La adorábamos desde hacía años por su impecable y tierna interpretación de la doctora Callie Torres, pero nos sentimos orgullosas de ella en octubre de 2016, cuando Sara Ramirez le contó al mundo que era bisexual, y decidió aparcar temporalmente su trabajo en televisión para comenzar a hacerlo por los derechos LGBT, aprovechando su visibilidad y su relevancia dentro del mundo del espectáculo. Ahora, Ramirez ha contado qué le llevó a salir del armario como bisexual, y a mi juicio más interesante, por qué no lo hizo antes.
Me asustaba salir del armario en público porque me preocupaba que afectara a mi carrera de un modo negativo. Me daba miedo la discriminación a la que podría enfrentarme y no sólo fuera de Hollywood, sino dentro.
El atentado contra el bar Pulse fue algo definitivo en ella, porque la animó a contar quién era.
A medida que pasaban los años, y mientras el clima político se intensificaba, y mientras continuaba leyendo y escuchando sobre las innumerables formas de violencia perpetradas contra nosotros, incluido el tiroteo en Orlando en el club nocturno Pulse, tuve una urgencia orgánica y creciente de usar mi situación para empoderar a aquellos que son parte de estas comunidades de las que soy parte, de una manera urgente que nunca antes había sentido
¿Y cómo se siente la actriz después de este paso? Pues fenomenal.
Salir del armario públicamente ha sido un alivio. Ha sido una forma de liberación para mí abrazar todas mis identidades, de modo que ya no sienta la necesidad de contener ni ocultar ninguna parte de mí misma cuando atravieso cualquier umbral en la vida.
En esta misma entrevista, concedida a EW, habla también de su proceso vital, de cómo ha estado saliendo del armario con amigos y familiares desde los 18 años, y cómo sufrió de bifobia interiorizada. Me parece super positivo que figuras tan conocidas como Sara cuenten los problemas y los conflictos que sufren o han sufrido, porque ahí es cuando verdaderamente muchas personas pueden sentirse identificadas con, sobre todo, esa parte del camino, la más difícil.
Vía: Pink news