Ya desde pequeña te sentías un poco diferente…
No era que no te gustasen los chicos. ¡Porque claro que te gustaban!
Para jugar al fútbol.
Para jugar a algunos videojuegos.
Para jugar a polis y ladrones.
¿Para besarlos? Eeeehm…
Un buen día te asalta la duda: ¿Soy lesbiana?
Consigues armar todas las piezas. Y te das cuenta…
¡ERES LESBIANA!
No, no puede ser… Esa palabra te suena demasiado mal. Pero no te dejes intimidar, repite conmigo: L-E-S-B-I-A-N-A.
Una vez más:
¡Y otra!
Entonces te da por pensar que el mundo es injusto.
¡Porque te han contado que arderás en el infierno!
En donde habitan criaturas extrañas…
Aunque algunas no estén tan mal…
Aun así, decides tomártelo con deportividad y aprender todo lo que puedas sobre el tema.
Te lees todo lo lésbico que encuentras.
Ves todas las películas de croquetas.
(Las malas también).
Es como una droga. No puedes parar. Por razones obvias:
Empiezas a entrar en foros y blogs. Lees algunos de los mensajes que te mandan en Brenda.
Y sí, definitivamente: eres lesbiana. Es todo muy confuso, pero hay una cosa que tienes muy clara:
Por eso empiezas a valorar la idea de contárselo a alguien. Sí, tienes que contárselo a alguien… Porque no aguantas más…
Así que se lo cuentas a tu mejor amiga.
Y a tu mejor amigo. Los cuales reaccionan muy bien. ¡Qué liberación! ¡Tendrías que haberlo hecho antes! En serio. Mucho antes. ¡Yeah!
Es hora de compartir la noticia con el resto de la pandilla. Pero ellos te hacen comentarios y preguntas rarísimas.
“¿Cuándo lo decidiste?”
“¿Cómo sabes que lo eres si nunca lo has probado?”
“¡LO SABÍA! ¡LO SABÍA!”
“¡QUÉ BIEN! ¡SIEMPRE QUISE TENER UN AMIGO GAY!”
O intentan presentarte a alguien que claramente no te conviene.
Además, te han puesto un mote.
Te dan ganas de decirles…
Y de mandarles a…
Pero no lo haces. Porque son tus amigos. Y LOS QUIERES.
Además, estás de buen humor porque de repente ligas en todas partes.
En el gimnasio.
Por la calle.
En la biblioteca.
Y sí…… también en Brenda.
Tienes la autoestima por las nubes.
Lo cual te permite reunir el valor para ir a un bar de ambiente.
Al segundo día, entras y arrasas.
¡Te desean tanto que no sabes dónde elegir!
Pero no pasa nada, tú tienes amor para todas.
Hasta que finalmente conoces a una chica especial.
Y empieza el bollodrama.
Escrito por Marca de Fábrica y Emma Mars.