Soy guionista. Bueno, más bien, estoy en proceso de serlo. Ahora mismo estoy estudiando para formar parte del panorama televisivo español, lo que conlleva mucha escritura como parte de mi aprendizaje. Hasta aquí, todo correcto, todo normal. Además, soy bisexual. Me gustan los chicos y las chicas. Hasta aquí, también correcto.
Según he comprobado, el problema viene cuando escribo sobre personajes LGTB+. Cualquiera diría que actualmente está bien visto escribir representando la diversidad. En mi experiencia, esto no es así en todos los casos. De hecho, hay bastantes situaciones en las que todavía me cuesta morderme la lengua y no ponerme a gritar. [De los momentos en los que la gente es tránsfoba no voy a hablar. Primero, porque no acabo. Segundo, porque no soy una persona trans y creo que no es mi lugar hablar de ello. Pero creedme, son muchos y terribles.]
Por ejemplo, he escuchado más de una vez a la gente hablar de “películas de LGTB+”, como si fuera un género. Las películas con protagonistas LGTB+ siguen siendo drama, comedia o terror. Los personajes, aunque sean LGTB+, también merecen historias que no estén centradas en salir del armario o en lo que supone para su vida serlo. Merecen historias de amor, de miedo, sí, también historias tristes y una mezcla de todo. Y cuando estén todas hechas, merecen más aunque se cuenten de otra manera. Limitar sus vivencias a su orientación sexual o su identidad de género es otra forma más de discriminación. Significa limitar su personalidad a ese único rasgo.
No es lo único que me cabrea, claro. Hay otras muchas perlas que he tenido que escuchar. ¿Mi favorita? “Tienes un problema… Siempre escribes personajes gays”.
Mira, por esto mismo los Heteros os habéis hecho virales en un tweet que recogía todas las “películas navideñas con una pareja heterosexual en la carátula vestida de rojo y verde”. ¿Tenéis idea de la cantidad de películas de chico conoce chica nos hemos tenido que tragar las personas LGTB+ sólo porque sois la maldita norma? Ya no sólo eso, ¿y la cantidad de subtramas metidas con calzador en la que el/la protagonista se tenía que enrollar sí o sí con alguien del sexo opuesto?
Let me get this straight, ¿te preocupa que yo, que soy una única persona y además miembro del colectivo LGTB+, escriba sólo personajes homosexuales y bisexuales? Es como si soy chica y escribo sólo de mujeres. ¿Te molesta no verte reflejado en mi narrativa? ¿Qué pasa, que no te puedes identificar con un personaje que no sea lo más heterosexual que ha pisado la Tierra? Además, ¿por qué todo tiene que estar hecho por y para que tú te identifiques?
Pues mira, sí. Igual todos los personajes que escriba serán LGTB+. Me inventaré mil tramas, para que todas y cada una de las personas que han crecido sin representación puedan vivirlas también. Les daré finales felices, finales amargos, finales abiertos, para que no sólo vean cómo las lesbianas mueren en sus series favoritas. Haré drama, comedia, terror, haré todos los géneros si hace falta y meteré queers en ellos. Porque amigo, precisamente por este tipo de comentarios, hace falta.
“Una persona gay” no es una trama, es el rasgo de un personaje. Que además será chica, de estatura media, negra y será muy buena persona. Le gustarán las palomitas dulces y será incapaz de no tirar de un hilo cuando sobresalga de la ropa. O será un chico, bajo, pelirrojo, tendrá mucha mala hostia y su grupo favorito de música será Queen, pero escuchará en secreto a Taylor Swift (aunque no se me ocurre por qué nadie querría esconderse por eso, si es la mejor).
Puede que mis personajes sean todos LGTB+. O puede que no. Pero lo que está claro es que no voy a dejar de escribir a un personaje así si me apetece sólo porque ya haya escrito muchos del colectivo. Cada vez hay más representación bien hecha en el cine y en la pequeña pantalla, es cierto. Pero es el primer paso hacia todas las historias que la cisheteronorma nos ha impedido disfrutar. Quedan muchas más. Acabamos de empezar.