En su momento el género de las magical girls (chicas corrientes que obtenían poderes mágicos para proteger el mundo) fue un boom con el que crecimos muchas, allá en los noventa. Y más allá de la estética vistosa y las historias entrañables lo que nos marcó de verdad fue la cantidad de lesbianas que tenían en su sopa.
Con eso de tener un plantel de mujeres con las que jugar, los niveles de croquetismo de los animes de magical girls fueron lo mejor del género yuri durante décadas. Desde historias secundarias épicas a ese subtexto rallando en texto con subrayador de las dos protagonistas.
SAILOR MOON · Naoko Takeuchi / Toei Animation
Una serie que no necesita presentación, pues hasta las más neófitas en este tema recuerdan a guerrero Luna defendiendo Tokyo. Aunque el subtexto ya nos salía por las orejas, allá en el 93 cuando se estrenó en España, no fue hasta la temporada 3, Sailor Moon S, que la cosa ya fue a mayores.
Haruka y Michiru aparecieron en nuestras pantallas con una relación que no dejaba lugar a dudas. Celos, malentendidos y momentos a la luz de la luna. Pobres, los estadounidenses, que tuvieron que sufrir la censura y les plantaron a estas dos croquetas como primas. ¿Nadie pensó que eso haría sus escenas aún más escandalosas?
CARD CAPTOR SAKURA · CLAMP / Madhouse
Fue la respuesta de la Nakayoshi para frenar el éxito de Sailor Moon, y que respuesta. Las CLAMP no sólo se pusieron las pilas en uno de sus mejores mangas hasta la fecha, la versión animada fue un producto de tal calidad que aún ahora, quince años después, nada tiene que envidiar a las nuevas producciones.
Más allá de la fascinante y natural bisexualidad de todos los personajes, CCS presentó a todas las chiquillas de su época a una niña de su edad a la que le gustaban otras niñas. Aunque en el caso de Tomoyo, ¿Deberíamos llamarlo Sakura-sexualidad?
SHÔJO KAKUMEI UTENA · Chiho Saito, Be Papas / J.C.Staff
O en cristiano: Utena, la chica revolucionaria. Si estáis leyendo este post seguramente sea gracias a ella y al shock croquetil que os dio cuando la visteis en vuestra televisión. Es la serie yuri por antonomasia, el caldo de cultivo de toda fan del género que se precie.
Aparte de ser un giro de tuerca a todos los estereotipos habidos y por haber, la serie animada plantó el germen para muchísimos de los clichés que, desde entonces, han poblado el género yuri.
Aunque tanto La Princesa Caballero como Lady Oscar nos dieron la figura del príncipe mujer, no fue hasta Utena que se nos mostraron las (fantásticas) posibilidades al respecto. Hay que decir que ningún otro volvió a saber utilizar ese cliché tan bien.
De estos tres clásicos de la animación es este último el que os recomendamos por activa y por pasiva. Sailor Moon tiene su gracia sólo si lo viste de joven y Card Captor Sakura puede hacerse confuso para la que no está muy versada en el lenguaje del anime. Pero Utena, queridas lectoras, es una serie imprescindible.
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