La esperanza de vida de los gays y lesbianas que viven en ambientes de poca aceptación se reduce en 12 años frente a ambientes en los que sí son aceptados
Cuando Morgana Bailey leyó este hecho en la revista The Advocate, supo que tenía que hacer algo, que no podía permanecer callada más tiempo. Así, dieciséis años después de darse cuenta de que era lesbiana, decidió salir del armario frente a sus compañeros de trabajo en una conferencia.
Morgana trabaja en una compañía en Kansas, en el área de recursos humanos. Aparentemente su decisión de salir del armario en su empresa sólo afectaba a su esfera privada, así que pese a que en su trabajo existen leyes anti-discriminación, decidió que no iba a contar a nadie que era lesbiana. Poco a poco fue cayendo en la cuenta de que salir del armario no es sólo un ejercicio personal, sino que afecta también a la gente con la que te relacionas, y poco a poco se van produciendo cambios en su mentalidad.
Como ejemplo, Morgana cuenta que el padre de una amiga, congresista, votó a favor de una ley por la cual las empresas pueden negarse a ofrecer servicios a los gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros, y que ella se sintió profundamente culpable, porque si su amiga hubiese sabido su experiencia personal, quizá su padre hubiese cambiado el sentido de su voto, afectando así a miles de personas.
Mi decisión de esconderme y de no compartir quien soy realmente ha contribuído inadvertidamente a una atmósfera y un entorno de discriminación
Ella espera que abriéndose de esta manera, sus actos inspiren a otros para no esconderse más, y así ser más felices ya no sólo en su vida personal, sino en la laboral. Una conferencia realmente potente, que emocionó a todos los asistentes a la misma y a todos aquellos que la hemos disfrutado en video. Visionado obligatorio.