasia Kaufman en una ceremonia íntima, según contó ella misma en Facebook mediante unas sencillas líneas y la foto que acompaña a este texto.
Hoy me caso con mi mejor amiga y el amor de mi vida. Te querré siempre y siempre estaré a tu lado
No nos van a leer (o sí, a veces la vida te da sorpresas), pero les deseamos toda la felicidad del mundo en esta nueva etapa.
The LGBT International Powerlifting Championship, competición LGBT internacional de levantamiento de peso, en el que en principio puede participar cualquier persona sin importar su orientación sexual, de género, estado de salud o habilidad, ha agregando una nueva categoría específicamente adaptada para las personas trans, no binarias e intersexuales, llamada “Categoría Mx”, y que entrará en vigencia este año.
Los problemas que afectan a los participantes trans, no binarios e intersexuales se discutieron en nuestro congreso de 2017, y decidimos hacer que nuestro evento fuese inclusivo y seguro ofreciendo una categoría MX opcional
Con estas palabras Charlotte Wareing, 7 veces campeona del mundo en levantamiento de pesas y copresidenta de la LGBT Powerlifting Union, nos justificaba la creación esta nueva categoría.
La competición en sí será el sábado 28 de julio en Londres, donde habrá un programa con clinics, competiciones, comidas, congresos y fiesta de clausura. Se ofrece así la oportunidad a los participantes no solo de competir, sino también socializar e interactuar con otros atletas LGBT+, algo que rara vez pueden hacer en las competiciones principales de sus propios países.
Personalmente quiero saber vuestra opinión acerca de crear esta categoría. Entiendo que soy experta en materia deportiva, pertenezco al colectivo LGTB+ y soy cisgénero. Por esa razón, y por que me queda mucho por aprender, tengo un dilema terrible ante esta situación (y supongo bastantes de vosotras también).
Dillon King, atleta de Crossfit
Es injusto todo lo que tienen que pasar las personas trans, intersexuales, y no binarias para poder competir oficialmente. No solo tienen que operarse y medicarse, si no que en muchas ocasiones son señaladas y existe la discriminación de otros atletas hacia ellas.
Voy a decir una verdad que va a doler a más de una: el deporte de élite es totalmente exclusivo. Por mucho que no hablen de sus bonitos valores, no todos podemos llegar hasta a allí, bien por la situación económica, capacidad motora, por falta de medios… pero eso no justifica que no se le pueda dar la oportunidad de participar a nadie por ser como es.
Creo que la creación de esta tercera categoría puede ayudar a la promoción de estos deportes dentro del colectivo, aunque por otro lado me da miedo que se les catalogue como “especiales”, los “otrxs”, o algún termino parecido, es decir, lo que al principio parecía un acto inclusivo se acabe convirtiendo en una manera más de discriminación.
Por otra parte, si se decide implantar esta categoría en otros deportes (élite), las atletas cis dejarán de sentirse amenazadas como ya pasó en los últimos JJOO de Rio. Un claro ejemplo fue la final de 800 metros, en la que de las 8 finalistas 6 eran intersexuales. En los medios se conoció como el caso Caster Semenya, nombre de la ganadora.
¿Ser trans, no binario e intersexual puede suponer una ventaja a la hora de competir? Si nos basamos en las hormonas, como diría uno de mis profesores, la testosterona es posiblemente una de las variables biológicas más importantes (sino la que más) en el mundo del deporte, y si las categorías por sexos existen, es en gran parte por la ventaja que otorga la diferencia en la concentración de esta hormona entre hombres y mujeres. Además habría que sumarle le ventaja de tener una estructura ósea con más volumen y fuerte, biomecánicamente hablando.
Viéndolo desde la perspectiva social creo que cada uno debería competir donde se siente más identificado, pero mi perspectiva deportiva-competitiva me dice que es injusto para el resto porque carecen de estás ventajas.
¿Qué opináis vosotras? ¿La creación de esta nueva categoría daría la oportunidad de participar a gente que en principio estaba excluida de la competición?
Pd: si queréis interesaros más por el evento o apuntaros y dejar el listón croqueto bien alto os dejamos en enlace: www.lgbtpowerlifting.org
Fortune Feimster (The Mindy Project) se ha comprometido con su novia, Jacquelyn Smith, después de dos años y medio de relación. La actriz, cómica y escritora estadounidense lo hacía público hace unos días en su cuenta de Instagram en una publicación que roza ya los 50.000 me gusta. La misma red social, por otra parte, en la que Ellen Page anunciaba la semana pasada que se había casado con la coreógrafa y bailarina Emma Portner. (Gracias por existir, Instagram <3).
Feimster (Carolina del Norte, 1980) ha participado en series como Glee o realities como RuPaul’s Drag Race, aunque ha sido su papel de la enfermera Colette Kimball-Kinney en la recién terminada The Mindy Project el que más ha marcado su carrera reciente.
Y precisamente la actriz protagonista de esa producción, Mindy Kaling, ha felicitado en Instagram a la feliz pareja y se ha ofrecido voluntaria para oficiar el futuro enlace. Fans de Mindy y ¡enhorabuena a las futuras mujer y mujer!
A finales del año que nos ha dejado volvía a nuestros monitores y televisores Las chicas del cable, la ficción producida por Netflix que, de la mano de la productora Bambú (Velvet, Traición), nos contaba la historia de cuatro mujeres durante el final de la dictadura de Primo de Rivera con la excusa de una (la, más bien) compañía de teléfonos de fondo. El envoltorio es atractivo, los escenarios están cuidados, y las historias tienen ese punto de culebrón que, engancha. Porque Las chicas del cable no será, quizá, la serie de nuestras vidas, pero tiene algo adictivo que nos hace quedarnos pegadas a la pantalla. Y Sara y Carlota tienen mucho que ver. Ojo, espoilers.
Durante la primera temporada veíamos como Sara (Ana Polvorosa) y Carlota (Ana Fernández) iniciaban una historia de amor, primero ellas solas, para que después se uniera Miguel (Borja Luna), mostrándonos una relación poliamorosa que llevaban con cierta naturalidad. Pero en los últimos episodios esta relación ha ido navegando hacia dos historias paralelas pero, cada una de ellas, bien diferenciada de la otra. Una tiene como protagonista a Sara, mientras que en la otra es Miguel quien crea el conflicto.
Esta última tiene un generador con un nombre bien claro: CELOS. Miguel está celoso de que Sara y Carlota no cuenten con él todo lo que él querría. Él cree que, quizá, que es un asunto más sexual y amoroso de lo que realmente es. Porque, aunque sí es cierto que algo de eso hay, así como una pizca de vergüenza, Sara y Carlota están más unidas en esta temporada porque Sara busca la ayuda de la otra cuando se reconoce finalmente como hombre.
La trama de la identidad de género de Sara, a quien no se llama por otro nombre en ningún momento de la serie, entiendo que es un intento de contar algo diferente a lo que podemos encontrar en una serie romántica como es Las chicas del cable. Entiendo que, mostrando la realidad del personaje, esto acercará la realidad de las personas trans a mucha gente que, de otra manera, no lo habría visto en pantalla. Porque el público de la serie, no nos engañemos, no es el croqueto, sino un público femenino que quiere ver las andanzas de Martiño Rivas y Blanca Suarez, y que tiene que ver todo lo demás porque va en el lote.
También comprendo que es atrevido marcharnos a una época en la que la visibilidad LGBT, y sobre todo de las personas trans, era mucho más limitada que en la actualidad, y conseguir contarlo con cierta gracia. No obstante, el guión sale airoso en la mayoría de ocasiones, mostrando imágenes de clínicas para personas LGBT de la época, y haciendo referencia a Berlín como cuna de la libertad.
Pero lo que no puedo comprar, y mira que lo he intentado, es el desarrollo en sí del personaje. En la serie, Sara se acuerda, literalmente, de que es un hombre cuando se viste como tal. Y de la noche a la mañana, en 1929 y con cero referentes, busca un médico, lo encuentra, y cree que va a salir de ese hospital habiéndose sometido a una cirugía. Hoy, en 2018, no vas tan rápido ni al dentista.
En la primera temporada vemos a Sara frecuentar círculos feministas, y hablando sobre todo de la liberación de la mujer. En los últimos dos minutos, cuando se mira en el espejo, se reconoce como hombre. No hay ninguna evolución del personaje, y pese a tener una de las tramas más interesantes de la segunda temporada, porque es la más alejada de las historias de amor que pueblan el Palacio de comunicaciones, no se le saca todo el jugo que podría. Es una historia a medio gas, un buen intento que, seguramente, a muchos les resultará excelente, pero decepcionará a otros tanto, quizá los más acostumbrados a ver historias así en cine y televisión.