Aviso para navegantes: Este es un artículo de opinión, sin pretensión ninguna de sentar cátedra. En los comentarios podéis dejar vuestras propuestas de matrimonio o mostrar vuestro desacuerdo más furibundo.
Llevo casi dos años escribiendo para esta web, y creo que es un tiempo más que respetable para saber anticipar ciertas cosas y ciertas reacciones del público. Por eso, cuando de vez en cuando publicamos alguna lista de películas lésbicas siempre, pero siempre, todas las veces, sé que va a haber, y de hecho los hay, algún comentario disonante, alguna voz que se alza para decir “hey, que esta no es lésbica, os confundís de pleno”. Claro, a mi me llama mucho la atención, porque me da la impresión de que a todas se les puede aplicar la etiqueta de “cine lésbico”, lo que me lleva a ponerme la mano en la barbilla con aire intelectual, y a preguntarme, ¿Cuando podemos llamar película lésbica a una película lésbica?. Gran pregunta, amigas croquetas.
¿Hay algún medidor de lesbiquez? ¿En qué nos basamos? ¿Es más lésbica La vida de Adèle que Bound? ¿Más Concussion que Cisne Negro? ¿Y si no hay escena de sexo? ¿O eso no es determinante?¿De qué estamos hablando? ¿A qué huelen las nubes? ¿Me puede indicar para ir a Vázquez de Mella?
Desde mi punto de vista, no es más lésbica la que más carne enseña: El concepto lésbico implica algo mucho más amplio y profundo, películas que muestran una relación entre mujeres fuerte y con la que te puedes sentir identificada, o al menos puedes empatizar un poco. Aunque la relación sea velada y poco explícita. Aunque ni siquiera veamos un beso. Y, es más, aunque el personaje no tenga pareja, porque aunque parezca increíble, las personas solteras también se pueden sentir reflejadas en personajes de las ficciones.
Teniendo esto en cuenta, el horizonte se nos abre muchísimo. No sólo las comedias románticas, como Kyss Mig, Rosas Rojas o los dramas como La vida de Adèle son películas lésbicas, por llevar en su núcleo la historia de amor entre dos mujeres. Por ejemplo, recreaciones históricas como The secret diaries of Miss Anne Lister o The girl King son películas lésbicas porque el personaje central es una lesbiana, aunque la trama vaya más allá de sus relaciones. Chloe es lésbica porque se establece una relación enfermiza entre Julianne Moore y Amanda Seyfried, a pesar de que el film no se centra en su interacción. Rebecca es una película lésbica porque una de sus protagonistas es lesbiana, y su orientación sexual es determinante para el desarrollo de la cinta, aunque en ningún momento se nombra explicitamente dado el contexto en el que se rodó la cinta.
Por el contrario, en, por ejemplo (hablo de memoria, por eso me salen ejemplos tan raros) en Entre tinieblas, de Pedro Almodovar, hay una monja que es lesbiana, y en Bajo el sol de la Toscana vemos a Sandra Oh y a Kate Walsh interpretando a una pareja, y no se nos ocurre en ningún momento decir que son películas lésbicas. ¿Por qué? Porque el peso en la trama es casi ridículo. GLAAD estableció un sistema similar al Test de Bedchel para ver el trato que se le daba a los personajes LGBT en las películas, cuyos puntos son:
– El film contiene un personaje que se identifica como LGBT
– El personaje no debe estar definido por su orientación sexual
– El personaje debe tener peso en la trama, de tal manera que si se eliminara tuviera un efecto significativo
El último punto creo que es crucial a la hora de enmarcar una película como lésbica o no: Si el personaje en cuestión es tan importante como para desmontar la trama si lo borráramos, me parece que es un factor a tener en cuenta para aplicarle la etiqueta. De todos modos, el criterio de cada una es subjetivo, y muchas introducirán en sus listas de películas lésbicas films que otras ni se les pasaría por la cabeza. Ese es parte del encanto de tener un catálogo tan amplio a nuestra disposición.