Inicio Blog Página 483

Pon una castaña en tu vida: Alycia Debnam-Carey

5

alyciadebnamcarey0

Decir que estoy obsesionada con The 100 sería endulzar la realidad, pero con una trama tan interesante y unos giros de guion que consiguen que cada semana el corazón nos de un vuelco no es para menos. Además, claro está, tenemos ese magnifico casting lleno de personajes y actores maravillosos sobre todo las mujeres. Mujeres fuertes, líderes, que se enfrentan a un mundo cruel pero que no se dejan intimidar ¿Cómo no te vas a enamorar de todas ellas?

Una en particular ha llegado a tocar mi patata y voy a hacer el esfuerzo de compartirla con todas vosotras, para que luego no digáis que no soy simpática y generosa, ella es la Comandante Lexa, Alycia Debnam-Carey, un ángel que ha volado hasta nosotras desde Australia.

He tardado en traerla porque tenia que tener la seguridad de que no era ilegal stalkearla, ya que aunque en la serie parezca que puede arrancarte el corazón con la mano (de seguro la dejaría) en la vida real es una dulce flor ¡tomad calidad interpretativa! y temía que fuera un poco demasiado joven, pero NO, me he informado y tiene 21 así que podemos fantasear sin remordimientos, y menos mal.

Su papel en la serie americana es hasta ahora es el más importante hasta ahora, pero antes ya había participado en varias series en su tierra natal y ahora ha aparecido en varias películas como Into the Storm y The Devil’s Hand pronto además la veremos en el spin off de The Walking Dead ¡la chica esta que no para!

No se si la habéis visto todavía bien pero yo estoy enamoradísima, aunque no sé si de su versión guerrera:

 

O de su versión dulce:

 

Me dejo seducir por ambas ¿y vosotras?

Alycia Debnam-Carey

La Pluma y La Espuma: Carol, Therese, Patricia, Claire

3

la-pluma-y-la-espuma

 

Yo tenía veintitrés años, corría el año 1991 y todo era una mierda, cuando leí por primera vez “Carol”, de Patricia Highsmith. Cuando lo terminé, apenas unos días después, todo seguía igual a ras de piel: seguía teniendo veintitrés años, todavía estábamos en 1991 y sí, menuda mierda era todo.

Pero.

Algo había cambiado, algo no tan pequeñito ni poco relevante, debajo de esa piel que sufría los estragos del calor de ese verano del 91. Algo provocado por la última frase del libro, que resumía la resolución de uno de los personajes y, por ende, la esperanza de toda la historia. Bien por ti, chica, recuerdo que pensé al leer la última frase. Bien por ti.

“Y por mí, joder”, digo ahora, más de veinte años después de esa primera lectura. Por mí y por todas las que una vez leímos ese libro en una época de mierda, desde la sombra y la ocultación y las palabras en voz baja y las miradas esquivas. Y sí, es un libro, solo un libro, vale. Una historia inventada, también. Pero un libro y una historia y un mensaje, una emoción, una esperanza, que no es poco, cuando apenas tienes nada. De acuerdo, no es que cuando terminara de pasar la última página la vida dejara de ser un asco, o que se me apareciera de súbito mi Carol envuelta en un abrigo de visón (cosa que, por otra parte, le habría provocado un señor sofocón, dadas las altas temperaturas de la época…). Pero me permitió soñar. Porque a mí, como a Therese, lo que más me gustaba era soñar. Porque yo, como Therese, sentía la misma desesperanza “de no llegar a ser nunca la persona que quería ser ni hacer las cosas que quería hacer”. Y así, durante sus casi trescientas páginas, dejé de ser yo y fui esa dependienta de unos grandes almacenes a la que el futuro se le presentó un día cubierto por ese abrigo de visón. Fui Therese y sus sentimientos, y sus miedos, y sus dudas. Y, sobre todo, lo fui en su victoria final sobre sus temores y entré junto a ella en el Elysée buscando a Carol en la penumbra (Carol, que también se había liberado ya de sus propias cadenas) y pronuncié esa deliciosa frase, tan aparentemente sencilla, banal: “Estoy buscando a una persona”.

PriceOfSalt

No, la lectura de “Carol” no se llevó la mierda, pero supuso ese latido bajo la piel que me permitió pensar: ¿Por qué no? ¿Por qué no yo? ¿Por qué no a mí? Y, sobre todo, me dio una de esas frases tótem que se te meten dentro y pasan a formar parte de tu ADN, palabras como ramas salvadoras, que te permiten sacar el cuello por encima del agua, afianzar los pies sobre la tierra para resistir embates: “Vivir contra mi propia naturaleza, eso es degeneración por definición”. Palabras como escudo, palabras como espada. Curiosamente, extrañamente, había olvidado hoy, dos décadas después, que fue en ese libro donde las descubrí. Como esas sentencias que acaban siendo tan universales que su origen se diluye en la nebulosa de lo que está destinado a perdurar. Y, como una idiota, hacia el final ya del libro, que ahora releo por enésima vez, me las encuentro, y siento un sobresalto teñido de nostalgia, porque es como reencontrar ese perdido juguete de la niñez, o a esa amiga también perdida en la que hacía mucho tiempo que no pensabas pero cuyo cariño descubres que mantienes intacto dentro de ti. Y, así, me reencuentro con esas palabras que tanto se me metieron dentro, que tanto significaron para mí, que me dieron una razón y una victoria sobre la sombra. Las leo, me saltan a los ojos de súbito, sin esperármelas y, como una idiota, me emociono, sonrío y pienso: Dios mío, estabais aquí... Y es un momento agridulce, de sobresalto, de aguda melancolía, pero no por un tiempo de mierda, sino por la pieza que representa de mí y que casi había olvidado, hoy, muchos años después, yo, que ya soy más Carol que Therese. Tristeza por ese fragmento de mí tan desorientado, perdido, siempre tan al límite. Y pienso que, si pudiera volver atrás en el tiempo, iría a verla, y no solo a ella, a esa yo de hace más de veinte años, iría más atrás, mucho más, y me plantaría delante de la niña de ocho años que se enamoró de aquella otra niña de pelo claro, pantalón de pana y camisa blanca, y le diría, le diría a las dos: “Tú tienes razón y el mundo está equivocado. Porque el amor es la verdad”. Y, sí, vale, eso no nos salvaría a ninguna, ni a mi yo de ocho años, ni al de veintitrés, ni siquiera al que ahora soy, fundidos ya prácticamente los cuarenta, no lo haría, no nos salvaría de todos los traspiés y todas las torpezas y todos los sinsabores, porque sí, no hay mayor certeza, claro, pero tampoco mayor error que el que se da en el amor.

Pero al menos esos yoes míos podrían partir desde la misma casilla de salida que el resto de mis congéneres, en cuanto a la posibilidad, en cuanto a ese ¿Por qué no? Porque sería “Dios mío, ¿me corresponderá, le gustaré, me querrá? ¡Joder!, ¿por qué me habrá tenido que salir este maldito grano justo ahora?”, y luchar solo con las mariposas en el estómago y los nervios y el vértigo de las notitas garabateadas a escondidas y las amigas correveidiles. Sería eso, y no hacerlo contra los dedos que te señalan llevando el depravada, enferma o sucia en sus hirientes yemas.

Highsmith_Carol

Porque tan increíble es como triste que una novela escrita en los años cincuenta tocara de ese modo, cuarenta años después, el alma de una nueva Therese, manteniendo intacta su capacidad de identificación. Pero infinitamente más triste que lo siga haciendo a día de hoy, a más de sesenta años vista. Porque, lamentablemente, hoy día sigue habiendo demasiados Richard que califican nuestro amor de sórdido, patológico, desarraigado y enfermizo. Lamentablemente, todavía demasiado a menudo, en demasiados sitios (y uno solo ya lo es, demasiado, excesivo, terrible) el mundo entero está dispuesto a convertirse en nuestro enemigo.

Y eso fue “Carol” para mí, en aquel lejano año de 1991. Un antes y un después. Hasta entonces había sido siempre como viajar en un tren con las ventanillas cegadas, como caminar con piedras en los zapatos, como apartar la mirada ante una escena incómoda. No saber, no encontrar. Había sido siempre callar y callar, tener el cupo rebosante de remordimientos, de preguntas sin respuesta, de autorreproches, evasivas, miradas huidizas. No saber siquiera dónde buscar. Había sido también no ser yo, no ser un tú real para los demás, una ella para cualquiera. No tener un nombre blanco, ahogado este, sepultado, por el impuesto. Feo, sucio, temiendo siempre meter la mano en el estanque y remover el fondo, por temor a no encontrar más que fango en su lecho, a encontrar solo lo que los demás decían que encontrarías.

Y así era todo siempre silencio, el imperfecto, el que incomodaba y hacía que evadieras la mirada, el que dejaba espacios en blanco que no deseaban ser rellenados. El que callando otorgaba, pero de forma equívoca. Porque no callabas por que no encontraras palabras, lo hacías porque los demás no querían escucharlas, no como tú querías contárselas, no como tú desearías que te las contaran a ti. Porque no existían todavía las palabras bonitas. Nadie se había sentado a escribirlas, o tú, al menos, no las conocías.

Ella, lo sé, nunca pensó en mí al hacerlo. En ninguna de nosotras, probablemente. No lo hizo y no fue necesario. Patricia se sentaría a escribirlas, estoy segura, desde ese maravilloso egoísmo que nos empuja a sacar lo que llevamos dentro, sea como sea, le importe a quien le importe, acabe o no siendo leído. Desde esa quemazón que te obliga a convertirte en un mero instrumento de tu interior, en una herramienta de carne y hueso, en un puente entre dos mundos.

La lectura de esas líneas expulsadas de ese interior fue para mí una suerte de varita mágica que empezó a cambiar todo eso. A llenar de luz y nombres blancos el mundo. Que sacó las piedras de mis zapatos, quebró la oscuridad que cegaba las ventanas, me dio aliento para meter la mano en el estanque y removerlo y ver el reflejo del sol en los caprichosos arcos formados en sus cristalinas aguas, ver mi propio reflejo en ella, por primera vez, verme a mí misma en toda su extensión, como todo lo que era y me hacía ser. Me dio un rayo de luz, sonrisas al final, una frágil paz en la última página. Y sus palabras golpearon las mías, dormidas, que tardaron mucho, mucho en despertar. Pero lo hicieron. Y todo porque una mujer fue lo suficientemente egoísta como para sentarse a escribir otros nombres para las cosas. Porque dejó de lado por un instante su universo amoral, pesimista, culpable y criminal. Porque, por una vez, apartó los cadáveres que yacían a sus pies para darle una oportunidad a la esperanza, porque se decidió a elegir uno de los dos lados que separaba la delgada línea entre el bien y el mal, legándonos una historia donde el primero tenía una oportunidad.

Todo eso hizo Patricia.

Y tal vez “Carol” sea una de esas historias que solo puedas leer una vez en la vida para que te toque de un modo especial. Hacerlo en la época precisa, sea hace cuarenta o sesenta años, hoy, mañana, porque no importa tanto el momento temporal como el vital, para sentir el escudo y la espada, para identificarte o esperanzarte, para impugnar el rechazo de Richard o inundarte del bálsamo de la normalidad de Dannie: “Yo creo que cada uno debe vivir su vida”.

Eso fue lo que me pasó a mí en aquel verano del 91. “Carol” fue una lectura recurrente desde esa primera vez, lo fue durante años, y su mensaje se mantuvo intacto en su fuerza, en su final esperanzador, y fue así hasta que, probablemente, dejé de ser Therese, la Therese insegura y vacilante del principio de la novela, y di el paso a la Therese que entró en el Elysée al encuentro de su futuro. Y después ya no fue lo mismo, como no lo ha sido esta última y más reciente lectura. La “Carol” que yo mantenía en mi memoria ha cambiado, como lo he hecho yo. No ha sido ni a mejor ni a peor, solo diferente. Ya no tengo veintitrés años, la mierda ha alcanzado un nivel aceptable, tengo a mi Carol y ahora soy yo la que escribe (esto, por sí solo, ya merecería otro viaje en el tiempo que, estoy segura, dejaría con cara de pasmo a ese yo mío de hace dos décadas…).

Y aquí estoy. Los años han pasado, yo he marchado con ellos y, en efecto, “Carol” ya no es la misma lectura, como yo no soy la misma persona. Y estoy casi segura de que, así como yo no soy la misma de entonces, Therese tampoco lo sería. Tal vez incluso se haya convertido en Carol y tenga a su propia Therese, no lo sé. Pero está bien, porque fui la que fui entonces, para bien o para mal, y pude leer ese libro una vez de modo que ocupara un lugar privilegiado en mí. Y sí, creo que solo hay una primera vez en la vida para “Carol”, como solo la hay para muchas cosas en esta vida que se convierten en parte de ti. Para mí fue así y fue suficiente. Más que eso. Al final del prólogo que añadió en la edición de 1989, cuando descubrió al mundo que Claire Morgan era ella, Patricia Highsmith escribió: “Me alegra pensar que este libro le dio a miles de personas solitarias y asustadas algo en que apoyarse”.

Yo fui una de esas personas. Y han pasado decenas de años y cientos de libros, pero el mensaje de “Carol” se mantiene intacto: no importa, sigue, hazlo, inténtalo. Y ahora, cuando es a mí a quienes se dirigen esa personas asustadas o tocadas, cuando me escriben palabras casi calcadas a esos “Gracias por escribir una historia así, es un poco como mi propia historia…” que le escribían a ella, me encantaría que siguiera entre nosotros para decirle: “Gracias, Patricia, por escribirla”. No sabes hasta qué punto tu libro ha traspasado fronteras, edades y décadas. Hasta qué punto debería ser tu alegría constante y plena. Hasta cuándo tus palabras seguirán llegando a personas todavía solitarias, todavía asustadas. Cuán preciado es el precio de la sal para todas las que nos asomamos a tu libro por primera vez.

Y, finalmente, no puedo dejar de pensar: El mundo ha dado una vuelta entera y aquí estamos.

Singapur prohíbe la canción pro-matrimonio de Jolin Tsai

0

Jolin Tsai, la reina del pop taiwanés, es bien conocida para las lectoras de Hulems: Hace relativamente poco hablamos de su victoria en los ALMA awards, y también nos hicimos eco de su video para la canción We’re All Different, Yet The Same, todo un himno gay, por su contenido pro igualdad y cuyo video mostraba una boda lésbica. O sea, que nos gusta porque ella misma hace méritos para que nos guste. Pero, lamentablemente, no en todos los países los derechos LGBT están a la par. En Singapur, por ejemplo, la homosexualidad es ilegal. Y por eso mismo el video de Jolin Tsai ha sido prohibido.

La autoridad censora nacional, la Media Development Authority, ha decretado que ninguna de las televisiones ni radios del país pueden emitir la canción, por contravenir las leyes de Singapur. El manager de la cantante ha hecho unas declaraciones súper descafeinadas, en las que dice que “Jolin ha expresado su apoyo al matrimonio igualitario a través de We’re All Different, Yet The Same. Ella cree que es una pena, pero respeta las opiniones diferentes”. Hombre, manager de Jolin, esto ya no va de respetar que a ti te gusten los perros y a mi los gatos, se trata de algo un pelín más profundo. Derechos humanos y tal. Ya sabes. En fin, una pena de noticia y una pena de reacción. A cambio, nosotras proponemos poner el video cada vez que tengamos ocasión: Que nos preparamos el desayuno, We’re All Different, Yet The Same. Que nos duchamos, We’re All Different, Yet The Same. Que vamos en el coche, We’re All Different, Yet The Same.

 

jolin tsai
¡Jolin Tsai a Eurovision!

Vía: Gaystar news

‘Saki Biyori’ tendrá el mismo staff que el anime para televisión que ‘Saki’

3

Ya que la última vez incluí su manga en la lista de mangas que no serás capaz de terminar, pues esta vez voy a comportarme como mujer adulta que soy y vengo aquí para criticar informar de que la OVA de Saki Biyori, el spinf off de Saki donde nuestras protagonistas son más jóvenes, contarán con el mismo staff. Esto es, básicamente, que las que hayan visto el anime, tendrán la suerte de que no les cambien el estilo de dibujo o cosas probables que sí pasaría en caso de que cambiasen de compañías.

Esa información sale en el vídeo que os mostraré a continuación, la verdad es que no mentiré y no me leí el spin off, por lo que no sé cuanto de la trama original de Saki se separa exactamente, pero en el trailer de la OVA se puede observar que lo que nos tratan de vender es una serie muy moe*, como tan de moda están últimamente.

La OVA en cuestión se pondrá a la venta en japón con las ediciones limitadas del tomo 14 del manga original de Ritz Kobayashi. El susodicho tomo 14 se lanzará el 25 de julio en Japón, y la edición limitada se venderá al precio de 3.685 yenes, que vienen siendo… uno más uno siete y me llevo quince… unos 27 euros. Si sabéis japonés y os gusta Saki tal vez os parezca interesante la posibilidad de comprar uno online y disfrutar en vuestras casas de la OVA con buena calidad.

1 carpetita de Saki

Además, aquellos que hagan una reserva del volumen en las tiendas de Animate, Gamers, Toranoana o Melon Books, recibirán de regalo una carpetita con una imagen de Nodoka y Yukiko dibujada por Kobayashi, la cual sale justo al final del vídeo pero que, por si acaso no habéis caído, os pondré una captura. Ciertamente he estado buscando en las páginas web de esos sitios para ver si se podría conseguir online y sólo lo he encontrado en Melon Books pero, como no sé japonés, tampoco podría asegurar si es que no he buscado bien en los otros sitios.

2 princess-is-in-another-castle-super-mario-bros

Como final, pondré una encuesta para ver si voy a tener que verme esta futra OVA o no ya que, aunque sea una edición especial, Saki es bastante conocido por lo que no tardará mucho en estar subido a internet, una buena noticia para la gente que, por desgracia, no tiene los medios para ver cosas que les gustan (o no tanto en este caso). Además, mañana son las votaciones municipales y vais practicando, si en el fondo sólo busco ayudaros y criticar a Saki e informaros.

 

*Moe: terriblemente dulce. En el anime suele relacionarse con personajes con caras muy redondas y personajes, hablando claro, achuchables.

Vía: koi Nya<

Panini lanza la colección de cromos del Mundial de fútbol femenino

4

album panini

¡Croquetas coleccionistas! Estamos de enhorabuena. Panini, la mitiquisima empresa de cromos y cartas coleccionables se ha acordado de nosotras, y ha lanzado la colección de cromos del Mundial de fútbol femenino. Veinticuatro selecciones, España incluída, han sido las elegidas para llenar las páginas del álbum. Esta es la segunda vez que Panini comercializa cromos de las selecciones de chicas, pese a que lleva desde 1970 haciendo lo propio con las masculinas cada vez que tiene ocasión. Pero no nos vamos a quejar, no, y vamos más bien a alegrarnos y a correr a los quioscos a comprar sobres y sobres. Una vuelta a la infancia en toda regla. El director de Panini también está contento.

Estamos orgullosos de formar parte de la programación de la Copa del Mundo y poder ayudar a crear conciencia social alrededor de este evento de fútbol femenino. Ya han sido muchos los aficionados que se han puesto en contacto con nosotros desde diferentes partes del mundo preguntando cuándo íbamos a lanzar el álbum de cromos de Canadá 2015. El evento organizado hace cuatro años en Alemania fue un éxito en todos los aspectos y por ello hemos ampliado nuestra comercialización y distribución de la colección hasta 25 países. Además, en aquellos países donde los aficionados no puedan comprar sus cromos, la empresa garantiza una posible compra a través de internet

futbol panini

Así que ya sabéis, también los podréis adquirir por internet. No tenéis excusa para no quedar con otras croquetas (o no croquetas) para intercambiar cromos en la mañana de los domingos, día tradicional, al menos en mi ciudad, para las quedadas ad hoc. ¡La primera que tenga a Vero Boquete, que levante la manito!

¡Gracias Natalia por el aviso!

Reese Witherspoon será Campanilla en la nueva adaptación del clásico

0

reese-tinkerbell

En tiempos de crisis la imaginación también se resiente. No hay prueba más palpable que la cantidad de adaptaciones y remakes que estamos viendo, y la cantidad ingente que nos queda por ver, como es el caso del nuevo proyecto del que informa Variety: Campanilla será la protagonista de una nueva película, esta vez con actores y actrices de carne y hueso. ¿Y quién será la diminuta protagonista? Pues nada más y nada menos que Reese pepinilla Whiterspoon, una de las actrices más queridas de esta casa.

La hermana derrochona de Rachel Green no sólo se pondrá alas y polvo de hadas, sino que también es productora de la película, que por el momento no tiene título ni fecha límite, ni… ni nada más, pero oye, la idea ahí está. Sumamos Campanilla (¿Se llamará así al menos?) a la lista de films adaptados: Alicia en el país de las maravillas, Maléfica, y Cenicienta ya se han estrenado, y en la lista de espera están otros como La Bella y la Bestia, Dumbo (Dumbo… pobre Dumbo, dejadlo tranquilo) o Winnie The Pooh.

¿Qué nos deparará el futuro? ¿Seguro que queremos cargarnos nuestra infancia con nuevas adaptaciones de películas que, oye, ya estaban muy bien como estaban? Miedo me da. Me debato entre las ganas de ver a Reese haciendo loquesea y el terror que me da que se carguen Peter Pan, una de las historias más maravillosas recreadas por Disney.

Vía: Variety

Lena Dunham recordará el asesinato de Kitty Genovese en ‘Girls’

0

girls hbo

Girls, la niña bonita de la HBO, volverá a nuestras pantallas en enero de 2016, y su creadora ya está pensando qué tramas desarrollará en la nueva tanda de episodios.  Lena Dunham, quien tiene la facultad de no dejar nunca indiferente a nadie, introducirá el asesinato de Kitty Genovese en la trama principal, a través de una obra de teatro que interpretará Adam. Y la pregunta del millón es ¿Quién es Kitty Genovese y por qué esto nos interesa?

En la Nueva York de 1964, donde ser homosexual era ilegal, Kitty era una camarera de origen italiano que, sorpresa, vivía feliz con su novia. Un día tuvo la malísima suerte de cruzarse en el camino de William Moseley, un psicópata que la violó y le asestó varias puñaladas. Esta historia podría haberse quedado aquí, y no hubiera trascendido nunca. Kitty no hubiese salido nunca en la prensa, y cincuenta años después no estaríamos nombrándola. ¿Entonces? ¿Qué es lo que lo hace especial?

kitty genovese

Kitty Genovese no murió inmediatamente. Estuvo dando tumbos, herida de gravedad y gritando, durante un buen rato. Treinta y ocho personas la vieron desde sus ventanas, y ninguna de las, recalco, treinta y ocho, hicieron nada por ayudarla. Esto se interpretó como un síntoma de la apatía de la sociedad, del desapego de las personas en las grandes ciudades. El New York Times sacó un artículo después del asesinato, cuyo título era “38 personas que vieron un asesinato y no llamaron a la policía”, y que llamó la atención de la opinión pública a partir de las declaraciones de un testigo, que dijo que vio el ataque pero que no avisó a las autoridades porque no quería verse implicado.

El año pasado, aprovechando el cincuenta aniversario del hecho, El escritor Kevin Cook lanzó un libro en el que hacía especial hincapié en la vida personal de Kitty, y en como su pareja, Mary Ann Zielonko, vio como su identidad era completamente borrada durante el juicio, y en general de la vida de Kitty. El culpable tenía que parecer culpable, así que si se ocultaba la orientación sexual de Genovese, mejor. Así el jurado no tendría dudas. En el libro Mary Ann habla de cómo conoció a Kitty, del carisma que ella tenía, y nos hace tener una idea más clara de cómo era el panorama en aquella época para las parejas homosexuales.

No actuábamos como gays o como marimachos. No nos besábamos en público. Nuestros amigos sabían que éramos amantes, claro. Estoy segura de que algunos de los vecinos sospechaban porque siempre íbamos juntas, pero nadie decía la palabra homosexual o lesbiana, aunque lo pensaran. Los padres de Kitty lo sabían seguro, pero eran muy católicos. Es como si lo supieran pero no quisieran saberlo. Los hacía sentir incómodos. Yo los hacía sentir incómodos. Pero me trataban bien, y me gustaban por eso

El asesinato de Kitty Genovese ha sido inspiración para muchas obras. Por ejemplo, en Watchmen, el comic de Alan Moore, Rorscharch decide ser un vigilante tras conocer la historia. The Smiths también tienen una canción basada en estos hechos.  No sabemos hasta qué punto Girls va a tratar esta historia, si solamente va a hablar del crimen, o si va a explorar aspectos más profundos de la vida de Kitty. Pero, de todos modos, nunca está de más recordar ciertos episodios de la historia, para que no vuelvan a suceder. Bien por Lena.

Vía: Playbill

 

Test: ¿Eres la croqueta definitiva?

27

pride

Como muchas otras odio los estereotipos y las etiquetas aunque también odio a los que dicen  que no creen en las etiquetas, pero a veces la vida nos la juega como quiere y en mi caso hace que por naturaleza sea un estereotipo andante, osease, soy lo que según mis amigas (que también entienden de esto) la croqueta definitiva. Vamos que si hubiera una escala para medir el croquetismo estaría en el rango del 200% (para que os hagáis una idea).

En base a eso, y como soy una chica de ciencias, otro minipunto para mi (201%), he elaborado un sencillo test de 11 puntos siguiendo el modelo de revistas de divulgación científica como la desaparecida Super Pop, así que creo que estaréis familiarizadas con el funcionamiento del mismo. De no ser vuestro caso la cosa va así: a cada afirmación acertada suma 10 puntos, resultados al final.

1. Tener el pelo corto

hair
Esto es juego sucio

Esta es de cajón. Si lo llevas largo, mal mal, el pelo corto como signo de identidad, por eso nos desconciertan tanto las modernas de hoy en día.

* Da igual si el verdadero motivo es porque te queda mejor o porque eres una vaga como yo y no te apetece peinarte, la realidad es que son tus genes croquetas los que te obligan.

2. Usar ropa de chico

clothes
-Eso que llevas es de chico + No me digas…

¿Qué entráis en un Zara/Bershka/añada-tienda-donde-se-compra-ropa y no vais de cabeza a la sección de chicos a por una camiseta chachi? Restaros 30 puntos ahora mismo. Las hay que van más allá y llevan ropa interior masculina: para esas 60 puntos extra.

3. Odiar el rosa y los vestidos

hate
Cada vez que toco algo rosa

Y todo lo que suene a señorita, viene asociado al anterior. No obstante es un punto ambiguo porque a veces el odio viene justificado por la manía de algunas madres de embutirnos en vestiditos de princesa, que genera sarpullidos cuando somos pequeñas.

4. Carrera militar

militar

Si tu sueño era entrar en la carrera militar, o en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, o en la seguridad privada, y al final lo lograste: Enhorabuena amiga mía, las posibilidades de ser una croqueta definitiva se quintuplican.

5. Practicar un deporte como fútbol, baloncesto, boxeo…

football
Si eres capaz de hacer esto, no te hace falta hacer este test

Realmente cualquier deporte excepto patinaje artístico, gimnasia artística o cualquier otro que lleve el apellido “artístico”. No somos artísticas, somos más bien de sudar. Si gracias a la práctica puedes llegar a tener una musculatura destacable (con que se te marquen un poco los abdominales vale) cuenta como deporte croquetil.

6. Ver deportes femeninos

sports

sports2
No es que sepa, es que te puedo dejar en ridículo si hablo

Se puede sumar al anterior, aunque no es absolutamente necesario. Si haces doblete sumate 10 puntos.

7. Ver o haber visto The L Word

lword
Reacción de mis amigas cuando digo que no pasé de la 2ª temporada

Un clásico de primero de croqueta: si no has visto al menos una temporada, no te has enamorado de Shane o de Helena o de Alice o de inserte-personaje-excepto-Jenny (Jenny se merecía morir, y lo sabes), devuelve ahora mismo tu carnet y sal por donde has entrado sin dar portazo que no estamos para arreglar puertas (y deja 50 puntos de paso).

8. Los gatos son tus amigos

catvsdog
Futuros amos del mundo, hay que ir con el caballo ganador

Si el perro es el mejor amigo del hombre, el gato es de las croquetas. Esto así y así ha sido desde el inicio de los tiempos, no se te ocurra hacerte la moderna y tener un lagarto o, peor, un perro.

9. Nerd informática

nerd
Intenta disimular, pero todas sabemos la verdad de Felicity

Por lo visto tanto juego de dedos (*guiño* *guiño*) nos da una ventaja especial para ser unas frikis de la informática y de los videojuegos. Si no sabes quien es Mario Bros o no sabes instalarte un antivirus decente en el ordenador quítate 40 puntos ya.

10. Ser un caballero

gentleman
Discúlpeme señorita

No sé vosotras pero a mi de pequeña me enseñaron ese tipo de  modales que parecen no estar de moda y por lo visto, abrir una puerta a una chica/chico/niño/perro se considera un acto caballeroso. Si sois de las que esperáis a que os la abran, menos 15 puntos.

11. Ser un marimacho

marimacho
Y lo siguiente será que no coma con las manos…

Aunque parezca imposible no viene reñido con el punto anterior, se puede ser un caballero y a la vez y una vez dentro, pedirte tres cervezas de golpe y abrirlas con los dientes. Si haces esto súmate 100 puntos y directa a la final. Si llevas al menos un abrebotellas siempre contigo 50. Si cumples ambos igual planteate que tienes un problema con la bebida.

Resultados:

30 o menos: No sé que haces siquiera en esta web, creo que te has perdido en algún punto entre la Vanity Fair y los test del Facebook.

30-70: Croqueta estándar, se puede dudar de tu croquetismo.

70-100: Vas por el buen camino amiga, perfila un poco más esos detalles y podrás jugar con nosotras en las grandes ligas.

Más de 100: Eres una de las elegidas, la croqueta definitiva, la aspiración de todas. Bien hecho. Déjanos tu CV en el mail.

 

Daniela Mercury y su esposa, Malu Verçosa, se besan contra la homofobia

2

Malu Verçosa daniela mercury

Brasil es un país que está sufriendo grandes cambios sociales, también en el terreno de los derechos LGBT. Como ya pasara, por ejemplo, en España previamente a la aprobación de la ley de matrimonios igualitarios, sus series y películas están mostrando a muchas más parejas homosexuales en pantalla, en un paso adelante para la visibilidad del colectivo LGBT. Una de las cantantes más famosas del pais carioca es Daniela Mercury, quien se casó con Malu Verçosa a finales de 2013.

Esta semana se viene celebrando un Seminario LGBT en el Congreso Nacional de Brasil, y la cantante y su esposa, que son muy celosas de su vida privada, se han besado para protestar contra la creciente ola de odio que está asolando a la población LGBT brasileña.

daniela-malu

Como ya viene siendo tradición, los católicos del páis han protestado por esta imagen, porque, bueno, un poco lo de siemrpe: Que si es pecado, que si da mal ejemplo a los niños, que si el infierno, que si las piscinas de azufre. Nada nuevo bajo el sol. La diputada Erika Kokay declaró que “Los que se asustan de un beso se acostumbran a la violencia”, y no creo que vaya muy desencaminada. Un beso incómodo, pero que se suma a la lista de besos entre mujeres que, a bien seguro, cambiarán la historia de los derechos LGBT en Brasil.

Vía: Advocate

El cast de ‘OiTNB’ parodia ‘Reservoir Dogs’ para el Red Nose Day

0

oitnb red nose day

Ayer te traíamos a Anna Kendrick, látigo en mano, parodiando Indiana Jones y la última cruzada para el Red Nose day, y hoy le toca el turno a las chicas de Orange is the new black. Con Alex Vause y Piper dedicándose a sus labores, el resto de las chicas de Litchfield hacen un sketch rememorando una de las escenas más reconocibles de Reservoir Dogs, la mítica película de Quentin Tarantino.

¿No sabes a qué escena nos referimos? ¿En serio? ¿Donde has estado estos últimos veinte años? La escena en concreto es esta:

Afortunadamente no ha sido esta y todas conservan sus orejas…

Ya puestos a hacer una versión de Tarantino, yo me hubiese decantado más por Kill Bill y sus combates llenos de acción: Piper Kerman como La Bamba negra, sedienta de venganza contra todas aquellas que le arruinaron la vida y la boda con Larry. Alex Vause como Sofie Fatale, la intrigante ayudante de Red, la líder de la mafia Rusa. Dayanara Diaz pidiendo clemencia, que no la mate delante de su hija, en el papel de Vernita Green. Y así con todas las del cast. Yo lo visualizo perfectamente. ¿Y vosotras?

Vía: AE