Yo en esta vida he sido muy fan de Faking it. Mucho. Una barbaridad. Que Rita Volk sea TAN guapa es, probablemente, uno de los motivos de esta fiebre que me entró como hace dos años. Cuando empezó la serie tenía una premisa que nunca habíamos visto, y que nos resultaba a muchas más que conocida: colarte por tu mejor amiga. Dejando a un lado el Baile del instituto, la popularidad, el mundo al revés de Austin, Texas, lo básico de la serie era justo eso, dos amigas muy amigas, y una que empieza a pensar que a lo mejor no quiere ser tan amiga, sino otra cosa. Y, boom, ahí empieza todo.
La primera temporada fue, sobre todo, de Amy y Karma, y de cómo gestionaban su relación. Todas recordamos ese discurso en la boda, esas palabras que iban dirigidas directamente a Karma y que, por una vez, supo descifrar. A todas se nos rompió el corazón en el mismo momento en que Karma le decía a su amiga que ella la quería mucho, pero que nunca iban a tener nada. Y todas rompimos la tv de una pedrada cuando vimos a Amy liarse con Liam. Porque el universo Faking it no tenía sentido si no hablaba de ellas dos, o eso pensábamos.
Con la declaración final de Karma, todo lo que pasó en la segunda, los celos, la rabia, las pataletas, etc, sólo eran más y más vueltas sobre lo mismo. Karma no quiere nada con Amy, pero todas sus acciones la confunden. Pero, amigas, en la segunda temporada los guionistas tuvieron a bien introducir un elemento externo que le dio más vida a la serie, y ese elemento no era otra que Reagan, la novia de Amy. No salió bien, pero al menos hubo vida más allá de Karma, y pudimos salir de la espiral de amistad/relación de estas dos.
El caso es que ya ha pasado la primera mitad de la tercera temporada (temporada 3A, vamos), y tenemos dos cosas que decir. La primera es que nuestra sensación es que toooooodo vuelve a girar uuuuunavez más sobre lo mismo, sobre la relación de Amy y Karma, aunque parece que por fin se han dado cuenta de que, pese a que la distancia veraniega les ha venido bien, no pueden o no saben ser amigas, o sí que saben, o ya lo verán o vete a saber. Lo mismo que nos llevan contando dos temporadas. Es decir: NADA.
La segunda, que lo que está por venir tiene pinta de ser mucho más interesante que lo que hemos visto ya en esta -aburrida- primera parte. El trailer no deja lugar a dudas.
La llegada de Sabrina, igual que pasó con Reagan en su momento, es un soplo de aire fresco para la serie, para nosotras y, sobre todo, para Amy y Karma, a la que también podríamos llamar El perro del hortelano. Solamente cuando Amy tiene novia podemos identificar un sentimiento claro en Karma, y son los celos. Y no son unos celos inocentes de cuando tu mejor amiga pasa un poco de ti porque tiene pareja. Nop. Son celos profundos, celos como sólo tu novia podría tener. Veremos cómo evoluciona esto.
Por otra parte, lo que vemos en el video nos interesa, nos interesa mucho. Amy comienza una nueva relación con otra chica que tampoco tiene clara su orientación sexual, pero lo que nos enseña la serie es que está bien dudar sobre este tipo de cosas, que es normal, y que no pasa nada. Ellas dos están bien juntas, y eso es lo único que importa.
Faking it es, a muchos niveles, una serie revolucionaria. Muestra una visibilidad y una naturalidad en la gestión de los personajes LGBT como ninguna otra, y pese a que a veces se pierde en tramas redundantes, el espectro que ofrece es muy valorable. Veremos si consigue gestionar bien la trama central, como lo hacía antes.