Ya sabéis que una de las series que estamos siguiendo como auténticas fangirls que somos es Dracula, la ficción de NBC sobre el mito del vampiro, blablabla. Dracula, por lo menos a mi, me da igual. Yo vivo obsesionada con Lucy y Mina, la pareja de chicas que ya ha traspasado el subtexto, el texto y lo de más allá, más que nada porque en el episodio que se emitió antes de Navidad Lucy ya le declaró su amor a su amiga. ¿Que el resultado no fue el que esperábamos? Bueno, vale. Pero los creadores de la serie, que saben que juegan con fuego en cuanto a audiencia se refiere, han tenido a bien regalarnos una línea paralela para tenernos contentas.
En el episodio que os nombraba antes, Lucy le revela sus sentimientos a su amiga no porque haya reunido de repente el valor necesario, ni porque lo vea claro. Se lo cuenta porque Lady Jayne, la misteriosa cazavampiros con curioso parecido a Luján Argüelles le empuja a ello diciéndole que bueno, que las mujeres tienen maneras sutiles de expresar su deseo. Rollo ‘que si, que la tienes rota, tú lánzate y verás qué bien‘. Y claro, la pobre se pegó semejante golpe tras caer de la nube que en cuanto se levantó, fue corriendo a pedirle explicaciones a Luján, the vampire slayer.
Pero Lady Jayne es muy lista y muy sibilina, y lo que hizo fue darle la vuelta a la tortilla. ‘Querida, estoy segura de que debes haber malentendido la reacción de Mina‘, le dice a la joven Lucy. ‘No, tú no estabas ahí… en sus ojos había repulsión‘ ‘No, lo que viste fue miedo‘. Lady Jayne sigue empeñada en que estas dos se enrollen, está visto. Detectamos algún tipo de frustración pasada ¿Algún rechazo de juventud, quizá? Pero lo mejor viene después, cuando la MILF le da una clase más que práctica de seducción.
Todo esto forma parte de un plan para que Lucy enamore a Jonathan, el prometido de Mina, y así romperle el corazón. Yo no le veo ni pies ni cabeza, más que nada porque Mina está enamorada de Grayson, el amante de Lady Jayne, y dejarla compuesta y sin novio sólo aceleraría el proceso de que estos dos acaben juntos, ¿no? A lo mejor, simplemente quiere un poco de acción croqueta, y sabe que Lucy es la indicada para ello. En fin, nosotras seguiremos pegadas a los monitores sábado tras sábado, sobre todo porque estamos seguras de que disfrutaremos de más escenas de este tipo.
Tras un breve receso que dejó a todos los fans de Agents of S.H.I.E.L.D con la miel en los labios, hoy regresa a nuestras pantallas la serie y con ella lo hará también el personaje de Victoria Hand del que os hablamos en esta entrada y también en esta.
Y su regreso son muy buenas noticias. En primer lugar, son buenas noticias porque Victoria Hand es un mega icono gay del mundo del cómic. Este personaje es como la encarnación de la power lesbian, esa mujer implacable que convierte nuestras rodillas en gelatina, y que en Agents of S.H.I.E.L.D se enfrenta a Nick Fury antes de dar el salto a la organización enemiga, la H.A.M.M.E.R. de Norman Osborn.
Es cierto que por el momento su aparición ha sido más bien breve y apenas hemos visto unas pinceladas aquí allá de este personaje, peeero también lo es que cada vez está adquiriendo más peso en la serie, lo cual nos lleva a la segunda razón por la que son buenas noticias. Y es que Victoria Hand tiene papeletas para convertirse en un regular de Agents of S.H.I.E.L.D, lo cual abre la puerta a la posibilidad de que acaben dándole un interés romántico como ya ha sucedido, por ejemplo, en otras series como Two and a Half Men. Croqueta llama a croqueta… y cuantas más haya, más contentas estaremos todas.
Estos días son muchas las series que vuelven a nuestras pantallas de televisión tras un breve receso, así que permanece atenta porque intentaremos tenerte bien informada sobre estos regresos.
¿Dónde están las lesbianas, casadas, actrices/famosas, españolas? No lo sabemos, creemos que se han perdido en algún bolloagujero negro, pero lo que es las estadounidenses están legalizando su situación conyugal como si no existiera un mañana. Si hace un par de meses os hablábamos de Meredith Baxter y sus planes nupciales, hoy lo hacemos de Lily Tomlin y ya su establecido matrimonio.
La actriz, que te sonará de su participación en series como Mujeres Desesperadas o El ala oeste de la Casa Blanca, pasó la tarde de fin de año en el juzgado para casarse con su novia de toda la vida, la escritora Jane Wagner, con quien lleva la friolera de 24 años. Así que muchas felicidades a esta nueva pareja que se suma al matrimonio igualitario. A ver para cuándo una con sabor latino. ¡La estamos esperando!
Siguiendo con su estela de éxitos, La vida de Adéle ha sido anunciada esta mañana como nominada en la categoría de Mejor película europea en los premios Goya, que otorga la Academia de Cine española. Compiten en la misma categoría la película austriaca Amor, de Michael Haneke, la danesa La caza, protagonizada por un televisivo Hannibal, y La gran belleza, por Italia.
Sumamos, pues, esta nominacion a las que ya tiene para los Globos de Oro como mejor película en lengua extranjera, los Critics’ Choice Movie Awards como mejor película en lengua extranjera y mejor actriz (Adèle Exarchopoulos), los Premios del cine europeo como mejor película y mejor director, y un largo etcétera, además de los 24 premios que ha conseguido ya la cinta, siendo el más importante la Palma de oro en Cannes. La cinta nos dio ya muchas alegrías en 2013 y parece que seguirá la misma dinámica en 2014.
Hoy regresa Pretty Little Liars de su parón invernal y me parece una buena oportunidad para lanzar un grito al aire y proclamar que algo no funciona en esta serie. No estoy hablando de las miles de tramas abiertas entremezcladas y supuestamente resueltas. Por el bien de mi salud mental es cierto que agradecería que la espectadora/lectora del blog que se haya enterado de qué ha pasado hasta ahora (aparte del hecho de que Mona fue A en algún momento) viniera y me lo explicara, pero no me refiero a eso. Tampoco estoy hablando del hecho de que a Caleb sea gaycof (Hannah, hija mía, disfrútalo mientras puedas) ni a la mitad inferior de la cara de Tobby ni tampoco del misterioso hecho de que Ezra tenga en realidad 15 años y no 30. Qué va… no me refiero a ninguna de estas cosas. Al final todo esto son nimiedades sin importancia, bagatelas, que algún día debatiremos, pero no será hoy.
Lo que hoy me preocupa es nuestra pareja croqueta, como no podía ser de otra manera. ¿Y por qué? (os estaréis preguntando) pues porque hay amebas que se demuestran más cariño que estas dos.
Una ameba en pleno apogeo sexual.
Algo falla en este sentido en Pretty Little Liars. Algo muy gordo. Que yo ya no hablo de que en la serie se incluyan escenas subiditas de tono, las cuales, por cierto, nos han negado rotundamente cuando se trata de dos mujeres. Spencer se puede llevar a su novio a casa. Y él se ducha y se pasea sólo con una toalla y el torso descubierto, mientras su madre le habla desde la puerta. Aria puede morrearse sin problemas con Ezra en el baño de un bar, en el despacho, en el coche, en la casa de Ezra, en cualquier lugar aleatorio que ahora no recuerdo… Y Hannah puede irse de acampada con Caleb a jugar a los médicos. ¿Pero Emily? Ah, no. No, señor. Emily NO puede hacer ninguna de estas cosas.
La relación de Emily con su lesbianismo es lo que mi madre cree que hago con mi novia. Mi progenitora se ha convencido a sí misma de que tengo una muy buena amiga con la que doy laaargos paseos por la calle, con la que tomo algo, veo películas (con gente, en la mente de mi madre siempre hay más gente, no sea que… eso…), nos cogemos del brazo, nos abrazamos, corremos por el parque, etc, etc. Pero todo de forma cariñosamente no lésbica, en plan amigas que se tienen mucho, mucho, muuuuchísimo cariño.
Lo que tu madre cree que haces con tu novia.
Lo que realmente haces con tu novia.
Y esto es lo que ocurre en Pretty Little Liars. Vamos, que hay más subtexto lésbico en la programación de Disney Channel que acción real entre Emily y Paige en PLL.
Sé que ahora estás intentando hacer memoria de algún momento hot de la serie entre ellas que al menos te hiciera fijar la vista en la pantalla pensando ¡¡Bésala, BÉSALA!!! Y es muy probable que hayas llegado a la misma conclusión que una servidora: que no existe. Este es uno de los motivos por los que la relación de Emily con Paige está pasando sin pena ni gloria por delante de nuestros ojos, porque no somos capaces de recordar ningún momento memorable de estas dos, excepto, lo sé, aquella vez en la que Paige intenta ahogar a Em (really??) para desconcierto de todas. Pues sí, yo también es lo único que recuerdo de ellas… y me parece algo triste.
¿Cuál es el motivo de este despropósito? ¿De quién es la culpa? ¿De la sensibilidad del espectador o del pudor de los guionistas? Pues está claro que no es del cha cha cha, aunque el bailecito country de la última temporada merece un post en sí mismo.
Para mí la culpa la tiene, sin duda, Maya St. Germain. De ella y de sus roces comisurales casuales. De Maya y sus miradas de te lo como tó. La culpa es de Maya y su besazo en el fotomatón; de Maya y su te como la boca en el cine tirando las palomitas; de Maya y su ponme la pierna encima que te agarro el muslamen; de Maya y su ahora que estás cerquita aprovecho y te hago la cucharita… podría seguir, pero creo que entendéis lo que quiero decir.
Y es que Maya dejó el listón muy alto, y cuando casi parecía que nos iban a dar chicha de la buena (toda la que te pueden dar en una serie como PLL… no sé, un te quito la camisa, un te desabrocho el pantalón, te bajo el tirante o te doy un beso en el hombro) pues resulta que tocotó y lesbiana muerta que te crió.
Pero yo me pregunto: ¿Qué tenía Maya que no tenga Paige? Y muchas diréis algo un poco superficial: que es más guapa. Que está más buena. Y os daré la razón, porque siento decir que he intentado verle el punto a Paige (y eso que el pelo largo fue un acierto), pero los de vestuario me lo impiden cada dos por tres. No soy yo, son ellos que quieren que le tenga manía. Os prometo que lo intento de verdad, pero es que es imposible.
Soy consciente de que la actriz que interpreta a Paige (Lindsay Shaw) tiene su amplio club de fans, pero a las que hayáis respondido que Maya es más guapa me veo en la obligación subjetiva de daros la razón. Pero os la quitaré también un poquito, porque en esta vida, como decía una amiga mía, no hace falta estar bueno para desprender follabilidad. Sí, amigas, la follabilidad es la clave. He ahí la razón por la que, por mucho que queramos, a algunas nunca nos va a acabar de convencer del todo el personaje de Paige. Y es que la pobre cría, le pone ganas, lo intenta, pero Emily y ella desprenden tanto sex-appeal como Chelo García Cortés y Parada.
Cuando Emily y Maya se besaban, saltaban chispas que amenazaban con incendiar nuestras pantallas de televisión. Pero cuando lo hacen Emily y Paige, lo único que se saltan son tus lágrimas pidiendo que acaben ya, de besarse y de pretender que se gustan porque lo cierto es que no lo parece. Sin duda, tu madre (y la mía) estaría encantada con la relación tan… fraternal que hay entre ellas, pero a nosotras nos sabe a poco.
Reconozco que yo me he intentado desintoxicar en varias ocasiones de la huella que ha dejado Maya. De verdad, me he esforzado en ver el lado bueno de la relación de Emily y Paige, esperando que me dieran algo más que abracitos, bailecitos, fiestas de disfraces y super declaraciones de amor que acaban en… un simple abrazo. Pero las veces que no están enfadadas (que son muchas) ni se tocan, como mucho un pico despistado, que casi no roza labio. Y si ni ellas se lo creen, ¿cómo lo vamos a hacer nosotras? Lo siento, Paige, pero como Emily no se atreve, te lo decimos nosotras: next. Que pase la siguiente.
Y como esto es Pretty Little Liars y estamos en Rosewood, donde ocurre de todo y a la vez nunca ocurre nada, la duda que nos queda a todas ahora es: ¿Podría Maya no estar muerta? Porque hasta donde sabemos, nadie vio su cadáver. ¡Ah, amiga croqueta! No, no estás sola en tus locuras: nosotras también lo hemos pensado y parece ser que no es tan descabellado. Al menos, eso dice Bianca:
Nosotras, desde luego, esperamos que suceda el milagro.
Sonia Sebastián y sus chicas siguen en marcha con el proyecto de convertir la webserie Chica Busca Chica en una película (más info sobre el tema siguiendo este link) y para ello han decidido dirigirse a sus fans anglosajonas haciendo una promo en el idioma de Shakespeare. No te pierdas lo guapísimas que están Celia Freijeiro y Adriana Torrebejano:
Vamos a ser sinceras… a Dianna Agron le falta apenas un puñado de bollopuntos para que le acabemos dedicando una entrada similar a esta de Kristen Stewart. La actriz de Glee ha descontrolado nuestro gaydar en tantas ocasiones que estamos a punto de perder la cuenta. De entrada se me ocurren los desconcertantes y oscuros años del Achele o cuando colaboró en este vídeo de The Killers, en donde coquetea con el concepto de androginia como pocas saben hacerlo, porque nadie lleva los pelos sobre el labio superior como lo hace Dianna Agron. Y, claro, en esto de que la campana del gaydar haga ding, ding, dingggg tampoco se nos olvida aquella épica subasta en la que (muy solidaria y desinteresadamente) la actriz donó un beso suyo a GLAAD. Un beso en el que no había límites:
[Mujeres ricas del mundo: Dianna Agron os dice que no hay límites ¿y permitís que gane la subasta un hombre? Really?? Quien tuviera una cuenta bancaria en Suiza par invertir en estas causas…]
Y ahora Dianna vuelve al ataque y en otro inesperado giro de acontecimientos nos encontramos con que ella misma admite que su estilo de vestir es el de una tomboy, que en español se traduce como “marimacho”. Lo ha hecho en una entrevista reciente con la revista británica InStyle:
Mi estilo es totalmente el de una marimacho. Me encantan las faldas y los vestidos cuando me quiero sentir femenina o si me estoy vistiendo para la alfombra roja. Pero me gusta encontrar el equilibrio entre lo femenino y lo masculino. Mi estilo en la vida real se ha convertido en mucho más casual.
Creo que no es necesario que puntualicemos que la actriz, hasta donde nosotras sabemos, es 100% heterosexual. Pero si lo sumamos todo, ¿cuántos bollopuntos da esto? ¿En qué momento acabará volviendo definitivamente loca la aguja de nuestro gaydar? En otro orden de cosas más serias, podremos ver a Dianna muy pronto en su nueva película, llamada A Conspiracy on Jekyll Island, y por supuesto también en el episodio #100 de Glee, que emitirá el 18 de marzo.
CeCe McDonald es una mujer transexual que cumple condena por defenderse, con fatal resultado, de un ataque transfóbico contra ella. Convencida de que casos como el suyo necesitan más cobertura y ser más conocidos por la opinión pública, Laverne Cox, a la que segurísimo recordaréis por ser Sophia en Orange is the new Black, ha decidido filmar un documental contando su historia.
La historia de CeCe es una de las que debería ser cubierta por la prensa. Las mujeres transexuales, especialmente las mujeres transexuales de color, experimentan una cantidad desproporcionada de violencia, y no se hace suficiente para erradicar esa violencia
En el documental, Laverne vuelve al interior de una prisión, pero esta vez para entrevistar a la protagonista, que le cuenta cómo se desarrollaron los acontecimientos que la llevaron a entrar a la carcel, como resultado de la muerte de uno de sus agresores. Como bien dice la actriz :
Yo podría haber sido CeCe McDonald. Este caso es representación de una larga lista de de violencia hacia las transexuales, mujeres transexuales que son en una gran desproporción de color
Parece ser que a Tierra de Lobos, la ficción que incluye a la pareja más mona de la televisión, Cristina e Isabel, le quedan exactamente tres telediarios. Bueno, tres episodios. El dato ya ha sido ultra confirmado por cadena, productora, actores y creemos que algún becario encargado de los cafés. Una pena. A las hordas de fans de Crisabel sólo nos queda ver si hay algún tipo de venganza que nos deje con buen sabor de boca. Pero, aún con todo, no podemos dejar de preguntarnos porqué nuestra serie favorita no renueva para una cuarta temporada. ¿Alguna mano negra, quizá?
Pues no, en realidad no hay mano negra detrás del final definitivo de la serie. Si bien Tierra de Lobos es un producto de calidad, con tramas que enganchan, cliffhangers bien traídos y ambientación muy, muy buena, hay varios factores que explican con relativa facilidad el adiós. El primero se puede resumir en que la serie de tan buena, es mala, pero para el bolsillo del productor. Realizar una producción tan cuidada requiere dinero, muchísimo dinero. Por eso mismo se produjo el parón entre segunda y tercera temporada, porque la cadena prefirió, al ser su producto estrella, reservarla para un momento acertado en el que pudiera sacarle un mayor rendimiento económico. Es decir, cuando todas estuviéramos ya a punto de asaltar la verja de la cadena de Fuencarral y nos pusiéramos a ver como locas la serie, para llenarla de pausas publicitarias.
Pero la teoría no se plasmó en la práctica: Para cuando pasaron los (casi) dos años desde la temporada anterior, muchos espectadores habían perdido el interés, o bien habían decidido probar la nueva ficción de la competencia, curiosamente protagonizada por una ex-loba, Vive Cantando. Esta ficción dirigida por Miguel Albaladejo (Cachorro) era una nueva vuelta de tuerca al argumento de ‘chica modesta que busca la fama’. Y funcionó, funcionó como pocas series familiares lo hacen, con unos datos de audiencia del 18% en sus primeros episodios, algo que Tierra de Lobos no había conseguido mas que en un final de temporada.
Conforme pasaban las semanas, Tierra de Lobos subía y Vive cantando bajaba, pero la brecha seguía ahí, casi 3 puntos. Y fue nos dimos cuenta de que la joya de la corona igual no era de plata, sino de alpaca. La rentabilidad de una serie se mide en la cantidad de anunciantes que tiene, aunque esto es un arma de doble filo, pues si agobiamos al espectador con muchos bloques de publi, dejará de ver la serie. Y siendo Tierra de Lobos una serie tan sumamente cara, necesitaba un soporte que no tuvo.
A esto hemos de sumar que, entre la segunda y la tercera temporada, los decorados fueron desmontados. Así que, si querían rodar una cuarta temporada, debían empezar otra vez de cero toda la producción. ¿Y los actores? Los actores están embarcados en otros proyectos desde hace tiempo. Alex García en teatro, Dafne Fernández en El Chiringuito, una nueva serie de Mediaset, María Castro y Sandra Blázquez en Vive Cantando, Berta Hernández en Amar es para siempre, y Adriana Torrebejano haciendo malabares con diferentes historias, por poner varios ejemplos. Juntarlos de nuevo sería toda una hazaña, siendo además tan extenso el elenco.
Así pues, fue bonito mientras duró, pero se acabó Tierra de Lobos. Decimos adiós a varios años de intrigas, y a la pareja que más suspiros nos ha hecho escapar desde… ¿siempre? A partir de ahora nos quedan varias cosas: el recurso del pataleo, que diría mi madre, consistente en ir con antorchas a las oficinas de Mediaset, el ver DVDs hasta que creamos que vivimos en el siglo XIX o, mucho más práctico, sacar nuestra creatividad a volar, o disfrutar de la de las demás, leyendo fics de nuestra pareja favorita. Y eso es lo que ha hecho, por ejemplo, nuestra querida Paz Quintero, que ha escrito un guión con un final alternativo para Crisabel. Y con un beso y una flor, bye-bye a nuestra serie de cabecera, y a mirar hacia delante, esperando que llegue otra que nos cubra el vacío en el corazón.
El primer día en el nuevo destino profesional de Gretchen, una workaholic de mediana edad, no podría haber ido peor: Al querer mostrarse implacable con sus empleados se ha granjeado el odio de toda la empresa. Incluído el de Kylie, su efectiva secretaria. Aunque, bueno, lo de esta último fue más un encontronazo que otra cosa, porque hay algo de ella que le atrae irremediablemente. Pero por encima de todo, incluídas las relaciones serias, está su trabajo, así que jamás de los jamases intentaría algo con ella. A no ser, claro, que ella quisiera… No, no, ni siquiera entonces. Kylie, por su parte, está intrigada con su nueva jefa. ¿Quién es el hombre de la foto de su escritorio? ¿Qué hacía Gretchen en un bar de ambiente aquella noche? Y, por Dios, ¿qué tiene que le atrae tan irremediablemente? ¿Podría ser ella la mujer que está buscando para enamorarse de nuevo?
Tan cerca, tan lejos es el tercer libro de Georgia Beers, primero traducido al español. La escritora neoyorkina se ha desvelado como una de mis favoritas, porque combina con gracia todos los ingredientes necesarios para conformar una buena novela romántica: historias que te van atrapando poco a poco, hasta que sientes que eres parte de ella, personajes perfectamente definidos, con personalidad propia, y argumentos interesantes, de los que sientes que tienes que saber cómo terminan. La historia de Gretchen y Kylie, en apariencia sencilla, con todo a favor, pero va complicándose conforme avanza el libro. Las dos llevan mucho equipaje, y no es fácil deshacerse de él. Además, se entrecruzan otras historias con las que nadie contaba, enredándolo todo mucho más.
Aunque en general el argumento pasa sin estridencias, existen un par de episodios que… bueno, alzar la ceja es poco. No voy a desvelar cuales, pero no va a hacer falta, porque os daréis cuenta de cuales son. Really, Georgia? De todos modos, aunque no sea el Ulises de Joyce, Tan cerca, tan lejos es una novela entretenida, bien escrita, más que interesante y bastante por encima de la media a la que estamos acostumbradas las lectoras de libros lésbicos. Estando escrita por Georgia Beers no podía ser de otro modo, es casi una garantía de calidad.