Los de The 100 la han cagado, y lo han hecho pero a lo grande. De eso no hay duda y ha quedado bastante claro. No hay más que entrar en cualquier red social para ver que se ha liado parda, pero no he venido aquí a hablar de eso. Vengo a decir que, a pesar de su metedura de pata monumental, sigo viendo la serie. A pesar de que se hubieran cargado a mi personaje favorito (y el de la mayor parte de vosotras), a pesar de que su muerte fuera un churro, y a pesar de todo lo que han hecho y dicho fuera de las cámaras. A pesar de todo eso, The 100 me sigue gustando. ¿Por qué? Porque The 100 es mucho más que Lexa.
Valoro la serie por los 40 minutos que me ofrece cada semana, y eso que me ofrece, me resulta muy atractivo. Me intrigan los grounders, tanto el origen de su civilización y su cultura y los posibles nexos de unión con la Skaikru, así como las diferencias entre los clanes que componen la coalición y la complicada relación que mantienen con la Ice Nation. Me resulta interesante ver la lucha por la supervivencia en Arkadia y la rapidez con la que la demagogia ha conseguido ganar terreno entre sus habitantes. Quiero saber más de La ciudad de la luz, un arco que inicialmente me la soplaba bastante pero que, tras el capítulo 7, me dejó queriendo saber más. Me gusta el personaje de Clarke y cómo ha evolucionado, ya no hay ni rastro de aquella niña buena que llegó a la Tierra, ahora es una mujer fuerte, una líder que tiene mucho con lo que cargar a sus espaldas, pero que sigue intentando hacer las cosas lo mejor que puede y sabe.
Lo que empezó siendo una serie muy floja, una versión cutre de El señor de las moscas con actores buenorros pensada para ir dirigida únicamente al público adolescente, ha terminado mostrándose como una serie más compleja de lo que inicialmente cualquier hubiera adivinado sobre la supervivencia en un mundo distópico. Una serie donde los roles de género y la representación de la comunidad LGBT es diferente a lo que estamos acostumbrados (repito, estoy valorando sólo lo que veo en la serie), llena de personajes femeninos fuertes y bien escritos, y donde no hay machismo ni homofobia, porque si no tienen tiempo para darse una ducha, desde luego que no lo tienen para tales tonterías.
Es una serie imperfecta, como todas. Falla en cuanto al tiempo de desarrollo de ciertos arcos, peca en apurar demasiado algunos de ellos para pasar al siguiente punto del guión. Y con esto, no sólo estoy pensando en Clexa, sino también en la unión de Bellamy a Pike, pero, aún así, la cosa sigue funcionando y a mi me gusta cómo lo hace. Es por eso que, aunque Lexa ya no esté, yo sigo queriendo más grounders. Más Clarke. Más Arkadia. Más Ice Nation. Más Ciudad de la luz. Más todo.
En conclusión, más de The 100.