Una de las últimas apuestas de Netflix, que como plataforma que opera en España debe tener un tanto por ciento de ficción nacional, es un paseo entre el drama y la emoción, sazonado con mucha risa y situaciones reconocibles. Hablo de Las de la última fila, una serie a la que debes dar una oportunidad, si es que no la has visto ya.
Sara (Itsaso Arana), Alma (Mónica Miranda), Carol (María Rodríguez), Leo (Mariona Terés: Tía, perdona la turra que te di ese día a la salida del Fraguel), y Olga (Godeliv Van den Brandt) son cinco amigas que, como muchos grupos, hacen juntas un viaje al año. Pero esta vez es especial, porque a una de ellas le han detectado un cáncer, y ante unas perspectivas no demasiado halagüeñas, se embarcan en esta aventura anual antes de que comience con sus ciclos de quimioterapia.
Dentro de esta historia de amistad, encontramos a Alma, una influencer lesbiana que está pasando por un bache en su relación. Junto a su pareja han intentado tener hijos, pero de momento los resultados no son los deseables. Toda su vida ha vivido su orientación sexual de manera abierta y sin complejos, pero sin olvidarse que la persona que le hizo darse cuenta de que era lesbiana es su amiga Sara. Este viaje, demás de físico, también es espiritual, porque pocas cosas serán iguales cuando el periplo llegue a su fin.
Daniel Sánchez Arévalo (Azul oscuro casi negro) es el director de esta miniserie, la primera en la que se embarca. En principio está concebida como eso, como una historia cerrada, así que disfruta de sus seis episodios porque parece poco probable que haya una segunda temporada.
El pasado día once de octubre, además de ser el cumpleaños de mi amiga Pili (¡un beso!), se celebró en gran parte de los países anglosajones el ‘coming out day’, literalmente ‘el día de salir del armario’, y que es una jornada de concienciación sobre este paso que las personas LGBT no dejamos de dar cada vez que conocemos a alguien nuevo durante toda nuestra vida. El caso es que esto ha traído un trend de TikTok, consistente en sobreimpresionar el texto ‘If I miss I’m gay’ (si no encesto soy gay) sobre videos en los que los protagonistas intencionadamente pasaban de encestar el objeto que fuera. ¿Y quién se ha apuntado al trend? Efectivamente: la Reina del pop.
En los últimos meses, la cantante de Material Girl se ha hecho acompañar a distintos actos, como a la Fashion week de Nueva York, de la boricua Tokischa, de quien te hablamos aquí a raíz de la canción que lanzó con Rosalía. En estos paseos, las dos artistas se han besado apasionadamente, así como en la actuación conjunta que hicieron en el Orgullo de Nueva York. ¿Están juntas? Pues ni una ni otra se han pronunciado al respecto. Ahora hay muchos que ven en el video de TikTok una confirmación a esta relación, pero realmente son todo conjeturas.
De todos modos, y pese a que ahora la orientación sexual de Madonna está en boca de todos porque se la ve en esta actitud con otra mujer, no sé si la expresión ‘salir del armario’ puede aplicársele a una persona que ha tenido relaciones lésbicas públicas y notorias en el pasado, como la que mantuvo con la modelo japonesa Jenny Shimizu, quien también salió con Angelina Jolie. La vida de Madonna ha estado llena de momentos lésbicos, y este, simplemente, es uno más.
Mi ex es tu ex, y creo que también es ex de tu ex. Este es un poco el resumen de ‘the chart’, ese elemento del que partió la primera temporada de The L word. Un universo sáfico lleno de nudos intrincados y de núcleos que, como si fueran agujeros negros, absorbían la energía del resto de estrellas. Shane, te estoy mirando a ti.
En el nuevo teaser de The L word: Generation Q han querido recuperar este elemento, y pese a que no se ha lanzado todavía de manera oficial, la Youtuber Ash Silver ha captado (y grabado con el móvil, al parecer) estos minutillos desde Amazon Prime. Dentro video.
30 gloriosos segundos en los que, a ver, tampoco nos enseñan muchísimas cosas, pero en los que nos da tiempo a ver a Kehlani, quien estará en esta nueva temporada, y también a Bette y Tina unidas indefectiblemente por el pasado, y quizá por el futuro. Esta trama, que sobrevoló la primera y la segunda temporada, parece que va a ser una de las cuestiones centrales de estos nuevos episodios. Y es que con la boda de Tina a punto de caramelo, Bette parece que no ha quemado todos los cartuchos.
"BETTE and shane BREAK NEW GROUND with TINA and tess"
Encontrar la estimulación perfecta lleva un tiempo. Hay varios juguetes que gustan a la mayoría, pero la realidad es que cada persona es diferente y cada cuerpo tiene su propio mapa de placer. La buena noticia es que cada vez hay más variedad en el mercado de los productos eróticos, desde cosmética hasta juguetería, y todo nuevo artilugio ha sido diseñado para complacer de una forma nueva.
LELO es de mis marcas favoritas porque no me defrauda. Cada novedad que lanza al mercado ha sido pensada hasta el más mínimo detalle para proporcionar no solo orgasmos (que ya es bastante), sino una experiencia completa. ¿Te imaginas un juguete que conecte tus puntos de placer? Te presento a LELO DOT. Será un placer conocerlo.
DOT es un estimulador de clítoris sumamente preciso, de ahí viene su nombre (“dot” significa “punto” en inglés). Este juguete ha sido creado para localizar tu centro y estimularlo con exactitud gracias a su punta flexible y suave. Con solo pasar el dedo puedes ver cómo se dobla ligeramente para adaptarse a tu anatomía. Es ergonómico y, además, tiene un mango para agarrarlo que me ha parecido fabuloso.
Pero DOT es más que precisión. En lugar de vibrar, se mueve en ochos pequeñísimos, de manera que se siente una estimulación elíptica. Lo mejor es que no insensibiliza la zona, por ello este juguete es ideal para experimentar un orgasmo tras otro. Se trata de la tecnología Infinite Loop y ha sido patentada por LELO.
Olvidar la vibración y dejarse seducir por los movimientos elípticos y oscilantes de DOT es algo nuevo. Había probado otros similares anteriormente, pero este gana en la gentileza de su punta y la posibilidad de jugar con las diferentes combinaciones del motor. Además, con solo girar un poco el juguete y que se modifique el ángulo de la punta la estimulación también cambia.
Tiene 8 patrones y las intensidades que quieras para que encuentres la que mejor te guía hasta el orgasmo. La potencia llega a ser bastante alta, pero parte de un nivel más bajo para que se adapte a ti. A pesar de ello, es silencioso. Me ha encantado descubrir cómo cada uno de los modos me deja con una sensación diferente y me envuelve el deseo por seguir explorando una y otra vez. Funciona con la interfaz de 3 botones Insignia que seguro que ya conoces por otros juguetes de la marca:
() para encender (pulsando varios segundos), cambiar el modo y apagar (pulsando varios segundos)
+ para incrementar la intensidad
– para disminuir la intensidad
Si bien solo es apto para uso externo, es una oportunidad perfecta para explorarte e ir delineando tus zonas erógenas. Por ejemplo, puedes comenzar acariciándote el cuello y baja despacio. Debes hacer parada obligatoria en los pechos para dibujar su silueta y estimular tus pezones… y allí tú eliges cómo sigue el camino. Ten en cuenta también que hay vida más allá del clítoris: la vulva está repleta de terminaciones nerviosas en las que vale la pena detenerse.
Creo que DOT es ideal para el uso en solitario por su capacidad para llevarte al orgasmo sin miramientos tantas veces como quieras, sobre todo porque no deja el clítoris adormilado como sí sucede con otros. Sin embargo, también me parece una buena opción para utilizar en pareja por la facilidad con la que se puede manejar y su ergonomía. En cualquiera de las dos situaciones te recomiendo que utilices un lubricante de base agua, será mucho más agradable y la punta se deslizará mejor.
Mi primer orgasmo con LELO DOT fue más rápido de lo habitual, más intenso y también más duradero. Incluso después del clímax podía sentir una especie de hormigueo en los genitales que alargó la sensación de placer.
Soy una fan absoluta de la precisión cuando se trata de juguetes eróticos, es mi tipo de estimulación favorita. La descubrí no hace tanto tiempo y, por muchas novedades que pruebe, siempre vuelvo a ella. Lo que me gusta es que sabe dónde y cómo, así que es una aliada cuando se trata de llegar al orgasmo. Y precisamente por eso había usado ya otros productos muy similares antes de cruzarme con DOT. Me alegré porque sabía que me encantaría, pero no esperaba que pudiera diferenciarse tanto del resto.
Para mí hay dos características clave que ponen a DOT por encima. La primera es su forma curva; mira que tengo masajeadores precisos tipo lápiz y absolutamente todos son rectos. La forma ligeramente redondeada de DOT lo hace más amigable, más ergonómico y más fácil de utilizar, incluso bocabajo, una de mis posiciones favoritas a la hora de masturbarme. La segunda es el mango, porque basta sostener el juguete con uno o dos dedos para que no se mueva de la posición.
DOT está fabricado en silicona biocompatible y extrasuave, y se puede sentir la calidad del material tan solo pasando los dedos por él. También es 100 % sumergible (si te lo llevas a la ducha o a la bañera la experiencia se intensifica) y recargable; con un par de horas de carga disfrutarás de otras 2 de juego, comprobado. Está disponible en tres colores: aqua, rosa y lilac.
El packagingte lo enseñé en el unboxing que publiqué hace unos días para abrir boca. Se trata de la clásica caja negra de LELO, elegante y con una textura que estimula los sentidos sin haber sacado el juguete todavía. En el paquete se incluyen las instrucciones, el cable cargador (necesitarás enchufe), la tarjeta para la garantía, una muestra de lubricante monodosis y una bolsa de satén para transportarlo o guardarlo.
En definitiva: LELO DOT es tu mejor opción si te encanta la precisión y buscas orgasmos fuertes, intensos y numerosos. Es un producto de calidad diseñado para que te complazca durante mucho tiempo cuya inversión vale la pena. Ha desbancado a los vibradores precisos que me habían acompañado hasta ahora y se ha convertido en el juguete que busco a tientas cuando quiero perderme en mi placer.
La catalana Sandra Barneda es uno de los rostros y voces más populares del panorama audiovisual español, y por eso cada cosa que hace es noticia. Unas veces es por ganar premios por sus libros, otras porque se ha montado un pollo espectacular en el plató del programa que conduce en ese momento y otras… por su vida privada, que a veces en Mediaset tiene una línea bastante difusa entre lo público y lo personal. Barneda ha sido vista (y fotografiada) con una mujer que parece ser su nueva pareja, y por supuesto esto está en boca de todas.
La pareja de chicas, acompañada de Leo, el perrete de Sandra, dio una vuelta por la zona cercana a la casa de la presentadora. También os digo que parece que son pareja, pero a lo mejor es como Inma Cuesta y Vanesa Martín, que eran amigas, vecinas y paseantas de animales. La naturalidad ha sido siempre la tónica en la vida de Sandra Barneda, y como vemos sigue siéndolo. Bien por ella, y esperamos que a la pareja le vaya fenomenal.
Además de ser una serie inglesa bastante guay de finales de los noventa, y una más que interesante vuelta estadounidense a inicio de los dos mil, Queer as folk es también el reboot que Peacock lanzó hace unos meses sobre la base de las relaciones entre una pandilla de amigos los cuales son personas LGBT. En esta ocasión, el escenario no era Manchester ni Pittsburgh, sino la mucho más festiva Nueva Orleans, y los personajes estaban totalmente en la onda de lo que nos ofrece 2022, un abanico de identidades diversas. La primera temporada estaba realmente bien, con una historia articulada sobre una tragedia y con una pareja lésbica algo diferente a lo que estamos acostumbradas, con una protagonista trans y otra no binaria. Peeeeeero, lamentablemente, con eso nos vamos a quedar, porque no habrá segunda temporada de la serie.
Es un raro regalo en estos tiempos, y este país, poder lanzar un espectáculo tan intrépido e irreverente como Queer as Folk. Esta experiencia ha cambiado nuestras vidas para siempre y estamos muy agradecido de haber encontrado esta increíble nueva familia. Pero hoy hemos recibido la decepcionante noticia de que no tendremos segunda temporada”.
“Sabemos lo mucho que ha significado para los fans, y aunque tenemos el corazón roto por no poder hacer más episodios, queremos dar gracias a quienes se hayan enamorado de Brodie, Mingus, Ruthie, Noah, Shar, Julian, Daddius, Bussey, Marvin, Judy y Brenda. Estamos muy agradecido por la oportunidad de honrar a nuestra comunidad, y nos enorgullece mucho esta serie”. Estas eran las palabras de Stephen Dunn, el guionista de la serie en su Instagram, explicando que la cadena ha decidido no renovar.
Cualquier cancelación de series con temática o personajes LGBT siempre es algo a lamentar, en este mundo que necesita representación y visibilidad a raudales, pero siempre nos quedarán estos ocho episodios.
No es la primera vez que llegan al universo (jeje) de Star Wars, pero esta vez llegan para quedarse. En 2019, en la película Star Wars: The rise of Skywalker, en una escena determinada se pudo ver a dos mujeres besándose entre la multitud, pero en al más puro estilo Disney esa escena estaba diseñada para poder ser cortada. En esta ocasión, a lo mejor lo tienen más difícil.
En Andor, la serie precuela de Rogue One, dos de las personajes principales estarán, y cito ‘compartiendo manta’: Vel Sartha (Faye Marsay) y Cinta Kaz (Varada Sethu). En el último episodio literalmente podemos ver a Cinta saliendo de una cabaña que claramente comparte con Vel, quien está envuelta en una manta, mientras Skeen dice que Cinta comparte una manta con alguien. ¿Es suficiente? ¡Es Disney! Claro que no lo es, pero es todo lo que nos va a dar. Es como aquella vez que vimos a Kalinda y Lana besarse en The good wife, pero solamente de pantorilla para abajo porque las tapaba una puerta de garaje. Lo mismo.
Al menos siempre nos quedará la mucho más visible y diversa vida real: una de las actrices de la serie, Fiona Shaw, a quien conocerás porque ha hecho de todo en todas partes y especialmente interpretó a Tia Petunia en la saga apócrifa de Harry Potter, es lesbiana y está casada con la economista Sonali Deraniyagala.
Años, aaaaaaaaños con la convicción de que Velma, una de las componentes de la pandilla de Scooby Doo era lesbiana y, mira tú por donde, los creadores nos han dado un caramelito (pequeño, no nos crezcamos) en forma de crush. Al menos, es algo palpable y no un fanfic de Wattpad, algo es algo.
En el especial de Halloween que han lanzado con ocasión de la fiesta mundial de las calabazas, titulado “Trick or Treat Scooby-Doo”, y que se estrenó en línea el martes, la querida personaje se cuelga de una diseñadora de vestuario llamada Coco Diablo, que en la versión original tiene la voz de la comediante Kate Micucci.
En 2020 el productor Tony Cervone contó que Velma era lesbiana en su representación de ella en “Mystery Incorporated”, una serie de dibujos animados que se desarrolló entre 2010 y 2013. “Hicimos nuestras intenciones tan claras como pudimos hace diez años”, escribió en una publicación de Instagram en ese momento. “La mayoría de nuestros fans lo entendieron. Para aquellos que no lo hicieron, les sugiero que miren más de cerca”. Menos mal que la época de las sugerencias ya pasó y por fin podemos ver algo más claro.
Cuanto más extravagante me parezca un jueguete erótico, más ganas tengo de probarlo. Y los simuladores de sexo oral me han llamado la atención desde siempre, pero entre una cosa y otra no había tneido la oportunidad de hacerme con uno. Hasta que encontré a Coco en la tienda online de Platanomelón.
Coco es lo que ves: una especie de arito con una lengua que sobresale. Desde el exterior vemos cuál es el objetivo del juguete y por lo que ha sido diseñado, para simular el sexo oral. Es por ello que cuenta con dos funciones, una de vibración y otra de movimiento de la lengua. Ambas se complementan para que la sensación sea muy parecida a la lengua de tu mejor amante.
Esas dos funciones cuentan con 9 modos cada una que se pueden controlar con dos botones y se puede utilizar el movimiento a solas o junto a la vibración. A mí, sentir la lengua moviéndose únicamente, no me ha resultado tan estimulante como cuando aprieto el botón de la vibración y se juntan ambas cosas: movimiento y rotación. Entonces veo las estrellas. En serio.
Considero que mi clítoris es difícil de complacer. Por él han pasado decenas de juguetes, rozan los doscientos. Lo confieso: estoy acostumbrada a una estimulación sumamente precisa y cuando pruebo un nuevo estimulador para el clítoris me cuesta hacerme a él, raramente me parece tan apetecible como la vibración de mi juguete favorito. Sin embargo, lo que me ofrecía Coco ha sido justo lo que me encanta desde el principio.
Me sorprendió tanto que he estado dándole vueltas a qué puede deberse este fenómeno tan extraño, porque me ha ocurrido pocas veces. Después de seguir haciendo pruebas he llegado a la conclusión de que la clave está en dos tipos de estimulación diferente y, aunque una de ellos sea constante, la otra es dinámico. Por un lado está la vibración y, por el otro, el movimiento rotativo de la lengua de Coco que va estimulando el clítoris desde diferentes ángulos. Y chiques, eso es una maravilla.
Coco está fabricado en silicona hipoalergénica de tacto seda, es por eso que en las fotos parece que tenga algunas motas de polvo, así que recuerda lavarlo bien justo antes y después de cada uso. Es recargable (una hora de carga para una hora de juego como mínimo) y sumergible en la ducha o en la bañera. Como te he contado otras veces, la sensación de los juguetes en el agua se intensifica y puede ser también muy interesante.
Al igual que el resto de productos de Platanomelón, el juguete va en un packaging superdivertido que transmite buen rollo. Es un packaging libre de plásticos e incluye las instrucciones, el cable para cargar a Coco y una bolsa de tela para guardarlo o transportarlo. Además, cuenta con dos años de garantía.
Me parecía pertinente comentar aquí en la review dos datos curiosos sobre Coco. El primero: tiene 5 estrellas en la página de producto de Platanomelón y no he visto una sola reseña mala. El segundo: casi siempre está agotado, y no me sorprende lo más mínimo.
En definitiva, Coco es ideal para quien busca un juguete que se centre en el clítoris y asegure orgasmos rápidos e intensos. Tiene un precio muy asequible y hace su trabajo divinamente, se ha convertido en uno de mis nuevos favoritos en cuestión de días.
¡Ah! Por las dudas, el título real de este artículo es “Coco, el simulador de sexo oral que me tiene el clítoris robado”.
Consigue a Coco AQUÍ antes de que se agote… otra vez.
Siempre me he considerado muy fan de los juguetes que se centran en el clítoris, pero últimamente le estoy encontrando el puntillo a aquellos que estimulan más de una zona y, a poder ser, de manera diferente. Es el caso de uno de los productos más nuevos de LELO: Ida Wave.
Voy a empezar con un detalle: este vibrador doble está disponible en dos colores poco habituales, el negro y el coral. Solo con esta información ya te habrás dado cuenta de que no estás ante un juguete convencional, porque este parece que ha venido para dar una vuelta al placer.
Ahora sí, vamos allá. Si te suena mi review de otros productos de la marca sabrás que, cuando está el “wave” involucrado, el juguete intenta recrear el movimiento manual. Es por ello que Ida Wave tiene esta forma: la parte circular estimula el clítoris y la más alargada se coloca dentro de la vagina para estimular la zona G con un movimiento rotativo que simula los dedos más expertos.
La mayoría de juguetes que estimulan por partida doble suelen vibrar simplemente, pero este lo hace con vibración y rotación. A mí personalmente me encanta el combo, porque sentir movimiento dentro mientras noto la vibración por fuera es un afrodisíaco para mis terminaciones nerviosas. Pues bien, Ida Wave lo logra con una tecnología patentada llamada WaveMotion y dos motores, así que la potencia está garantizada.
Con respecto a la interfaz, tiene un solo botón, por lo que es un juguete sencillísimo de usar. El botón te permite encender, apagar y pasar por los 4 modos de vibración del juguete. Sin embargo, esta novedad de LELO esconde algo más: también funciona a través de una aplicación.
La aplicación de LELO sirve para un montón de cosas porque también recoge artículos, consejos, relatos… y, por supuesto, queda sitio para sincronizar tu Ida Wave. La sincronización es cuestión de segundos, la app enseguida detecta el juguete y te ofrece tres maneras para utilizarlo, probar los 10 patrones y jugar con la intensidad:
1- Girando el móvil: cuanto más giras el móvil, más incrementa la velocidad.
2- Sacudiendo el móvil: cuanto más fuerte sacudas el móvil, más incrementa la velocidad.
3- Marcando los botones: igual que lo harías en una interfaz, con el + subes la intensidad y con – la bajas.
Te voy a ser sincera: probar la aplicación de estas tres maneras ha sido muy divertido y me ha parecido bastante original. Sin embargo, me queda la duda de si mi experiencia también será la tuya. Mientras caldeo el ambiente, girar o sacudir el móvil es excitante, pero cuando estoy a punto de llegar al orgasmo quiero mantener los ajustes… Con las primeras opciones un pequeño ángulo puede bajar la intensidad de golpe o poner el juguete a cero, aunque es cierto que permite controlarlo sin tener que tocar la pantalla, que también es una ventaja en estos momentos lúbricos.
La aplicación es bonita, intuitiva, fácil de utilizar y da gusto navegar por ella. La única pega que le he sacado es que, de momento, solo está disponible en inglés (también los contenidos escritos, porque hay algunos relatos eróticos sáficos que tienen buena pinta) y eso podría complicar un poquitín la experiencia para alguien que no lo entienda. De todos modos, el apartado para controlar el juguete es sencillo y visual, no tiene demasiado texto.
Dicho esto, ¿qué hay de mi experiencia con Ida Wave? Lo cierto es que sí me ha parecido un juguete ergonómico, aunque cada cuerpo es diferente y mi clítoris estaba un poco por encima de donde se supone que debía estimularme. Introduciendo más el juguete parecía encajarlo mejor y he podido sentir la vibración por fuera y la rotación por dentro, una combinación deliciosa. Me han encantado los dos motores, aunque, si se puede pedir más, me hubiera gustado que fueran independientes. Es decir, controlar la rotación y vibración por separado para más versatilidad.
Si bien Ida Wave se puede usar de forma manual, gana mucho con la app, porque pasas de tener 4 patrones a 10 patrones con 10 intensidades cada uno. Manualmente no puedes jugar con la intensidad y podrías sentir que el juguete vibra o rota demasiado fuerte.
Con todo, es un juguete que cumple con lo prometido: una experiencia y un orgasmo que se gesta poco a poco. Por eso también me parece ideal para utilizar en pareja, ya que el extremo para el clítoris tiene una parte plana y se puede usar en posturas de tribadismo. La otra persona podrá sentir el eco de la vibración en sus genitales mientras aprovecháis que tenéis manos libres.
Ida Wave está fabricado en silicona extrasuave y segura para el cuerpo, es 100 % sumergible y, por supuesto, recargable. Con un par de horas de carga disfrutarás de dos horas de juego.
Además, viene en su packaging cuidadísimo de LELO: una caja negra que incluye instrucciones, garantía (1 año de garantía y 10 años de garantía de calidad), cargador, un lubricante monodosis y bolsita de satén para guardar y transportar el juguete.
En definitiva: LELO no defrauda y tampoco lo hace su lanzamiento más reciente, Ida Wave. La simulación de unos dedos que te tocan por dentro además de la vibración en el clítoris es la mezcla perfecta para disfrutar de tu placer en solitario o en compañía. Es un producto perfecto para quienes aman jugar por partida doble y, en especial, para aquellas personas que buscan una estimulación natural y sin artificios.
